sábado, 31 de octubre de 2009

Respiración

Lo que solemos llamar el yo no es más que una especie de puerta de vaivén que se
mueve cuando inhalamos y cuando exhalamos.

Cuando practicamos el zazén, la mente se adapta siempre al ritmo de nuestra respiración. Al inhalar, el aire penetra en el mundo interior. Al exhalar, el aire sale al mundo
exterior. El mundo interior es ilimitado, y también lo es el exterior. Se dice "mundo interior" y
"mundo exterior", pero, en realidad, sólo hay mundo entero. En este mundo ilimitado nuestra
garganta es como una puerta de vaivén. El aire entra y sale como cuando se pasa por una
puerta de esa clase. Cuando uno piensa "yo respiro", el "yo" está de más. No hay ningún "uno"
para decir "yo". Lo que solemos llamar el "yo" no es más que una especie de puerta de vaivén
que se mueve cuando inhalamos y cuando exhalamos. Es simplemente algo que se mueve.
Cuando la mente está bastante pura y calmada para seguir este movimiento, no hay nada, ni
"yo", ni mundo, ni mente, ni cuerpo, sino simplemente una puerta de vaivén.
Por eso, cuando practicamos el zazén todo lo que existe es el movimiento de la
respiración, pero siempre estamos conscientes de este movimiento. Nunca se debe tener la
mente distraída. Pero estar consciente del movimiento no significa estar consciente del
pequeño yo personal, sino más bien de nuestra naturaleza universal, de la naturaleza de Buda.
Esta clase de mera conciencia es muy importante porque en general nos inclinamos a ser
unilaterales. Nuestra comprensión usual de la vida es dualista: tú y yo, esto y aquello, bueno y
malo. Pero en realidad estas distinciones son, de por sí, la conciencia de la existencia
universal. "Tú" significa que uno está consciente del universo en la forma de "tú", y "yo"
significa conciencia del mismo universo en forma de "yo". "Tú" y "yo" no son más que puertas
de vaivén. Esta clase de comprensión es necesaria. Lo que es más, no se debería llamar
comprensión, porque en realidad es la verdadera experiencia de la vida a través de la práctica
del Zen.
Esto quiere decir que cuando se practica el zazén no existe idea del tiempo ni del
espacio. Quizás uno se diga "nos sentamos en esta habitación a las seis menos cuarto". De
este modo, se tiene alguna idea del tiempo (las seis menos cuarto) y cierta idea del espacio
(en esta habitación). Sin embargo, en realidad, lo que uno hace es simplemente sentarse y
estar consciente de la actividad universal. Nada más. En ese momento, la puerta de vaivén se
abre en una dirección y al siguiente se abre en dirección opuesta. Momento tras momento la
persona repite la misma operación, sin la menor idea del espacio. El tiempo y el espacio son
una misma cosa. Uno suele pensar "debo hacer tal cosa esta tarde", pero en realidad no hay
tal "esta tarde". Las cosas se hacen una tras de otra. Nada más. No existen un tiempo tal
como "esta tarde", ni "la una", ni "las dos". A la una se almuerza. El almorzar es de por sí la
una. Se estará en cualquier parte que sea, pero al lugar no se lo puede separar de la una. Para
quien aprecie la vida, las dos cosas son una misma. A veces, cuando nos cansa la vida, nos
decimos "no debería haber venido a este lugar, habría sido mucho mejor haber ido a algún
otro para el almuerzo, este lugar no es muy bueno". Uno se crea en la mente una idea del
lugar separado del tiempo real.
O bien nos decimos "esto no está bien, por lo tanto no debería hacerlo". La verdad es
que cuando uno dice "no debería hacerlo", está haciendo el no hacer en ese preciso momento.
Por lo tanto, no se puede escoger. Cuando se separan la idea del tiempo y la del espacio uno
se siente como si pudiera escoger. Pero, en realidad, hay que hacer algo o, de lo contrario, hay
que no hacer. No hacer es hacer algo. Eso de bien y mal existe sólo en la mente. Por eso no
debemos decir "esto está bien" ni "esto está mal". ¡En vez de decir mal debemos decir "no
hacer"! Si uno piensa "esto está mal" se creará cierta confusión. De modo que en el campo de
la pura religión, no hay confusión del tiempo y del espacio ni del bien y ni del mal. Lo único
que hay que hacer es hacer las cosas tal como vienen. ¡Hagan algo! Sea por lo que fuere,
debemos hacerlo, aunque consista en no hacer algo. Debemos vivir el momento. Así, pues,
cuando nos sentemos debemos concentrarnos en la respiración y en convertimos en una
puerta de vaivén y en hacer algo que debemos hacer, algo que hay que hacer. Ésta es la
práctica del Zen. En esta práctica no hay confusión. Cuando se establece este sistema de vida
no hay confusión de ninguna especie.
Tozan, un famoso maestro de Zen, ha dicho: "La montaña azul es la madre de la nube
blanca. La nube blanca es hija de la montaña azul. Todo el día una depende de otra sin ser
mutuamente dependientes. La nube blanca es siempre la nube blanca. La montaña azul sigue
siendo siempre la montaña azul". Ésta es una clara y pura interpretación de la vida. Puede
haber muchas cosas como la nube blanca y la montaña azul: el hombre y la mujer, el maestro
y el discípulo. En cada caso uno depende del otro. Pero la nube blanca no debe preocuparse
por la montaña azul, ni la montaña azul por la nube blanca. Son dos entidades completamente
independientes, pero, no obstante, dependientes. Así es como vivimos y como practicamos en
zazén.
Cuando llegamos a ser verdaderamente nosotros mismos, nos convertimos en esa puerta
de vaivén que mencioné, nos mantenemos independientes de todo y, al mismo tiempo,
dependientes de todo. Sin aire no se puede respirar. Cada uno de nosotros está en medio de
miríadas de mundos. Está siempre en el centro del mundo en todo momento. Por eso, uno es
completamente dependiente e independiente. Cuando uno pasa por esta clase de experiencia,
esta clase de existencia, goza de independencia absoluta, nada le preocupa. Por eso, cuando
se practica el zazén hay que concentrar la mente en la respiración. Esta clase de actividad es
la fundamental del ser universal. Sin esta experiencia, esta práctica, es imposible alcanzar la
libertad absoluta.


Shunryu Suzuki
Mente Zen, Mente de Principiante

viernes, 30 de octubre de 2009

Telenoika: proyección 3D

Telenoika Audiovisual Mapping @ Ingravid Festival, Figueres 9/2009 [FULL] from Telenoika on Vimeo.



Iluminación virtual, “augmentation” (aumentación?) y distorción 3D, pintura virtual, son algunas de las técnicas usadas por Telenoika para realizar una extrordinaria proyección para el festival Ingravid, en Figueres, España.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Crazy luna soleada.

Hay un misterio en mi
estamos de acuerdo, o no estamos cuerdos.
Y tu piensas que tienes que tener mas de lo que tienes
Hasta que no lo tengas todo no serás libre
Personas limadas, locas de la cabeza

Pero no tenemos la culpa de lo que hacemos
Sociedad, sociedad, que loca estas
tu loco respiro me deja solo
solo en la soledad

Mientras muchos piensan muchos hacen nada
Pero los resultados bajan niveles de los escalones
y el sol en la punta se aleja del agobio
Solo espero no estar solo,
sin mi.

Sociedad, emerge del sumergimiento
espero no estar solo, sin mi
conmigo no puedo.
No, hey baby, de donde vienes.

Recordando depresiones mentales, forzando a llorar
hundiendome cada vez mas! buscando una gota de alchool!
Busco un estimulante severo pasajero
Quiero tener sexo con vos! una guerra por doquier!
Con mi ser, y tu locura.

Cuántos errores, cuanta tristeza
Y todo viene de una semilla
Pues a plantar una nueva semilla
A mimarla y alimentarla con amor
Todo puede cambiar, tienes que ser feliz
estes donde estes, sea como sea.

PEACE PEOPLE PLEASE
LOVE VS LOVE = ONE LOVE

lunes, 26 de octubre de 2009

Enerigía y prosperidad

Sentimiento de culpa

La psicóloga Laura Rojas-Marcos explora en su último ensayo cómo superar la culpa, un sentimiento universal con un enorme poder sobre las emociones que puede privarnos de la felicidad.

Laura Rojas-Marcos sabe muy bien lo duro que puede ser trabajar con el dolor. De hecho, en Nueva York -donde nació y se licenció en Psicología-, colaboró en el Proyecto Libertad, un programa público que el Gobierno de EE UU puso en marcha para asistir a las víctimas de los atentados del 11-S. Por eso, ha querido abordar uno de los sentimientos que más sufrimiento produce a quienes lo padecen y más trata como terapeuta: la culpa.

Lo cierto es que no hay un único motivo que explique su aparición. En El sentimiento de culpa (Aguilar, 17 euros), Rojas-Marcos señala que se explica por factores sociales, religiosos, culturales y familiares, y puede surgir cuando nos arrepentimos de nuestras palabras o actos, cuando actuamos en contra de nuestras propias convicciones por razones egoístas, cuando no cumplimos lo que se espera de nosotros o nos fallamos a nosotros mismos. Peor aún, podemos sentirnos culpables por motivos reales o aparentes, e incluso si sufrimos la manipulación de otros.

Eso sí, la culpa, que esta experta define como “un sentimiento agrio y punzante que nos produce una intensa sensación de malestar”, en ocasiones puede ser beneficiosa. Y es que también nos ayuda a gobernar nuestros impulsos y nos induce a reparar los daños que hemos causado a los demás.

Con un estilo claro y ameno, esta psicóloga que hoy reside en Madrid nos da pistas sobre cómo podemos afrontarla y superarla. Las claves: saber mirar en nuestro interior, resolver los conflictos de forma constructiva y aprender a perdonar a los demás y a nosotros mismos.

Abraham Alonso


De MI

sábado, 17 de octubre de 2009

Una noche con ALBERT HOFMANN

Presentamos a continuación una entrevista con Albert Hofmann, realizada en TVE por Fernando Sánchez Dragó y otros contertulios, en 1991. La cinta del programa fue gravada en vídeo por una persona que realizó algunas copias, que se vendieron en una tienda en Barcelona bajo el sugerente título "El descubrimiento de la aspirina", o similar. Una de estas cintas fue adquirida por Domentx Ucin, que tras visualizarla varias veces llegó a la conclusión que este pequeño tesoro debería estar al alcance de más personas. Junto con Maite Elizburu, decidieron emprender la ardua y loable tarea de transcribir la entrevista por completo, que nos fue remitida por correo electrónico para su posible inclusión en esta web. Desde aquí le agradecemos el trabajo hecho y la voluntad de dar a conocer este relevante documento.
Téngase en cuenta que el texto que sigue es una trascripción de una conversación televisiva; de aquí la escasez de puntos en el texto y la abundancia de puntos y coma. Desconocemos la situación de los derechos para la reproducción de esta entrevista. Al ser emitida por la televisan pública española suponemos que no hay inconveniente alguno en que se reproduzca aquí con ánimo informativo. Para cualquier asunto en relación con los derechos pueden ponerse en contacto con nosotros a través del mail emc@imaginaria.org

Programa de la 2 TVE " La Noche" (aparece este título al final de los créditos, aunque habíamos entendido por la entrevista que el título era "El mundo por montera").
Contertulios: Dr. Albert Hofmann, Antonio Escohotado, Fernando Savater, Luis Racionero, Mario Satz, André Malbi y presentando Fernando Sánchez Dragó.

Fernando Sánchez Dragó: En estos momentos son las 3 de la tarde. El programa que hoy vamos a ver no se emite en directo como de costumbre, sino que se grabó el lunes 23 de octubre. En los días inmediatamente anteriores a esta fecha, la Universidad de Bilbao (Deusto, se supone) había organizado una serie de actividades culturales en torno a la figura del escritor alemán Jünger, último representante vivo de lo que fue la gran literatura europea. Y entre las personas que acudieron a esa cita, en la capital de Bizkaia, además del propio Jünger, al que se le confirió el Doctorado Honoris Causa por la citada Universidad, figuraba el Dr. Albert Hofmann, químico de profesión y naturalista por afición; lo que se dice un mito de nuestro tiempo, un hombre de alcance, fama y talla universal, por muchas cosas, pero sobre todo porque el Dr. Hofmann sintetizó, allá por los años 30 en los laboratorios Sandoz de Basilea, la dietilamida del ácido lisérgico, descubrió lo que hoy conocemos con el nombre de LSD y provocó uno de los mayores fenómenos -o cataclismos, según se mire- culturales y contraculturales de la historia universal. No podíamos desaprovechar la oportunidad de traer al Mundo por Montera a este nuevo Pitágoras, a este octavo sabio de Grecia, y de aquí que hayamos renunciado otra solución -no era posible-, a lo que en la jerga Televisiva se llama "el directo".
Albert Hofmann tiene en estos momentos 84 verdes años entre pecho y espalda y, como van a comprobar enseguida, está hecho una rosa. Es suizo, de habla alemana, y en alemán vamos a entendernos con él gracias a los servicios de traducción simultanea.
Fue Antonio Escohotado, autor de esta "Historia de las Drogas" en tres volúmenes recién aparecido, tertuliano habitual en "El Mundo por Montera", quien consiguió traer a Hofmann a este programa, de modo que es justo que sea también Escohotado quien nos lo presente, aunque sea por poderes. Tengo aquí una larga e interesantísima entrevista con Hofmann firmada por Escohotado y publicado por la revista "El Paseante", y esa entrevista empieza con lo que ahora, a guisa de presentación de nuestro principal invitado en el día de hoy, voy a leerles:
"En el otoño de 1977 una muchedumbre llenaba el aula magna de la Universidad de California en Santa Cruz y sus inmediaciones, con el rostro pegado a las ventanas o el oído atento a los altavoces que difundían las ponencias de distintas celebridades en un simposio internacional. Un hombre de mediana edad aparentemente, sencillo traje gris y corbata, se abrió paso con dificultad hacia la mesa, donde distintos micrófonos florecían como ramas de un arbusto metálico. Cuando las ovaciones se serenaron, el llamado padre de la era psicodélica desplegó unas cuartillas y empezó diciendo: temo decepcionarles, quizá esperaban a un guru, en vez de eso se les presenta un químico". Y en efecto... el químico, ha acabado sugiriendo, éste químico, un concepto del mundo, la metáfora del transmisor-receptor, seguramente hablaremos de ella en el curso del programa, que pronto aparecerá en castellano en forma de libro.
Hofmann nació en el cantón Suizo de Argau?(Argovia) en 1906 en el seno de una familia humilde que quedó desamparada por la muerte prematura del padre. Paso su adolescencia en el banco de taller de una fábrica como primogénito responsable de los suyos, pero le fascinaba la investigación científica y cursó simultáneamente estudios de química en Zurich, que terminó en un tiempo récord y con premio extraordinario culminando esa carrera con una tesis doctoral que hizo época, al describir por primera vez la hasta entonces enigmática estructura de la quitina. Los años duros quedaban atrás y siendo fiel a una vocación ya sentida desde niño, la de conocer los principios activos de las plantas, aceptó un puesto de investigador en el pequeño laboratorio que era Sandoz por entonces; allí permaneció hasta su jubilación, con hallazgos que contribuyeron enormemente a hacer de esa empresa un gigante farmacológico mundial.
Fruto de esos años fueron descubrimientos que Hofmann llama comerciales, tranquilizantes y analgésicos, alternados con otros que le permitirían desarrollar fármacos todavía insustituibles en obstetricia y neurología. Investigaba el misterioso hongo llamado cornezuelo o ergot, cuando topó con la dietilamida del ácido lisérgico, o LSD, un derivado semisintético que absorbió inadvertidamente; iba en bicicleta, después de haberla absorbido inadvertidamente, y le sucedieron cosas muy curiosas, es un viaje en bicicleta célebre, quizá el más célebre de los viajes en bicicleta.
Decía, Escohotado, que este derivado semisintético fue descubierto por Hofmann y a partir de entonces no solo su vida, sino la de innumerables otros, experimento una profunda modificación. Jünger y Aldous Huxley, también la CIA y la psiquiatría institucional, se apasionaron con el producto -unos creyendo que contribuiría a ensanchar la cordura y otros que permitía desatar a voluntad la demencia. En cualquier caso, nadie discutió que esa sustancia y varias más de su especie descubiertas por él durante los años 50, eran el hallazgo psicofarmacológico más importante del siglo. Doctor Honoris Causa en Harvard, Zurich, Estocolmo y Berlín, a mediados de la década siguiente fue invitado por la academia Sueca a pronunciar el ciclo de conferencias previas al otorgamiento de su galardón, que quedaría indefinidamente pospuesto, cuando el conjunto de prometedores hallazgos se convirtió de la noche a la mañana en amenaza mortal para el orden establecido. Instado por el Pentágono a que colaborase en sus proyectos de armas químicas, y por la inteligencia contracultural a hacer precisamente lo contrario, todo ello a partir de las mismas sustancias, comenzó para él, para Hofmann, una época de perplejidad sólo apaciguada con la distancia crítica que otorga el paso del tiempo.
Hasta aquí, un poco larga pero creo que era necesaria la presentación de Albert Hofmann. Aquí lo tenemos. Bienvenido, Dr. Hofmann, a este programa, gracias por ponerte el mundo por montera con nosotros; aquí lo tenemos, decía, sentado en mi trono de moderador del programa; se lo he cedido porqué va a ser el epicentro de este programa y también y sobre todo por cortesía hacia un maestro que viene de fuera.
Tenemos también a varios de nuestros contertulios habituales, que no fijos; son -vamos a presentarlos por enésima vez- el escritor y cabalista Mario Satz, el biólogo y otras muchas cosas André Malbi, el también escritor y taoísta Luis Racionero, el filósofo Fernando Savater y también escritor, como no, y el filósofo y también escritor -todos escribimos aquí, hasta los químicos- Antonio Escohotado, que ya ha salido a relucir. Es el de hoy un programa un poco especial y vamos a salirnos del carril. Será esto una tertulia, sí, pero una tertulia enfocada, polarizada, hacia el Dr. Hofmann. Una tertulia a mitad de camino entre la charla y la entrevista con contraste de pareceres. E... los contertulios del Mundo por Montera se convierten hoy en alguaciles alguacilados y, en vez de dar opiniones, aunque también las darán, van a provocarlas, o sea, van, vamos a entrevistar conjuntamente a nuestro invitado, pero de modo tal que sus preguntas y las respuestas de Hofmann puedan dar pie a otras intervenciones de las personas presentes en el estudio.
Yo creo que es Antonio Escohotado la persona más indicada para disparar la primera salva de este interrogatorio, de este tercer grado indagador y amistoso, pero antes, debería de tomar la palabra el Dr. Hofmann para decirnos en que consiste el camino de Eleusis, o El Camino a Eleusis, título de este volumen escrito al alimón con el etnomicólogo R. Gordon Wasson y el helenista C. Ruck. E... Dr. Hofmann, ¿ese camino de/a Eleusis hacia dónde conduce, cómo se sigue, cual es su meta?

Dr. Albert Hofmann: (habla pausada y fluidamente) Me alegra mucho tener ocasión de poder hablar sobre LSD sirviéndome de Eleusis.
A lo largo de milenios, Eleusis ha sido el centro espiritual más importante de la antigüedad Griega. Los misterios de Eleusis tienen su origen en la diosa del grano, la diosa Démeter; ella originó estos misterios como agradecimiento por haber vuelto a encontrar a su hija Perséfone. Perséfone había sido secuestrada por Hades, el dios del Tártaro, y como muestra de agradecimiento la diosa del grano regaló a la humanidad los cereales, así como los Misterios de Eleusis.
En estos misterios se enseñaron una serie de reflexiones sobre la vida y la muerte del hombre; se sirvieron como ejemplo del mismo grano del centeno; el grano del centeno es plantado en la tierra y muere allí para dar pie a nueva vida. Forman parte de estos misterios toda una serie de personajes conocidos en la antigüedad: Píndaro, Cicerón, Platón, todos estos personajes fueron allí en peregrinaje y les estaba prohibido decir lo que allí habían visto, era un secreto; pero lo que sí les estaba permitido era contar cual era la importancia que para ellos tenían los Misterios de Eleusis; y de forma unánime todos manifestaron que allí les había sido permitido comprender los mismos orígenes de nuestra vida, y también habían logrado vislumbrar el final de la vida: habían empezado a comprender de dónde venían y adonde iban.
Se sabía que los adeptos que peregrinaban a Eleusis después de largos preparativos, al final de su viaje recibían una bebida sagrada; esta bebida es la que les proporcionaba la iluminación, y de siempre había sido un problema para los investigadores y para la ciencia el averiguar los ingredientes de esta bebida sagrada capaz de iluminar la mente humana. Se formularon las más diversas hipótesis y teorías, y yo, conjuntamente con unos amigos -con el señor Wasson y el señor Ruck- he formulado la hipótesis que tenía que haber una combinación del tipo de LSD que estaba contenida en esta bebida sagrada. Llegamos a esta conclusión por la razón siguiente: cerca de Eleusis, y en realidad en todo el ámbito del mediterráneo, crece entre la hierba salvaje un cornezuelo de centeno muy especial, y en este cornezuelo de centeno nosotros descubrimos sustancias -combinaciones muy cercanas a la LSD. En realidad sólo están caracterizadas por una variante química mínima, muy poco importante, y por consiguiente me parece probable que los sacerdotes de Eleusis fuesen recogiendo este cornezuelo de centeno; lo tenían muy cerca, no tenían mas que triturarlo, y es muy probable que sea ésta la sustancia que se mezclaba en la bebida sagrada para convertirla en una bebida completamente psicodélica. (del griego psico/psique, alma-mente-espíritu y delos, visible patente, por lo tanto, reveladora del alma, relativo a la manifestación de elementos psíquicos que en condiciones normales están ocultos.)
Por otra parte hemos dicho que la diosa Démeter era la diosa del grano, y esta es una razón de más por la que el principio activo de Eleusis posiblemente creciera del grano. Hasta ahora por parte del mundo de la ciencia todavía no ha habido ninguna voz de oposición en contra de esta teoría. Parece ser por consiguiente que esta hipótesis es más que probable.
Fernando Sánchez Dragó: Antonio: ecce homo! -pero antes de formularle la primera pregunta me gustaría, tú que fuiste el primero de todos nosotros que lo conoció, y que además lo has visitado en su casa, en la cumbre de una montaña suiza, de una colina suiza que linda ya con Francia, que evocaras un poco como es Albert Hofmann, cómo lo conociste, cómo vive...
Antonio Escohotado: Bueno, yo leí el libro este "Mein Sorgenkind" que aquí se ha traducido como "testimonio de su descubridor", pero que se debía traducir como "mi problemática criatura", "LSD. Mi problemática criatura", y bueno él era un hombre mitológico para todos nosotros desde los años 60 o así, pero al leer el libro saqué... saqué en clara conclusión, que además de ser un químico, era un humanista, era un poeta, era un visionario. Entonces le escribí. Tuvo la cortesía de contestarme; a mí me tocaron unos contratos de traducción por Viena y a la vuelta de un contrato conseguí una pequeña reunión en Basel (Basilea), y a partir de allí hemos seguido viéndonos, de esto hará unos seis años aproximadamente; y bueno, a los tres años o así tuve el honor de,... vamos, el honor de hacer el viaje para llegar a su casa, porque su casa es el primer viaje de reconocimiento de Alberto, se pasa por muchos sitios, por cañadas profundas, por pastos maravillosos y lustrosas vacas, se ven esas casas todas de madera de Suiza; y él arriba, tiene una casa pues... como de Frank Lloyd Wright pero en un escenario... de la Suiza de Guillermo Tell. Tiene una piscina dentro, pequeña piscina donde él se baña, es una delicia permanecer allí; y, bueno ya que me toca el primero en el turno de preguntas, me gustaría recordar una parte, un capítulo del último libro del Doctor Hofmann, de muy difícil traducción al castellano, y estamos luchando a ver que traducción le ponemos al título, donde él dice que estos Estados Alterados de Conciencia, o Estados de Conciencia Alterada, como se quiera decir, pueden ser útiles no sólo en el sentido habitual de hacer frente como la psiquiatría... a traumas, sino de una forma digamos cotidiana; no podemos ir –dice el doctor Hofmann– por la vida haciendo nuestros negocios habituales en este extraordinario estado de ánimo, sin embargo, a veces, entrar en ese estado extraordinario de ánimo puede ayudarnos a mirar con más ecuanimidad, con más serenidad, hasta lo más cotidiano, hasta la vida puramente práctica... cuáles son nuestros verdaderos intereses concretos. Al leer esto yo pensé que tenía de haber un poquito más, un poco más de que.. no debemos ir por la vida en este extraordinario estado de ánimo, y sin embargo no podemos ir por la vida sin que alguna vez, tengamos este extraordinario estado de ánimo... ¿me comprende?
Dr.Hofmann: Sí, naturalmente. Bueno yo creo que... lo que se percibe bajo la influencia de la LSD es lo que en otros términos, sobre todo en terminología religiosa, se ha calificado como iluminación. Se trata de una vivencia del mundo y también del propio yo, que difiere de la conciencia cotidiana en el sentido de que la barrera desaparece, poco más o menos, este pensamiento dualista con el que funcionamos de forma habitual es superado, y por así decir uno de adentra en la propia naturaleza, en la propia creación; se tiene la sensación de comprenderse a uno mismo mucho mejor si experimenta la creación no por más tiempo solamente con la razón, sino con la emoción, con el corazón. Y esto es lo característico de la visión, de los visionarios -es lo que ellos describen; quizás no sea exactamente lo mismo, pero es una sensación muy parecida con un significado igualmente parecido.
Fernando S.D.: Fernando Savater, tu turno.
Fernando Savater: Bueno, en primer lugar, yo quisiera también, aunque sea un poco, unirse al coro de las justificadas alabanzas que estamos oyendo decir que e... para mí también es muy importante encontrarme aquí con el Dr. Hofmann, e... al que considero digamos un creador en el sentido de impulsor espiritual, de persona capaz de desarrollar energía espiritual, con el mismo título con que consideramos a los grandes poetas, a un Rimbaud, a un Hölderlin, que han hecho esa misma función, esa misma función de expandir la conciencia humana e... En una ocasión... hay una anécdota que no sé si alguna vez la habré contado a los oyentes aquí mismo: Stendhal paseaba con un amigo e... por Roma, pasó por San Pedro en el Vaticano, Stendhal elogiaba enormemente la cúpula famosa de San Pedro, y entonces el amigo, de un modo muy positivista, muy "pied àterre" (con los pies en la tierra) dijo, "pero esto en el fondo para qué sirve", y Stendhal le contestó: "eso sirve para conmover el corazón humano". Bueno, yo creo que el corazón o el espíritu humano es un poco como los crecepelos -que hay que agitarlo antes de usarlo, hay que moverlo antes de usarlo; y el arte es uno de esos estimulantes que sirven para agitar el corazón humano y el Dr. Hofmann, también.Yo creo que le debemos uno de esos estimulantes para agitar y para utilizar el corazón humano, de los más importantes, de los más interesantes que este siglo ha visto. Mi pregunta se centraría en torno a una persona, para mí muy querida, que en mi adolescencia fue muy importante para mí -como lector- que es Aldous Huxley.
El Dr. Hofmann conoció bien a Huxley, incluso tuvo e... en fin, fue la persona que le proporcionó y que le introdujo, digamos, en el tema de la apertura de las puertas de percepción, a la cual Huxley dedicó tantas páginas importantes, y creo que finalmente incluso le asistió en el momento de su muerte, al final como... tal como Huxley quería. Me gustaría que si brevemente él pudiera contarnos algo de su relación con Huxley, yo se lo agradecería mucho.
Dr. Hofmann: A mí me impresionó profundamente Huxley. Tres años antes de su muerte, en 1960, Huxley me llamó por teléfono al laboratorio pidiéndome una entrevista y un almuerzo, a mí me alegró mucho esta invitación, porqué tenía conocimiento de sus obras "Las puertas de la percepción" y "Heaven and Hell" ("Cielo e infierno") y así efectivamente nos reunimos en Zurich, y él me contó que estaba trabajando en su novela "Island" ("La Isla"); y en esta novela, decía, se mencionaba una droga muy especial: en esta isla se describe cómo un entorno antiguo es impregnado por la tecnología moderna. Y en esta cultura hay una droga que juega un papel fundamental, la medicina moksha; se trata de la llamada medicina de la iluminación y esta medicina, en esta cultura utópica, es una medicina que se administra en tres ocasiones en la vida; la 1ª vez en el tránsito de la niñez a la pubertad, una 2ª vez en la crisis de la mediana edad, y finalmente poco antes de la muerte, esa, esta gran transición.
A continuación, cuando Huxley terminó su libro, me lo regaló y me lo dedicó. Escribió: al Dr. Hofmann al descubridor original de la Mokshametzina. Y efectivamente, Huxley, aquello que describió en su novela, es lo que él ha vivido en su propia vida. Cuando ya estaba en el lecho de muerte -no hay que olvidar que padeció un cáncer muy doloroso- ya no era capaz de hablar; pues en el lecho de muerte, como digo, escribió unas notas para que las leyera su mujer, indicando 0,1 miligramos de LSD-IM. Su mujer sabía lo que significaba; ella le preparó esta inyección y él murió en paz. Esta experiencia tenía algo de conmovedora, porque con este acto Huxley mostraba que lo que él había descrito en su obra como un literato, como filósofo, era algo que él estaba dispuesto a vivir en su propia vida.
Fernando S.D.: Luis Racionero, tú nos has traído precisamente este libro de Aldous Huxley "Moksha", que habla de lo que nos acaba de explicar Albert Hofmann.
Luis Racionero: Exactamente.
F.S.D.: Tu pregunta Luis, por favor.
Luis Racionero: Si e..., claro, a mí me interesa enormemente el Sr. Hofmann porque, hasta la LSD, yo había creído que el conocimiento consistía... bueno, en leer libros, en hablar con personas ilustradas... y por tanto ir acumulando información. Con la LSD yo me di cuenta que el conocimiento, aparte de ir llenando el cerebro, podía ser poner el cerebro en otro estado, es decir, yo creo que a veces se evoluciona más si uno pasa de un computador a otro más grande, o de un programa a otro, que llenando el mismo computador de más y más información; es ese salto cualitativo el que desde luego me interesó enormemente al probar la LSD, es decir, el cerebro se convierte en otra cosa, funciona de otra manera, parece que tiene muchísimas más conexiones neuronales. Yo le quería preguntar si él podía explicar de una manera accesible, al público en general, pues que pasa e... químicamente o neurofisiológicamente en el cerebro cuando uno toma sustancias de este tipo; cual es el mecanismo que hace que el cerebro se transforme en otra cosa, llegue a otro estado de funcionamiento.
Dr.Hofmann: La LSD, y también todas las sustancias afines, sustancias por ejemplo procedentes de las drogas mexicanas -mezcalina o psilocibina, por ejemplo-, estas sustancias tienen una estructura química que está muy relacionada con los llamados neurotransmisores, las hormonas cerebrales muy normales y que juegan un papel muy importante en la estructura química de nuestra propia psique. Se puede explicar el proceso de la manera siguiente: la LSD y los otros productos psicodélicos ejercen una función estimulante para la función cerebral, actúan en las más diversas direcciones. La vivencia emocional es una de las vivencias que es estimulada; se estimulan también las percepciones: los colores se vuelven más intensos, y la audición también se ve estimulada... prácticamente toda la percepción sensorial aumenta, se intensifica, y la experimentación de todas estas impresiones procedentes del entorno, a su vez, se potencian una vez más. Todo ello lleva a una percepción completamente diferente a la percepción cotidiana; como ya he dicho, se tiene la sensación de entrar en un nivel de realidad que hasta ahora sólo se podía percibir desde el exterior, mientras que ahora se vive desde el interior. Pero para contestar a la pregunta, la explicación de porque se producen estos efectos a través de estas sustancias, pues se explica por su afinidad con las sustancias y hormonas cerebrales, con sustancias que están presentes en el cerebro. De no existir esta afinidad sería muy difícil comprender porque afectan hasta este punto la estructura química de nuestra psique.
Luis Racionero: Si, bueno, Huxley decía que era como si se levantaran unos filtros, es decir, cuando estos radicales que se parecen a la serotonina y la acetilcolina se ponen en las sinapsis neuronales, parece que haya un levantamiento de filtros, ¿no?, que normalmente la percepción normal está mucho más e... sometida, mucho más e...
Antonio Escohotado: Rutinarizada.
Luis Racionero: Si, rutinarizada, espesa... como si hubieran, pues eso, realmente unas pantallas o unos filtros que fueran los que nos mantienen en este estado, y que al entrar estas sustancias, estos filtros se levantan; ¿esto químicamente como sucede?
Dr. Hofmann: Bueno, creo que no se puede explicar desde un punto de vista químico. Estamos más bien ante una metáfora... además que Huxley utilizó otra metáfora; él dijo que normalmente nuestras sensaciones y nuestro entorno tienen que ser filtrados; si nosotros pudiéramos evidenciar todo lo que nos llega no podríamos procesarlo, necesitamos una válvula –se trata de una válvula muy estrecha en nuestra conciencia cotidiana– y ésta válvula es la que se abre a través de estas sustancias; somos capaces de recibir mucho más de lo que nos llega. Ésta es la metáfora que él utiliza y es también la misma, e... el mismo sentido, en realidad que la metáfora del filtro, pero a mí me gusta más la de la válvula.
Fernando S.D.: Mario Satz... Y les recuerdo a todos que nos hemos comido ya más de la mitad del programa.
Mario Satz: Bueno, yo tengo unos cinco minutos.
Fernando S.D.: Je, je, je, segundos.
Mario Satz: A... me gustaría, de ser posible, Dr. Hofmann, volver al tema de Eleusis en relación al tema de lo sagrado y lo profano. Porque me parece que no es de ninguna manera casual que lo sagrado de la experiencia Eleusina esté ligado a la agricultura y al grano; yo he descubierto hace poquísimo tiempo que los Misterios Mayores, por ejemplo, se celebraban en septiembre. Septiembre está bajo la constelación de Virgo, y Virgo tiene como imagen tradicional a una mujer que sostiene una espiga; por lo tanto la espiga, en aquellos momentos de los Misterios Mayores, estaba arriba y estaba abajo. Usted nos habló de Démeter y del don de la agricultura. Si aquella era una experiencia sagrada, y hipotéticamente esta ligada al cornezuelo del centeno, y estamos en un momento en el que se plantea el problema de la legalización o no-legalización de las drogas, de otras e inclusive de ésta misma droga, me preocupa saber porqué en ese siglo clásico, supongo que fue la época de Pericles, se planteó el problema de censurar a un grupo privado de personas que había -no se si usted recuerda en el libro- celebrado el mayor de los Misterios privadamente, como si aquello maravilloso que veían los peregrinos en Eleusis sólo pudiera ser sagrado en la medida que fuera colectivo, ritual, trascendente, y no individual y en cierto modo profano ¿Es que la experiencia capital que provocan las drogas tiene que estar ligado a lo sagrado? ¿Es necesario?
Dr.Hofmann: En primer lugar quisiera decir... bueno, usted ha hablado de la prohibición de las drogas o de su posible legalización; hay que diferenciar entre diferentes tipos de drogas. Hay drogas que son sumamente peligrosas, drogas que producen la adicción como la heroína, las anfetaminas o los opiáceos. Estas son drogas que justamente por provocar la adicción y la utilización crónica producen un deterioro físico y psíquico. En cambio, la LSD y los otros productos psicodélicos no provocan adicción y son poco tóxicos; no hay que clasificarlos realmente como drogas para no incluirlas en este conjunto de sustancias problemáticas. Con ello no quiero decir que estas drogas carezcan de peligro; ésta es la razón por la que en Eleusis se presentan en un marco restringido; ésta es la razón por la que los indios, por ejemplo, que siguen utilizando estas drogas en la actualidad, lo hacen a modo de plantas sagradas sólo destinadas al culto religioso. Porque cuando no se está preparado para lo que a uno le sucede bajo la influencia de estas sustancias, pues uno no es capaz de superar esta experiencia, desde un punto de vista psicológico; para el no-iniciado la vivencia que se produce es tan abrumadora... Esta experiencia que consiste en separarse del mundo habitual, para adentrarse en un mundo mucho más complejo, mucho más profundo, para una persona no preparada la consecuencia puede ser un profundo shock psíquico, un derrumbamiento traumático. Éste es el peligro de estas sustancias, pues tienen que utilizarse en un marco ceremonioso que nos falta normalmente -y cuales son las consecuencias de esta situación se ha visto muy claramente en América en los años 60. Por ejemplo, se produjo casi una nueva era, al menos era lo que se creía en aquella época, la época de los hippies, pero se ha mostrado que se había obrado sin cautela. Estas sustancias se habían ofrecido como bienes de consumo para un consumo masivo, sin tener en cuenta la necesaria cautela, el necesario cuidado que ya se conocía en la antigüedad y una cautela que también respetan los indios. En aquella época, en los años 60, se vendía LSD por la calle, sin respeto alguno, y ésta fue la razón por la que se produjo la catástrofe. La revolución psicodélica terminó en el sentido de que éstas sustancias que antes tenían un empleo ritual, en los EE.UU. eran productos de venta libre para su utilización en medicina y también para el consumo privado, y a raíz de estos acontecimientos de los años 60 se pasaron a prohibir y adquirieron una fama todavía más negativa que los opiáceos. Sin embargo, los médicos que tenían estas sustancias en su posesión, hasta hoy no han podido utilizarlas, a diferencia de los opiáceos que sí pueden utilizar; y quizás aquí habría que intentar provocar un cambio. Deberían ser productos accesibles para la psiquiatría y la investigación médica, por así decir. Hoy en día los psiquiatras se han convertido en los gurus, en los sumos sacerdotes de nuestra sociedad, y si tomamos el ejemplo de los indios, estas sustancias están en manos del curandero, del sacerdote de la tribu; es el único que sabe utilizarlas, porqué es el que sabe, y sabe cómo administrarlas. Bien, en nuestra sociedad, para seguir con el paralelismo, el sumo sacerdote sería el psiquiatra, y por eso en una primera fase me parece conveniente que estas sustancias se separaran de las otras drogas que producen adicción, y se deberían volver a las psiquiatras. Me parece que debería ser un primer paso.
Fernando S.D.: André,
André Malbi: E... Dr. Hofmann, aquí se han levantado muchas liebres. Yo tengo unos cuantos interrogantes muy diferentes de los que tenía al empezar esta rueda de tertulia. El primera de todas tiene que ver con el concepto de iluminación. Aquí se pareció confundir la luz que viene de dentro con la que viene de fuera; lo más extraño de este tema es que tenemos una glándula que se llama la hipófisis que fabrica una sustancia la 5-hidroxi-triptamina, la serotonina, la cual acaba de mencionar Racionero, que tiene una estructura muy parecida a la LSD. Tiene en común con la LSD, con la psilocibina y con un montón de psicotropos, una parte de su estructura molecular que es el anillo indólico que caracteriza a estos compuestos; pero de una manera extraña, el exceso de serotonina en el cuerpo humano viene totalmente contrarrestado por la toma de LSD. Primero.
Segundo; se ha llegado a bautizar a la serotonina o la 5-hidroxi-triptamina, como la hormona del estrés, o esta angustia de imposibilidad que nace del enfrentamiento con el mundo que nos rodea. El LSD, en este momento, permite de ya no estar angustiado y a lo mejor sólo ser presente, que es la primera cosa importante lo que quiero preguntar.
La segunda es que, detrás de todas las preguntas que han sido hechas, y en todas las que se podrían hacer, hay la pregunta fundamental: ¿Existe una sustancia que sería la Puerta de la Muerte?, ¿sería posible de entender antes de morirse lo que esto implica? ; Puede ser de que todas esas iniciaciones antiguas que implican cada una de ellas y todas a la vez, el paso por la pequeña muerte, algo que ver con la movilización de unas sustancias que el cuerpo humano es capaz de producir? ¿Sería posible de que todas las síntesis que se puedan hacer sean sólo símiles, reproducciones o intento de parecido con algo que podemos nosotros hacer? Pporque, diablos, hay santos que llegan al extasis por sí solos en la soledad, en el hambre, en la oscuridad, en la pobreza, y que de repente haya que ganar 50.000 pelas para comprarse una dosis, cuando, del, porque está prohibida. Y de otra parte hay algo más, que me molesta bastante, es que se está planteando como si habiera... hubiera conciencia de 1ª y conciencia de 2ª... lo siento, estamos viviendo en un universo que es tal como es, y de momento el único problema que tenemos es tener que aguantarnos con la limitación sensorial en la cual vivimos; pero, el hecho de que no veamos los rayos infrarrojos, los rayos X o toda la gama de la radiación electromagnética, no impide de que existan; en realidad, es la pega (pena?) de un ciego frente a los cuadros de Goya, y yo, a mí, me encantaría saber si acaso no habría que diferenciar las sustancias que permiten ser más lo que somos y ayudar a que el universo en que estamos sea más lo que es, y sustancias que lo alteran. Yo diferenciaría muy fuertemente las drogas, de las sustancias psicotrópicas, porque la droga entrega un universo alterado, falso, mentiroso, totalmente diferente de sí mismo, y las sustancias como la que usted ha pasado a la historia en 1943, son las que abren hacia nosotros mismos y a través de nosotros hacia todo el resto, el mundo, la gente, la vida y probablemente la muerte, porque los trabajos del Dr. Larche (¿?) sobre estimulinas(¿?) biogenes que implican alteración del núcleo indol para que puedan aparecer, me parecen muy interesantes. Qué le parece, ¿existe una droga de la muerte?, puede ser que el éxtasis, puede ser que la luz pueda salir de alguien, ¿es cierto de que Teresa de Ávila tuvo el corazón atravesado por una luz tan fuerte, que llego físicamente a dejar una herida?
Dr.Hofmann: Bueno, en cuanto a la última pregunta de la Sta. Teresa de Ávila, se trata de una pregunta a la que no puedo contestar, pero todas estas preguntas me llevan una vez más a Eleusis. En Eleusis se transmitió un conocimiento sobre la vida y la muerte. Y este conocimiento de hecho es el conocimiento que buscamos en nuestra vida, cualquier ser humano reflexiona sobre su origen y sobre la meta a la que se dirige. Y hay diferentes métodos para llegar a una contestación, diferentes métodos para lograr unos conocimientos más profundos; métodos como la meditación, los diferentes ejercicios del yoga, el aislamiento al que se han sometido muchos de los llamados santos, y también existe la vía por las sustancias psicodélicas, pero no es más que un camino para ayudarnos en esta búsqueda. Y de hecho, muy a menudo, las vivencias bajo la influencia de LSD y otras sustancias psicotrópicas se describen como una muerte y un resucitar; hay una fase en la que se experimentan unas vivencias muy sombrías, fases que podrían describirse como una sensación de muerte; pero al final de esta vivencia vuelve la luz, y es justamente lo que muestra Eleusis: a saber, el abandonar el mundo habitual, pues este abandono, esta separación del mundo cotidiano, pues, puede equipararse a una sensación de muerte. Se abandona lo que uno conoce como el mundo, este mundo cambia y durante un momento se tiene la sensación de estar perdido, pero, a continuación uno entra en un nuevo nivel de conciencia con la sensación de haber integrado la conciencia cotidiana dentro de esta nueva conciencia; se experimenta una nueva dimensión, y una nueva conciencia de la realidad.
Andre Malbi: Mira, la mejor manera de morir es la de dejar de vivir, evidentemente; sin embargo, el hecho de poder experimentar, mientras el cuerpo vive, la muerte, como el acabar una cierta trayectoria, pero sólo implicando la mente, la capacidad que tenemos de ser conscientes de nosotros mismos y de lo que nos rodea, yo y el gran otro, este universo con el que estoy dialogando siempre, pasa evidentemente por prótesis; yo creo evidentemente que las drogas son prótesis, y que hay prótesis que obligan a caminar torcido y otras que ayudan a caminar recto; el fundamento de mi pregunta era saber si la LSD (el Dietilamid-noroacilmetil-d-lisérgico?) ayudaba a caminar recto o sólo nos enseñaba uno de los varios caminos que permiten rodear la existencia reciproca de este gran otro, y de cada uno de nosotros.
Dr. Hofmann: Para mí la vivencia del LSD ha sido un abrir de mis propios ojos. Yo he tenido de repente mayor conciencia de que la creación puede vivenciarse de un modo mucho más grande, mucho más hermoso de cómo lo solemos percibir. Es un estado de estimulación (me parece que él dice Rausch que se traduce mejor como Embriaguez) y de un verdadero éxtasis, pero hay que volver; no se puede permanecer en este Estado Extático Estimulado, no podemos vivir nuestra vida normal en este estado. Para hablar en palabras de Huxley, tenemos que volver a cerrar las válvulas, tenemos que volver a afrontar nuestros problemas cotidianos. Pero es importante saber que detrás de la barrera de nuestra vida cotidiana se oculta un mundo mucho más amplio, mucho más profundo y divino.
André Malbi: Una pregunta sin respuesta necesaria, ¿quién murió cuando usted nació y quién nacerá cuando usted muera?, no se contesta esto y dejo la palabra.
Dr. Hofmann: Ha, ha, ha, tampoco podría contestar.
Andre Malbi: Ni hace falta.
Fernando S.D.: Bueno, yo, en vista de que el programa se nos está yendo, renuncio a mis preguntas y le paso la palabra a Fernando Savater, que creo que tenía que formular alguna...
Fernando Savater: Bueno si, un minuto, no... Yo simplemente quisiera decir algo en torno a la distinción entre digamos drogas de 1ª ó de 2ª ó de 3ª. Yo creo que las hay, y creo que hay posibilidad de tratar jerarquías y gustos muy diferentes en general,
Antonio Escohotado: Como en los vinos.
Fernando Savater: No, yo sólo... no diría como los vinos, yo diría por ejemplo como en los libros, es decir, a mí me gustaría que la gente estuviera educada en la lectura de una determinada serie de obras que me parecen liberadoras y enriquecedoras, y no en otras obras que me parecen empobrecedoras o embrutecedoras; pero en cualquier caso lo que no soy partidario es de la prohibición, digamos, de las obras literarias. A mí me gustaría que la gente fuera partidaria de la lectura, digamos entre comillas, de las obras por ejemplo del Dr. Hofmann, en vez de la lectura de otras obras algunas de ellas perfectamente autorizadas, y vendidas en las farmacias e... muy embrutecedoras y muy tristes para el ser humano. Yo lo que quisiera decir es quehoy, frente a la libertad ante esta oferta, hay dos propuestas: una la de la culpabilización, es decir, la culpabilidad como respuesta ante la libertad, la satanización, convertir las drogas en culpa; y otra la responsabilidad: yo pienso que el uso, el contacto, con determinadas formas de conciencia diferente cómo puede lograrse por... Ciertas drogas como la LSD, e... pueden aumentar la responsabilidad y utilización de determinadas sustancias, frente a la culpabilidad con que se las carga normalmente.
Dr. Hofmann: Creo que es muy importante que uno comprenda perfectamente que la utilización de las drogas es una aventura, porque la entrada en otros niveles de conciencia, ya sea a través de la meditación o productos psicodélicos como la LSD, siempre implica un atrevimiento. Pero creo que deberíamos dejarlo a la libre responsabilidad del individuo; él debe ser quien decide y cual debe ser la vía que quiere utilizar para lograr una mayor comprensión de los grandes misterios de nuestra existencia. Tiene que ser él quien decide si prefiere salirse de las enseñanzas religiosas, de la fe, para acercarse a este misterio, si prefiere utilizar métodos de meditación, de aislamiento, o si prefiere consumir sustancias psicodélicas. Pero en realidad no es tanto la LSD que puede aportar la iluminación al individuo; hace falta una preparación, hace falta una expectación y una madurez, y una responsabilidad muy grande. Sin estos requisitos la LSD no es más que una sustancia, una sustancia que tiene relación con nuestro organismo. Nosotros, como organismos bioquímicos, tenemos una afinidad con el mundo vegetal y hay sustancias que influyen en nuestra conciencia; vivimos el mismo ciclo vital que las plantas, y la LSD, al igual que todas las sustancias psicodélicas, tiene su origen en el mundo vegetal. Nosotros lo debemos todo a la planta, le debemos nuestro alimento, nuestro propio proceso vital y su energía, y en realidad podríamos calificar estas sustancias de psicovitaminas, capaces de ayudarnos a ir más allá de nuestra maduración física, que nos ayudan a un crecimiento psíquico y espiritual.
Fernando S.D.: Respecto precisamente a occidentales... Después de la relativa permisividad de los años 60, cerraron filas no sé si con mucho conocimiento de causa, contra la LSD y sustancias parecidas, y nos avisaron sobre el riesgo de destrucción de neuronas, destrucción de cromosomas y... en fin, otros componentes genéticos, e incluso ya no en occidente sino en el propio oriente, en el mundo de las sectas, de los gurues, de los iniciados, de las religiones mistéricas etc., se empezó a decir que la utilización de estas sustancias dañaba de forma irremediable lo que en el hinduismo se llaman los chacras, esa especie de puntos neurálgicos, puntos vitales, puntos energéticos del organismo, a través de los cuales se produce la reunión del microcosmos con el macrocosmos. ¿Que hay de verdad y que hay de leyenda interesada, en este ponernos sobre aviso a propósito de estos peligros?
Dr. Hofmann: Bueno, estas publicaciones indicando de que la LSD trastorna la masa del globo cerebral, y por ello influye negativamente en los cromosomas, pues es una afirmación errónea como se ha demostrado científicamente; no se han podido demostrar secuelas físicas. Como ya he dicho el peligro radica de que la vivencia psicológicamente profunda de una realidad distinta; excepto en el caso de una experiencia que para una psique determinada no sea superada, no ha habido ningún tipo de peligro físico. Se han tomado centenares de dosis de LSD por el mismo individuo sin que se haya producido ningún daño físico; cuando se toma sólo tres veces la cantidad de heroína de la que es necesario para obtener su efecto habitual, pues el individuo muere; si bebo diez veces más alcohol del que me hace falta para producir el efecto deseado, también muero. Sin embargo, de LSD se ha llegado ha tomar cien veces la cantidad necesaria sin que se produzca ningún daño físico. Lo que sí ha ocurrido es que se han producido muertes como consecuencia del estado profundo de confusión de la conciencia que se produce en un individuo no preparado; una vez más, LSD forma parte de las llamadas drogas sagradas, sagradas en el sentido de que hacen falta los preparativos necesarios, hace falta un respeto. Y vuelvo una vez más a Eleusis: estas drogas se tienen que administrar tal como se administraban en Eleusis; me parece que incluso puede ser un ejemplo de cómo manejar estas sustancias en nuestro tiempo.
Andre Malbi: Doctor,
Fernando S. D.: Es que, perdona una cosa brevísima, ¿ tú a tu divina edad sigues experimentando con estas sustancias en tu cuerpo y en tu alma?
Dr. Hofmann: Mmm... je, je, je, todo lo que LSD me ha podido dar, ya me lo ha dado, y ahora intento vivir de acuerdo con estas vivencias. LSD me ha abierto los ojos, he sido capaz de comprender, y ahora intento mantener mis ojos abiertos siempre, es decir, mantener la conciencia abierta, sin LSD; seguir comprendiendo el milagro de la vida, el milagro y el misterio del ser y del devenir.
Andre Malbi: Al igual que los Taoístas decían que el ideal de la actividad era el buen hacer y el hacer sin actuar, puede ser de que la conciencia tenga que..., que actuar sin ejercerse hacia fuera; puede ser de que el único mundo en el cual tengamos acceso realmente sea un mundo interno, y que este mundo interno cuanto más símil al que nos rodea, mejor. Puede ser el LSD sea uno de esos caminos y pasos... de paso, eh, creo que los siete que estamos aquí somos todos drogados porque hoy hemos tomado derivados de "colinas" (¿?) que sea café, té o que sea chocolate, el chocolate que es sin cacao, que no es broma...
(...)
Durante esta última intervención van pasando los títulos del cierre del programa y así acaba el programa y la cinta. He intentado traducirlo lo más literalmente posible con los dejes y errores gramaticales del habla y escribirlo todo tal y como yo lo he escuchado; hay que tener en cuenta que las respuestas del Dr. Hofmann las dice en realidad la traductora y que ha habido palabras y expresiones que no sé si los he trascrito correctamente.
Domentx Ucin eta Maite Elizburu, 2001-03-26. Bartzelona - Soraluze

http://www.imaginaria.org/entr_hof.htm

viernes, 16 de octubre de 2009

La postura

La postura no es un medio para obtener el estado mental correcto. Cuando se toma esa postura se está en el estado mental correcto. No hay necesidad de lograr cierto estado mental especial.

Ahora desearía hablar de la postura zazén. Cuando uno se sienta en la posición de loto
perfecta, el pie izquierdo está sobre el muslo derecho y el pie derecho, sobre el muslo
izquierdo. Al cruzar las piernas de esta forma, aunque tenemos una pierna derecha y una
izquierda, las dos se convierten en una. Esa posición expresa la unidad de la dualidad: no son
dos, pero tampoco una. Eso es lo más importante de esta enseñanza: no dos, pero tampoco
una. Nuestro cuerpo y nuestra mente no son dos, pero tampoco son uno. Cuando se piensa
que el cuerpo y la mente son dos es una equivocación. Cuando se piensa que los dos son uno,
también es una equivocación. Nuestro cuerpo y nuestra mente son a la vez dos y uno. Lo
corriente es pensar que si algo no es uno, entonces debe ser más de uno; si no es singular, es
plural. Pero en la experiencia práctica, nuestra vida no es sólo plural, sino también singular.
Toda persona es a la vez dependiente e independiente.
Dentro de unos años moriremos. Cuando se piensa que ése es el fin de la vida, se ha
entendido mal. Pero, por otra parte, cuando se piensa que no moriremos nunca, esto también
es erróneo. Moriremos y no moriremos. Así habrá de entenderse: Quizás haya quien piense
que la mente o el alma existen siempre y que lo que muere es solamente el cuerpo físico, mas
esto no es la verdad exacta, porque tanto la mente como el cuerpo tienen fin. Pero, al mismo
tiempo, también es verdad que existen eternamente. Y aunque se habla de una mente y un
cuerpo por separado, ambos son realmente las dos caras de una misma moneda. Así es como
ha de entenderse. Por eso, cuando se adopta la postura se simboliza esta verdad. Cuando se
pone el pie izquierdo al lado derecho del cuerpo y el derecho al lado izquierdo no se sabe cuál
es cuál. O sea que un lado puede ser tanto el izquierdo como el derecho.
Al adoptar la postura de zazén lo importante es mantener derecha la columna vertebral.
Deben mantenerse en línea las orejas con los hombros. Se relajan los hombros y se eleva la
parte posterior de la cabeza hacia el techo. Y se recoge el mentón hacia el pecho. Cuando se
inclina el mentón hacia arriba no se tiene una postura firme. Es probable que se esté soñando.
Además, para lograr firmeza en la postura se debe presionar el diafragma hacia el hara o bajo
abdomen. Esto ayuda a mantener el equilibrio físico y mental. Al principio, cuando se trata de
conservar esta postura suele encontrarse alguna dificultad para respirar normalmente, pero
una vez que la persona se acostumbra, le es fácil respirar con normalidad y profundidad.
Las manos deben formar el "mudra cósmico". Cuando se pone la mano izquierda sobre la
derecha con las palmas hacia arriba, se juntan los nudillos medios de los dedos mayores y se
tocan ligeramente los pulgares, uno con otro (como si estuviesen sosteniendo una hoja de
papel), las manos forman un óvalo hermoso. Este mudra universal se debe mantener
cuidadosamente, como si uno tuviera algo muy precioso en la mano. Las manos han de estar
pegadas al cuerpo, con los pulgares aproximadamente a la altura de la región umbilical. Los
brazos deben permanecer sueltos y laxos, ligeramente separados del cuerpo, como si se
estuviera sujetando un huevo en cada axila, sin romperlo.
No debe inclinarse uno hacia un lado, hacia atrás o hacia adelante. Hay que sentarse bien
derecho, como si se estuviera sosteniendo todo el cielo con la cabeza. No se trata únicamente
de cubrir las formas o de respirar bien. Esta postura representa el punto clave del budismo. Es
la expresión perfecta de la naturaleza de Buda de la persona. Si lo que se desea es lograr la
verdadera comprensión del budismo, hay que practicar de esta manera. Esas formas no son un
simple medio para obtener el estado mental correcto. La postura correcta es de por sí el
propósito de nuestra práctica. Cuando se logra esta postura, se está en el estado mental
correcto y por eso no hay necesidad de esforzarse para alcanzar cualquier estado especial.
Siempre que uno trata de lograr algo, la mente comienza a divagar en otras direcciones.
Cuando no se trata de alcanzar nada, se tienen el cuerpo y la mente "aquí mismo". Un maestro
de Zen diría: "¡Matad al Buda!". Hay que matarlo (cuando está en alguna otra parte). Se lo
debe matar porque lo importante es reasumir la propia naturaleza de Buda.
Hacer algo es expresar nuestra propia naturaleza. No existimos en virtud de ninguna otra
cosa. Existimos por nosotros mismos. Ésta es la verdad fundamental expresada en las formas
que seguimos. Por ejemplo, cuando nos sentamos o cuando nos ponemos de pie en el zendó,
nos ajustamos a ciertas reglas. Pero el propósito de dichas reglas no es igualar a todos, sino
permitir a cada uno expresar de la manera más libre su propio sí mismo. Cada uno de nosotros
tiene su particular manera de mantenerse de pie, y esta postura de pie se basa en las
proporciones de su cuerpo. Cuando uno se pone de pie, los talones deben estar separados por
una distancia igual al ancho del puño de la persona, con el dedo gordo de cada pie en línea con
el centro de cada hemitórax. De la misma forma que se hace en el zazén, hay que recargarse
un poco en el abdomen. Asimismo, las manos han de expresar también el propio ser. La mano
izquierda ha de ponerse sobre el pecho con los dedos alrededor del pulgar y la derecha sobre
ella, con el pulgar hacia abajo y los dos antebrazos paralelos al piso. Así uno se siente como si
estuviera asido a una columna circular —la gran columna circular del templo— sin poder
encorvarse ni inclinarse hacia un lado.
Lo más importante es sentirse dueño del propio cuerpo físico. Cuando uno se encorva,
pierde el sentimiento de sí mismo. La mente divaga hacia otra cosa. La persona no está en el
propio cuerpo. Ésa no es la manera correcta. ¡Debemos existir ahora mismo, en el presente!
Éste es el punto clave. Hay que tener cuerpo y mente propios. Todo debe existir en su lugar
correspondiente, de la manera correcta. Así no hay ningún problema. Si el micrófono que uso
cuando hablo se pone en otro lugar, no cumple su cometido. Cuando se tienen en orden el
cuerpo y la mente, todo lo demás ocupa el lugar que le corresponde de la manera que le
corresponde.
Pero usualmente, sin darnos cuenta de ello, solemos tratar de cambiar otras cosas en
vez de cambiarnos a nosotros mismos. Tratamos de ordenar cosas que están fuera de
nosotros. Lo malo es que resulta imposible organizar las cosas cuando uno mismo no está en
orden. Cuando se hacen las cosas bien y en el momento preciso, todo lo demás se organiza.
Uno es el "patrón". Cuando el patrón duerme, todos duermen. Cuando el patrón hace bien
algo, todos a su vez lo hacen bien, en el momento preciso. Ése es el secreto del budismo.
Por eso conviene siempre mantener la postura correcta, no sólo en la práctica del zazén,
sino también en todas las otras actividades. Hay que mantener la postura correcta cuando se
conduce el auto y cuando se lee. Si se lee en postura encorvada no es posible mantenerse
despierto por mucho tiempo. Ensáyenlo. Descubrirán cuán importante es mantener la postura
correcta. Éste es un verdadero precepto. Los preceptos escritos en un papel no son los
verdaderos. Lo escrito es una especie de alimentación para el cerebro.
Naturalmente, es necesario tomar algún alimento para el cerebro, pero lo más
importante es ser uno mismo mediante la práctica de la forma correcta de vida. Por eso Buda
no pudo aceptar las religiones existentes en su tiempo. Estudió muchas de ellas, pero no
encontró satisfactorias sus prácticas. No logró hallar la respuesta en el ascetismo ni en
ninguna de las filosofías. No estaba interesado en la existencia metafísica, sino en su propio
cuerpo y su propia mente, tal como eran en ese momento, y una vez que se hubo hallado
descubrió también que todo lo que existe tiene naturaleza de Buda. Ésa fue su iluminación. La
iluminación no es una simple sensación de bienestar o un estado mental particular. El estado
mental de la persona cuando se siente en la postura correcta es, de por sí, la iluminación.
Cuando no se está satisfecho del estado mental que se tiene en el zazén, eso significa que la
mente está divagando todavía. Nuestro cuerpo y nuestra mente no deben ser ni vacilantes ni
divagantes. En esta postura no hay necesidad de hablar acerca del estado mental correcto. Ya
se lo tiene. Ésta es la conclusión del budismo.


Shunryu Suzuki
Mente Zen, Mente de Principiante

martes, 13 de octubre de 2009

El malabarismo mejora el cerebro

Las tareas complejas, como los juegos de malabares, producen cambios importantes en el cerebro, dice un estudio.

Las tareas complejas, como los juegos de malabares, producen cambios importantes en la estructura del cerebro, según una nueva investigación llevada a cabo en Reino Unido.
Los científicos de la Universidad de Oxford -que publican su investigación en Nature Neuroscinece- encontraron un aumento de 5% en la materia blanca cerebral.
La materia blanca es una parte del cerebro formada por fibras nerviosas que contienen mielina, la sustancia que permite transmitir más rápido los impulsos nerviosos.
Los investigadores esperan que estos resultados ayuden a desarrollar tratamientos para enfermedades como la esclerosis múltiple, en las que los conductos del sistema nervioso central se degeneran.
"Tendemos a pensar que nuestro cerebro se vuelve estático, o incluso comienza a degenerarse cuando llegamos a la adultez" afirma la doctora Heidi Johansen-Berg, quien dirigió el estudio en el Departamento de Neurología Clínica de la Universidad de Oxford.
"De hecho, descubrimos que la estructura del cerebro puede cambiar. Demostramos que es posible que el cerebro acondicione su propio sistema de conexiones neuronales para operar de manera más eficiente" afirma.
Vías y confluencias
La materia blanca del cerebro contiene grupos de fibras largas que transmiten impulsos eléctricos de una neurona a otra.
Se trata de una red enorme y densa de vías y confluencias.
Estudios previos han demostrado que el aprendizaje y práctica de nuevas habilidades, como los juegos de malabarismo, que utilizan la parte visual motora del cerebro, pueden conducir a cambios en la materia gris, donde ocurre el procesamiento y la computación cerebral.
Pero no se sabía si estas prácticas podrían también tener un impacto en la materia blanca.
En el nuevo estudio, los científicos utilizaron un método llamado imágenes de resonancia magnética de difusión (RMD), que puede medir el movimiento de las moléculas de agua en el tejido cerebral, para ver si los malabarismos podrían cambiar la materia blanca del cerebro.
Los individuos que participaron en el estudio fueron entrenados durante seis semanas y sometidos a escáneres cerebrales antes y después del experimento.
Los participantes, 24 adultos jóvenes sanos, ninguno de los cuales podía hacer malabarismo, fueron divididos en dos grupos.
Uno de los grupos recibió sesiones de entrenamiento semanas en el arte del malabarismo durante seis semanas y se le pidió que practicara durante 30 minutos cada día.
El otro grupo siguió su vida normal.
Después del entrenamiento, los 12 malabaristas fueron capaces de realizar al menos dos ciclos continuos de la clásica cascada de tres pelotas.
Ambos grupos fueron sometidos a escáneres de RMD antes y después del entrenamiento.
A las seis semanas, se encontró en el cerebro de los malabaristas un aumento de 5% en la materia blanca de la sección posterior del cerebro llamada sulcus intraparietal.
Cambiante
Se ha demostrado que esta área contiene nervios que reaccionan cuando alcanzamos o asimos objetos que están dentro de nuestra visión periférica.
os investigadores encontraron una gran variación en la capacidad de los voluntarios para hacer malabarismos, pero todos mostraron cambios en la materia blanca.
El equipo de Oxford afirma que esto quizás se debe al tiempo que pasaron entrenando o practicando, y no al nivel de habilidad lograda.
Según la doctora Johansen-Berg "las imágenes de resonancia magnética son una forma indirecta de medir la estructura del cerebro así que no podemos estar seguros de qué es lo que está cambiando exactamente cuando esta gente aprende".
"Futuras investigaciones deben mostrar si estos resultados reflejan cambios en la forma o número de fibras nerviosas, o crecimiento en la capa aislante de mielina que rodea a las fibras".
"Por supuesto, esto no significa que todos debemos empezar a hacer malabarismo para mejor nuestro cerebro".
"Elegimos esta tarea puramente como una práctica compleja que conduce a que la gente aprenda nuevas habilidades". afirma la científica.
Los investigadores afirman que este trabajo puede tener aplicaciones clínicas pero en un futuro lejano.
Por su parte, la profesora Cathy Price del Centro de Neuroimágenes Wellcome Trust afirma que "es muy emocionante ver evidencia de que el entrenamiento puede cambiar las conexiones de la materia blanca humana".
"Este estudio apoya otros trabajos que ya han demostrado que la materia gris cambia con el entrenamiento y nos alienta a llevar a cabo más investigaciones para entender los mecanismos celulares que subyacen a estos efectos", dice la científica.

BBC Mundo

lunes, 12 de octubre de 2009

Mente de principiante

A la mente del principiante se le presentan muchas posibilidades; a la del experto, pocas.

Se suele decir que la práctica del Zen es difícil, pero hay una gran equivocación en lo que
respecta al porqué. No es difícil por el mero hecho de que resulte arduo sentarse en la posición
de piernas cruzadas o alcanzar la iluminación. Es difícil porque lo arduo está en mantener
nuestra mente y nuestra práctica puras en su sentido fundamental. El desarrollo de la escuela
Zen tomó muchas formas después de establecida en la China y al mismo tiempo fue
tornándose impura. Sin embargo, no es del Zen chino ni de la historia del Zen de lo que quiero
hablar. Lo que me interesa es ayudar a impedir que la práctica del lector se vuelva impura.
En el Japón tenemos el término shoshin, que significa "mente de principiante". El
propósito de la práctica es mantener siempre pura la mente de ese principiante. Supongamos
que se recita el Sutra Prajña Paramita sólo una vez. Quizás esa recitación resulte de provecho.
Pero ¿qué sucedería si se recitara dos, tres, cuatro o más veces? Tal vez se podría perder la
actitud original hacia esa oración. Lo mismo ha de ocurrir con las otras prácticas del Zen. Se
mantendrá la mente de principiante durante cierto tiempo. Pero si se continúa esa práctica por
uno, dos, tres o más años, aunque quizás se mejore un poco, está uno propenso a perder el
significado infinito de la mente original.
Para los estudiantes de Zen lo más importante es evitar el dualismo. La "mente original"
lo incluye todo en sí misma. Es siempre rica y suficiente por sí misma. No se debe perder esa
autosuficiencia del estado mental. Esto no significa tener la mente cerrada, sino, en realidad,
mantenerla vacía, pronta. Cuando la mente está vacía, se encuentra siempre dispuesta para
cualquier cosa, abierta a todo. A la mente del principiante se le presentan muchas
posibilidades; a la del experto, pocas.
Cuando uno discrimina demasiado, se limita. Cuando se es demasiado exigente, o
demasiado ambicioso, la mente no es rica ni autosuficiente. Cuando la mente original deja de
ser autosuficiente, se pierden todos los preceptos. Cuando la mente se torna exigente, cuando
se anhela algo, se termina por contravenir los propios preceptos: no mentir, no robar, no
matar, no ser inmoral, etc. En cambio, cuando se mantiene la mente original, los preceptos se
mantienen por sí mismos.
En la mente de principiante no surge el pensamiento "he alcanzado algo". Todos los
pensamientos basados en el propio yo tienden a limitar la vasta mente. Cuando no se abriga
ningún pensamiento de logro, ningún pensamiento del propio yo, es cuando uno llega a ser
verdadero principiante. Entonces es cuando se puede aprender algo realmente. La mente de
principiante es compasiva. Y cuando la mente es compasiva, es infinita. Dogen-zenji, el
fundador de nuestra escuela, recalcaba siempre la importancia de recobrar la mente original
infinita. Con ella somos siempre sinceros para con nosotros mismos, resonamos
simpáticamente con todos los seres, y verdaderamente podemos practicar.
En resumen, lo más difícil de todo es mantener siempre la mente de principiante. Para
ello no es necesario lograr primero una profunda comprensión del Zen, por mucho que se lea
sobre el tema del Zen, la lectura de cada oración o frase debe hacerse con la mente fresca y
abierta. No se ha de decir nunca "sé lo que es el Zen" o "he logrado la iluminación." Éste es
también el verdadero secreto en lo tocante a las artes. Hay que ser siempre principiante. Hay
que tener mucho, mucho cuidado en este asunto. Si se comienza a practicar el zazén, se tiene
que empezar a apreciar la mente de principiante. Éste es el secreto de la práctica del Zen.


Shunryu Suzuki
Mente Zen, Mente de Principiante

jueves, 8 de octubre de 2009

Teoría de la diversión.

Se comienza a creer en una teoría informal por decir de cierta forma, como si fuera un chiste... la teoría de la diversión. Pero ese chiste parece ser la manera más fácil de cambiar las conductas de las personas, y además, haciendo sus pasos rutinarios más divertidos...



miércoles, 7 de octubre de 2009

El amor nos hace más creativos

Un estudio realizado por los psicólogos Jens Förster, Kai Epstude y Amina Özelsel, de la Universidad de Amsterdan, revela que el amor cambia nuestro modo de pensar y potencia la creatividad. En concreto, los experimentos de Förster y su equipo muestran que el sentimiento amoroso favorece el procesamiento global de la información, que se realiza sobre todo en el hemisferio derecho del cerebro, potenciando el pensamiento creativo a la vez que inhibe el pensamiento analítico.

Según los investigadores, este efecto es opuesto al del deseo sexual, que incrementa el pensamiento analítico y reduce la creatividad. Los investigadores atribuyen estas diferencias a que el amor romántico requiere tener una perspectiva a largo plazo, mientras que el sexo prepara al cerebro para una perspectiva a corto plazo, “aquí y ahora”.

domingo, 4 de octubre de 2009

28/06/1997 *Hofmann entrevistado por el Dr. Fericgla

Los días 27 y 28 de junio pasado se celebraron en Barcelona las II Jornadas sobre enteógenos (alucinógenos). La estrella más entrañable del evento fue el universal Dr. Albert Hofmann, químico descubridor de la LSD-25, la droga que revolucionó el mundo occidental, nuestro arte, la forma de entender la vida y la muerte, nuestras relaciones sociales... No creo que sea necesario extenderme acerca de esta substancia, ingerida casualmente por el Dr. Hofmann en abril del 1943 y que resultó ser la llave química de donde nacería el Pop art, el interés por las filosofías orientales y un conjunto de elementos más que hoy configuran el zócalo más profundo de nuestro mundo y de nuestra idiosincrasia. Albert Hofmann tiene 91 años pero en absoluto lo aparenta. Elástico en los movimientos y jovial hasta cualquier hora nocturna, sin bastón, gafas, ni otras ayudas artificiales. Le encanta el vino tinto y asegura que beber una copa cada noche alarga dos años la vida, sabe tratar a los demás con un respeto excelso y le atraen las chicas hermosas y la vida intensa. Hace más de veinte años que no toma LSD (¿para qué? la LSD ya me dio todo lo que me podía dar, no necesito tomar más, me responde cuando lo comentamos) y su mirada es firme, escudriñadora e irónica hacia todo lo que le rodea. Es de las pocas personas que conozco que cuando te mira lo hace de frente, está totalmente en ello y sabe escuchar —¡virtud, por desgracia, a la baja!—. También es espontáneamente cuidadoso y sopesa cada uno de sus actos. Me recuerda a los campesinos suizos, su país de origen y donde ha vivido toda su vida: fuertes, sanos, risueños y a la vez atentos, perspicaces y de mirada directa.

Lo que sigue es el resumen de una larga charla entre amigos, un domingo por la tarde, después de una sabrosa paella preparada con cariño.

Josep Mª Fericgla: Albert, ¿hay alguna pregunta que te hubiera gustado que te plantearan y nadie lo ha hecho?

Albert Hofmann: (piensa un segundo y responde con seguridad): ¡Sí! Por qué estudié química. Nadie me lo ha preguntado nunca.

J.Mª F.: Bien, pues... ¿por qué te hiciste químico?

A.H.: Estudié química porque era una cosa extraña. Es sorprendente que cuando yo tenía 19 años estudiaba literatura, historia, artes... ¡eso era lo que me gustaba! Me preguntaba a mí mismo ¿qué es el mundo material? ¿cuál es la ciencia del mundo material? Fue por esa razón filosófica que estudié química. Mi antiguo profesor de filosofía me repetía a menudo que debía hacer algo en este campo, lo que entonces me sorprendía porque yo no sabía nada de química ¡hice el bachillerato de latín!. Sólo sabía que era la ciencia del mundo material y esto es un verdadero misterio, pero es algo que... debía ser válido, porque el mundo material existe y no podemos cambiarlo con sólo una discusión de opiniones. En literatura o en arte siempre hay ideas distintas, pero el mundo material es estricto, es rígido. Este fue el motivo por el que estudié química. Claro que debo decirte también que sin esa extraña idea nunca hubiera descubierto la LDS, y cuando eso sucedió reapareció de nuevo ese misterio que tenía en la mente a los 19 años. Siempre me andaba preguntando a mí mismo ¿por qué llegaste a estudiar química? Y ahora creo que probablemente ese era mi destino, tenía que descubrir la LSD pero para eso hacía falta estudiar química...

J.Mª F.: Hay químicos que defienden que los seres humanos no somos más que un complejo saco de química. ¿También tu piensas eso?

A.H.: ¡¡No, no!! Lo es nuestro cuerpo. Eso sí es química, por supuesto. Todos contenemos los mismos elementos: carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno... por eso somos parte del Universo material. Somos una parte individual de ese Universo material, y como seres conscientes somos una parte individual de la Consciencia Universal. Esa es mi manera de verlo. Todo en el universo tiene una parte material y otra espiritual, ¡todo! El Universo espiritual no podría existir sin el material y al revés.

J.Mª F.: Eso es algo defendido por casi todas las religiones, pero el problema no es la dualidad sino cómo o dónde se halla la conjunción entre espíritu y materia.

A.H.: Tienes razón. Puedo mostrarte exactamente donde está: en los centros del cerebro. Por ejemplo, fíjate en las experiencias visuales ¿qué son? ¿cómo podemos ver algo? Para ello debe haber algo fuera, un objeto. Pero entonces sólo podemos verlo si hay luz. La luz es energía, ondas electromagnéticas que penetran en nuestro ojo. Luego, estas ondas producen una imagen nerviosa en el ojo y desde ahí el nervio óptico las envía a los centros del cerebro. Toda esta geografía del cerebro la conocemos perfectamente. Pero entonces pasa algo: a partir de este suceso energético, es decir material, se produce la visión, y la visión es algo espiritual, no es material. De esto no se puede explicar nada más. Ver es ver y no es material. No podríamos ver sin la materia, sin la energía, pero esta energía no produciría ninguna imagen sin el mundo espiritual. Ver es algo absolutamente espiritual. Las ciencias naturales no pueden dar ninguna explicación a ello. Siempre tenemos un impulso exterior, quizás químico si comemos algo, y esta química en mi interior produce un impulso que llega hasta el cerebro, y mi mente dice: "dulce, dulce...". Así, toda esta conexión entre el mundo material y el espiritual sucede en nuestro cerebro, en los centros del cerebro. Hasta ahí podemos reseguir las ondas energéticas que vienen del exterior... pero ahí empieza el mundo espiritual porque, por ejemplo, el sonido no existe en el exterior, allí sólo existen vibraciones de aire, el sonido tal y como lo percibimos es espiritual, lo mismo con los sabores y las imágenes.

J.Mª F.: Estos argumentos los he leído en tu último libro Mundo interior mundo exterior, pero me gustaría saber tu opinión más allá de esto. Este límite entre lo material y lo espiritual ¿cómo lo concibes traducido al fenómeno vida-muerte?

A.H.: ¡Me gusta esta pregunta, es interesante! Ambos, el mundo material y el espiritual, provienen del mismo origen. La materia es básicamente caos, entonces llega una fuerza espiritual que, por así decir, produce una química muy inteligente y organiza los elementos materiales para formar todos los organismos vivos. En el mismo principio hay una chispa de vida que no podemos explicar, que se sitúa en la semilla, en la célula fertilizada. Es como una célula de la Consciencia Universal. Existe algo misterioso: la consciencia. Es ella la que construye un ser vivo a partir de materia muerta. Es la fuerza de la vida, la misma que crea una planta, una flor o un ser humano... todo. Cuando morimos este elemento de consciencia desaparece. Ya no podemos ver, ni oír... todas estas funciones que están dirigidas por la fuerza vital ya no se dan. Nuestro cuerpo vuelve a la forma desde la que se originó —agua, carbono...—, vuelve a la Consciencia Universal. Deja de ser una parte individualizada de esta Consciencia Universal y se convierte en parte del mundo material universal, los elementos. Es evidente para las ciencias naturales que aunque no podamos explicar por qué pasan estas cosas, si no hay energía, si no está presente esta fuerza creadora que origina las plantas y los seres superiores, todo vuelve a los elementos base, al caos. A esta fuerza creadora podemos llamarla Dios o Espíritu creador, o como se quiera, se trata de una fuerza mística que utiliza el mundo material para manifestar su espiritualidad. Me atrevería a decir que el mundo material es la representación, como la imagen, del mundo espiritual.

J.Mª F.: Si te parece, cambiemos de tema. Después de toda la historia reciente ¿Nunca te has arrepentido de haber descubierto y divulgado la LSD-25?

A.H.: ¡No, nunca! Yo intentaba preparar un medicamento y descubrí los efectos de la LSD, esta substancia que tiene un efecto espiritual. ¡No puede ser nada malo! Tampoco era mi intención descubrirlo. Digamos que tuvo que ser idea de algún espíritu generoso. Para nada puedo sentirme arrepentido, en todo caso debería ser la vida la que se arrepintiese. Debes hacer lo que depende de ti, y probablemente ya esté planificado todo lo que luego sucederá.

J.Mª F.: Pareces muy determinista con esta afirmación, Albert. Para hablar de tu antiguo conocido C.G. Jung, tal vez él diría que nuestras acciones están mayormente determinadas por el inconsciente que es quien planifica, ¿qué piensas de ello? ¿Compartes el rechazo a la idea de la existencia de un inconsciente humano, como hacen algunos científicos positivistas?

A.H.: Tengo una opinión bastante clara al respecto. No comprendo como se puede negar el inconsciente ¡es tan obvio! Tenemos sueños, recuerdos que hemos olvidado y luego recuperamos de nuevo, también para eso sirve la LSD. Todo eso es inconsciente. Ahora mismo, yo soy consciente de este momento, pero no puedo serlo de todo lo que me sucedió ayer o anteayer. Cuando estamos sanos, la consciencia es siempre ahora y aquí, el resto es inconsciente. Es como si registramos imágenes en una cinta de vídeo y después las podemos poner una y otra vez. Lo que sea sucedió una única vez, pero no puedes decir que el vídeo no existe.

J.Mª F.: ¿Crees que cada enteógeno genera imágenes similares en cada persona que lo consume?

A.H.: Es una experiencia interior, en el inconsciente. Pero eso no significa que sea siempre igual. No siempre vi flores ni formas psicodélicas al tomar LSD. Tuve experiencias muy, muy diversas. Algunas extrañas y otras muy cercanas a la consciencia diaria.

J.Mª F.: La ayahuasca es el centro de la cultura simbólica del mundo indígena en la amazonia. Una vez realicé un experimento ofreciendo LSD a un apartado chamán indígenas amazónico sin ningún contacto con la California años 60, y dijo haber visto flores y cielos de colores, imágenes que nunca aparecen con la ayahuasca y que él desconocía. ¿Qué posibilidades químicas hay de que esta imaginería que parece salir del inconsciente venga "insertada" en la LSD?

A.H.: No lo sé, pero hay algo curioso en esta conexión. Cuando experimenté con hongos alucinógenos por primera vez, los había conseguido para analizarlos pero yo quería probar el efecto antes de iniciar la investigación en el laboratorio. Así que mastiqué aquellos hongos secos y tuve una experiencia muy extraña. Todo cambió y adquirió un carácter indio: los colores, las figuras, mi habitación había cambiado. Yo nunca había estado en México, pero tenía la sensación de que aquello debía ser como México antiguo. Se acercó uno de mis colegas que estaba allí para supervisar mientras yo ingería los hongos. Es un hombre rubio, pero yo le vi como a un sacerdote azteca. Yo había leído sobre aquellos sacerdotes, y realmente el ambiente y la estancia eran típicamente indios. Se dice que estas imágenes son típicas de la psilocibina. Ahí sí veo una conexión entre el arte indio y las visiones que tienen con mezcalina o psilocibina. Me sucedió lo mismo que en mi experiencia con María Sabina. Ella me preguntó qué había visto y le respondí que una imágenes difíciles de describir. Posteriormente hicimos un tour visitando viejas iglesias de la primera cristianización de México, construidas por obreros indios. Al entrar, vi representado lo que me había aparecido en las visiones de los hongos psilocíbicos. Siempre se ha dicho que le arte mexicano ha estado muy influido por este tipo de visiones.

J.Mª F.: Dada la enormidad de tus experiencias personales y del importante papel que has jugado en la cultura actual ¿qué recomendarías a los jóvenes, en general?

A.H.: En el prólogo de mi libro sobre la LSD describí una visión de una experiencia que tuve siendo niño y que se repitió bajo los efectos de la LSD. Esto significa que podemos tener experiencias visionarias espontáneas, son naturales. La posibilidad está en el interior del ser humano aunque estas substancias ayuden a provocarlo. Por eso, al principio me sorprendió que uno pueda provocarse estas experiencias con substancias químicas. Pero yo les diría a los jóvenes: intentad abrir los ojos, intentad mirar ¡sólo mirar!. Hay quien dice que es peligroso, pero es porque miran y piensan con palabras. Y lo importante es ver sin pensar, para poder pensar después ¡Ver y pensar! no se pueden hacer ambas cosas a la vez. En la entrada a una vieja ciudad suiza está escrito: Abra los ojos, significa que intentes ver lo que es de verdad y no pienses en que esto es el cielo, o un árbol o una nube. No. Mira el árbol sin pensar. Mira todas las cosas vivas que no están hechas por el ser humano. Sólo míralas, eso es lo que digo a la gente joven. Después, y si uno quiere por supuesto, puede provocarse las imágenes con la ayuda de substancias, pero antes hay que mirar. Tuve una discusión con Leary porque daba enteógenos a los jóvenes y yo les decía que antes de intentar ver más, simplemente tenían que ver. No hay que trastornarlos con demasiados pensamientos. Es importante que los jóvenes salgan a los bosques, a la Naturaleza... ¡y miren! Eso es lo que deberíamos enseñar en las escuelas, además de pensar y nombrar. Uno termina pensando en los nombres de las cosas y no en las cosas de verdad. Con los escritores sucede lo mismo: los hay que se expresan en términos abstractos y otros que intentan describir las imágenes, y eso es importante porque muchos pensamos en imágenes. El pensamiento abstracto es muy difícil para mí, no podría pensar como hacen los abogados o los filósofos.

J.Mª F.: Nietzsche dijo que el siglo pasado fue el siglo de la salvación, la gente orientaba sus vidas hacia ello, pero que el presente siglo sería el de la curación, la gente buscaría sanarse, y parece que acertó. ¿Qué sugerirías a los psicoterapeutas actuales?

A.H.: Creo que la psicoterapia va por buen camino. Cada vez viene más la psicoterapia transpersonal y cuando se hace bien, cosa que aun muy pocos saben, significa que en lugar de mirar adentro y analizarlo todo, hay que intentar abrirse a fuera. Transpersonal significa que no te mires sólo a ti mismo, sino que mires al exterior. Aquí está el futuro de la LSD, ayuda a mirar y a ver hacia fuera. Te cuento un ejemplo, el hijo de un amigo mío era estudiante de medicina y no se encontraba psicológicamente bien. Seguía con su trabajo habitual pero empezó a tener problemas, a ver cosas en la habitación y no podía dormir. Fue a un psiquiatra que le hizo análisis buscando cuál era su problema, entonces me lo enviaron. Le pregunté y me lo contó, pero no podía decir exactamente qué problema sufría. La situación es que tenía 20 años y en Suiza a esa edad hay que cumplir el Servicio Militar. Mi amigo me preguntó si podía enviar a su hijo en ese estado. Le contesté que sí ¡que lo hiciera!. Allí le levantaban a las 5 de la mañana, tenía que fregar siempre. A los dos meses regresó con sus problemas curados. No siempre es bueno mirarse hacia adentro, hay que forzarse a mirar fuera. Una actividad con un objetivo concreto y con significado es la mejor curación para los problemas psíquicos. Hay que mirar hacia afuera para que el ego salga y esté en comunión con el mundo exterior. Mirarse al interior enloquece, hace a la gente egocéntrica y tonta. Goethe decía que el único camino para librarse del sufrimiento psíquico es hallar una actividad dirigida por un objetivo.

J.Mª F.: Esto parece bastante contrario a lo que proponía Freud.

A.H.: Creo que Freud no era un buen hombre, no, en absoluto.

J.Mª F.: Estamos alegres de verte, a tus más de 90 años, en este estado físico y mental. En confianza, y si me lo quieres explicar ¿cuál es tu secreto?

A.H.: ¡Ja, ja, ja...! Es que tengo los ojos abiertos. Me entran muchas cosas de fuera y me olvido de mí mismo, y siento que la vida es hermosa. Eso es lo más importante. No soy un fanático de la salud, pero tengo un metasentido de lo que es bueno para mi cuerpo. Cuando tenía 50 años tuve dolor de mi brazo y fui al médico. Descubrí que colgarme de los pies al revés era muy bueno por su efecto antigravedad y desde entonces lo hago cada día. No puedo tragar nada si no lo mastico mucho, así también se disfruta más de la comida mientras está en la boca. Mucha gente traga demasiado rápido, y la gente trabaja de la misma manera que come. Yo como lento, trabajo lento... ¡soy un hombre perezoso! Pero lo importante para estar bien es el mundo espiritual. Antes también corría por el bosque, me gustaba muchísimo, y cuando era joven practicaba varios deportes. Ahora camino bastante.

J.Mª F.: ¿Cómo se imagina el futuro una persona como tu, que recuerdas cuando llegó el primer coche a la ciudad de Basilea y has vivido la transformación del mundo?

A.H.: El futuro próximo será una época terrible con una crisis increíble. Pero podemos mirar la historia, las crisis anteriores, y vemos que la vida es mucho más fuerte que las cosas. Sobreviviremos, pero tendremos que pasar por épocas muy, muy malas. Ahora estamos intentando destruir la Naturaleza, pero antes de que podamos destruirla nos habremos acabado a nosotros mismos. También a nivel social es desastroso, incluso en Suiza hay gente muy pobre y gente muy rica. El sistema capitalista es terrible. Hemos de aprender a cambiar las cosas, debemos estar en armonía con la Naturaleza. La fuente de la vida no está en lo que hacemos los seres humanos sino en la Naturaleza y nosotros somos parte de ella. La gente volverá al campo, como antiguamente, y vivirá en poblaciones pequeñas. Desaparecerán los problemas de las ciudades de millones de habitantes que viven en un entorno muerto. Creo que en el fondo tengo una imagen positiva porque sabemos qué es lo que hay que hacer para ser felices. Lo sabemos aunque no lo hacemos. Pero al final, no hay más remedio, tendremos que hacerlo.

Josep Mª Fericgla

Mi hijo problemático

Historia del L.S.D - Albert Hofmann

Hay experiencias sobre las que la mayoría de las personas no se atreve a hablar, porque no caben en la realidad cotidiana y se sustraen a una explicación racional. No nos estamos refiriendo a acontecimientos especiales del mundo exterior, sino a procesos de nuestro interior, que en general se menosprecian como meras ilusiones y se desplazan de la memoria. La imagen familiar del entorno sufre una súbita transformación extraña, feliz o aterradora, aparece bajo una luz diferente, adquiere un significado especial. Una experiencia de esa índole puede rozarnos apenas, como una brisa, o grabársenos profundamente.

De mi niñez conservo en la memoria con especial vivacidad uno de estos encantamientos. Era una mañana de mayo. Ya no recuerdo el año, pero aún puedo indicar exactamente en qué sitio del camino del bosque del monte Martin al norte de Baden (Suiza) se produjo. Paseaba yo por el bosque reverdecido, y el sol de la mañana se filtraba por entre las copas de los árboles. Los pájaros llenaban el aire con sus cantos. De pronto, todo se apareció en una luz desacostumbradamente clara. ¿Era que jamás había mirado bien, y estaba viendo sólo ahora el bosque primaveral tal como era en realidad? El paisaje resplandecía con una belleza que llegaba al alma de un modo muy particular, elocuente, como si quisiera incluirme en su hermosura. Atravesóme una indescriptible sensación de felicidad, pertenencia y dichosa seguridad.

No sé cuanto tiempo duró el hechizo, pero recuerdo los pensamientos que me ocuparon cuando el estado de transfiguración fue cediendo lentamente y continué caminando. ¿Por qué no se prolongaba el instante de dicha, si había revelado una realidad convincente a través de una experiencia inmediata y profunda? Mi alegría desbordante me impulsaba a comunicarle a alguien mi experiencia, pero ¿cómo podría hacerlo, si sentí de inmediato que no hallaba palabras para lo que había observado? Me parecía raro que, siendo un niño, hubiera visto algo tan maravilloso que los mayores evidentemente no percibían, pues jamás se lo había oído mencionar.

En mi niñez tuve posteriormente algunas más de tales experiencias felices durante mis caminatas por bosques y praderas. Ellas fueron las que determinaron mi concepto del mundo en sus rasgos fundamentales, al darme la certeza de que existe una realidad oculta a la mirada cotidiana, insondable y llena de vida. En aquel tiempo me preguntaba a menudo si tal vez más adelante, cuando fuera un adulto, sería capaz de transmitirles estas experiencias a otras personas, y si podría representar lo observado como poeta o como pintor. Pero no sentía vocación por la poesía o la pintura, y por tanto me parecía que acabaría guardando aquellas experiencias que tanto habían significado para mí.

De modo inesperado, pero seguramente no casual, sólo en la mitad de mi vida se dio una conexión entre mi actividad profesional y la observación visionaria de mi niñez. Queria obtener una comprensión de la estructura y la naturaleza de la materia; por eso estudié química. Dado que ya desde mi niñez me había sentido estrechamente vinculado al mundo de las plantas, elegí como campo de actividad la investigación de las sustancias contenidas en las plantas medicinales. Allí me encontré con sustancias psicoactivas, generadores de alucinaciones, y que en determinadas condiciones pueden provocar estados visionarios parecidos a las experiencias espontáneas antes descritas. La más importante de estas sustancias alucinógenas se ha hecho famosa con el nombre de LSD. Algunos alucinógenos ingresaron, como sustancias activas de interés científico, a la investigación médica, la biología y la psiquiatría, y alcanzaron también una amplia difusión en la escena de las drogas, sobre todo el LSD. Al estudiar la bibliografía conectada con estos trabajos, llegué a conocer la gran importancia general de la contemplación visionaria. Ocupa un lugar importante, no sólo en la historia de las religiones y en la mística, sino también en el proceso creador del arte, la literatura y la ciencia. Investigaciones recientes han demostrado que muchas personas suelen tener experiencias visionarias en la vida cotidiana, pero que generalmente no reconocen su sentido ni su valor. Experiencias místicas como las que tuve en mi infancia no parecen ser nada extrañas.

El conocimiento visionario de una realidad más profunda y abarcadora que la que corresponde a nuestra conciencia racional cotidiana hoy día -se persigue por diversas vías, y no sólo por parte de aderentes a corrientes religiosas orientales, sino también por representantes de la psiquiatría tradicional, que incluyen este tipo de experiencia totalizadora como elemento curativo fundamental en su terapia. Comparto la opinión de muchos contemporáneos de que la crisis espiritual en todos los ámbitos de vida de nuestro mundo industrial occidental sólo podrá superarse si sustituimos el concepto materialista en el que están divorciados el hombre y su medio, por la conciencia de una realidad totalizadora que incluya también el yo que la percibe, y en la que el hombre reconozca que él, la naturaleza viva y toda la creación forman una unidad.

Por consiguiente, todos los medios y vías que puedan contribuir a una modificación tan fundamental de la experiencia de la realidad merecen una consideración seria. A estas vías pertenecen, en primer lugar, los diversos métodos de la meditación en el marco religioso o secular cuyo objetivo sea inducir una experiencia mística totalizadora y generar así una conciencia profundizada de la realidad. Otro camino importante, aunque todavía discutido, es la utilización de los psicofármacos alucinógenos que modifican la conciencia. El LSD, por ejemplo, puede servir de recurso psicoanalítico y psicoterapéutico para que el paciente adquiera conciencia de sus problemas en su verdadera significación.

A diferencia de las experiencias visionarias espontáneas, el provocar planificádamente experiencias místicas totalizadoras, sobre todo mediante LSD y otros alucinógenos derivados, conlleva peligros que no debemos subestimar, si no se tiene en cuenta el efecto específico que producen estas sustancias que pueden influir en la esencia más íntima del ser humano. La historia del LSD hasta nuestros días muestra de sobra qué consecuencias catastróficas puede tener su uso cuando se menosprecia sus efectos profundos y se confunde esta sustancia activa con un estimulante. Es necesaria una preparación especial, interior y exterior, para que un ensayo con LSD se convierta en una experiencia razonable. La aplicación equivocada y abusiva han convertido al LSD en el hijo de mis desvelos.

Creo que si se lograra aprovechar mejor, en la práctica médica y en conexión con la meditación, la capacidad del LSD para provocar, en condiciones adecuadas, experiencias visionarias, podría transformarse de niño terrible en niño prodigio.