Las estrellas en el desierto espacial no pueden recordar sus nombres, ellas se miran y se esfuerzan por brillar en la oscuridad de la noche ciega, que deambula en la mente del vagabundo sordo, que vive en la calle sentado sobre las escalinatas de la embajada de Arabia Saudita observando la luz intermitente del semáforo fuera de servicio.
El señor posee un gorro de lana color marrón que le cubre las orejas del frío. Tiene una mirada muy profunda y vaga, con los párpados expresando unos lindos años de experiencia en las calles y la piel de su rostro también.
De repente, pasa un camión Fedex por la ciudad y en la otra esquina, a la inversa de la visión del vago, explota causando un boom enorme que el sordo ni escuchó, pero sí pudo alcanzar a ver un destello anaranjado reflejado en las arquitecturas que rodeaban el semáforo.
Pasó un perro corriendo rengeando y llorando, pero el sordo no lo escuchó, sólo veía imágenes.
Cuando la luz se cortó, Jaimito largó una queja y exclamó:- "¡Justo ahora! se estaba poniendo buena la film!". Entónces, se paró del sillón revoleando el control del dvd y se dirigió a su cuarto a tocar la guitarra criolla que le había regalado un amigo de él que se había suicidado el día anterior, éste le dejo la siguiente nota:- "Jaimito, he tenido que suicidarme para que aquellos hijos de puta no me maten, pues como tú sabes, me era imposible conseguirles lo que me pedían. En fin, nos vemos cuando se te acabe el tiempo, yo, tu peor pesadilla de 2009, perdón, pero te regalo mi guitarra, un abrazo!".
Así, Jaimito, cada vez que toca la viola se acuerda de su amigo y termina rompiendo una cuerda sin darse cuenta. Una vez, se le rompió una cuerda y Jaimito la agarró, la sacó, la desprendió de la guitarra y salió corriendo por la calle a pegarle latigasos en las caras de la gente hasta que lo agarraron y lo sopapearon como nunca en su vida, ligó de atrás, de adelante, de arriba, de abajo, en los huevos, etc. Volvió a su casa rengeando y con la cuerda atada al cuello lastimándole la piel.
Así lo recibió su madre aquél día al abrirle la puerta, pero los perros que lo habían seguido eran no menos de 50, todos ladrando a espaldas de Jaimito, por lo que la madre lo agarró del hombro y lo metió de un empujón a la casa, mientras que miraba por la ventana de la puerta de entrada la abundancia de perros realizando un coro insoportable de ladridos. Cayeron los bomberos y con su chorro de agua espantaron a todos los animales insoportables, luego cayó un periodista del cielo, se ve que un helicóptero de algún canal se dirigía hacia algun suceso y éste, con cámara en mano, había sufrido un accidente por lo que terminó en el jardín de Jaimito. Cuando Jaimito se entera del acontecimiento...
De repente, José se cansa de leer el libro "Las locas pasadas de Jaimito" y lo cierra de un brusco movimiento reposándolo sobre su mesita de luz y se dirige al baño. Tira la cadena y con ella un preso, un beso de un peso tirado en el suelo. José se agacha a recoger el peso y se lo guarda en el bolsillo del pijama. Luego se lava los dientes y recuerda lo que le da cuerda a la mente que miente cuando los dientes danzan con los desfiles de las palabras invisibles que salen por ciencia humana de las bocas de las locas prostitutas. En ese instante, José agarra el peso y lo devuelve con un beso al preso metido en el inodoro, y con la cadena lo despide de manera inmediata. Entonces, suena el teléfono y José, al atenderlo y llevarse el aparato a la oreja izquierda, dice "hola". Del otro lado era Jaimito:
José:- ¿Qué Jaimito?
Jaimito:- Yo, el de tu libro que leías.
Jo:- (mudo sin palabras)
Jaimito:- hola...
Jo:- Hola...
Ja:- Mirá, se que te puede sonar raro todo esto, pero no es ninguna joda, sólo quiero que sigas leyendo el libro aunque sea hasta donde termina el capítulo, por que me quedé con ganas del acontecimiento ese que había pasado, que cayó un periodista del cielo, recuerdas?
Jo:- Si...
Ja:- Bueno genial, puedes seguir entonces?
Jo:- Cómo?
Ja:- Que si puedes seguir leyendo...
Jo:- Qué cosa?
Ja:- uff, soy yo Jaimito el personaje del libro que estás leyendo!!!
Jo:- Cómo? quién sos?
Cuando José pregunta "Cómo? quién sos?", sin entender qué rayos está sucediendo, se acaba ahí, por que el niño Gómez se levanta de golpe por un grito de su empleada doméstica que le avisaba que el desayuno estaba listo y que se le hacía tarde para ir al colegio. El niño Gómez, medio nabo y mogolico, reconociendo el extraño sueño que venía de tener con tantas historias decide ir al baño y lavarse la cara para así despertarse y salir a la vida a hacer lo que debe hacer, mientras se preguntaba:- "¿que rayos es Fedex?... aaahh, lo de la película Náufrago que vi anoche..."
Al llegar al colegio comparte su sueño con la profesora y sus compañeros, y todos comienzan a creer que el niño Gómez mentía sobre la marcha por que no tenía un sueño que se acordase, entonces al enterarse de ello, el niño Gómez saca de su mochila el libro que José leía y le cuenta un poco la historia de Jaimito, era exacta a la del sueño.
Profesora:- ¿Y José? ¿De dónde salió?
En ese instante tocan la puerta del aula y aparece José en pijama con la boca llena de pasta dentrífica y un cuchillo lleno de sangre en su mano. Éste mirando fijamente a la profesora, le dice: "Busco al niño Gómez". Entonces, el niño Gómez se para y lo mira sorprendidamente:
José:- Tuve que matar a tu empleada para que no interrumpa más tus sueños, la tonta interrumpe nuestras vidas, no sólo la mía, sino también las vidas que me anteceden, Jaimito quiere que yo termine su capítulo y no puedo sin tu ayuda, necesito que vuelvas a soñar, sígueme, ve a tu casa, acuéstate, haz algo!.
El niño Goméz logra que la profesora le ponga un 10 por tanto esfuerzo, no sólo contó su sueño, sino que lo recreo realmente de manera teatral, pero sólo así lo veía la profesora y el resto de sus compañeros, menos el niño Gómez y su sueño, que eran totalmente reales, por ello el niño Gómez decide irse a dormir bajo un árbol del colegio y José, parado al lado del niño, desaparece como truco de magia, o de cámara, o de cine.
Y ahora es cuando yo decido terminar de escribir y acabar con esta historia. Quizá se me aparezca el niño Gómez en el trabajo y me diga que debo ir a seguir escribiendo que todos sus personajes le están reclamando su sueño, y así ibamos cayendo todos atados en una cadena. jejeje jaaaa jajajªjajªjªjªjªJaJaJa Fin.
viernes, 5 de junio de 2009
Lo hecho rara vez puede ser des-hecho.
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