jueves, 31 de diciembre de 2009

Hasta siempre.

CHAU... fue un placer.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Listo el mapa genético del cáncer del pulmón y el melanoma.

Investigadores del Instituto Wellcome Trust Sanger en Cambridge (Reino Unido) han secuenciado los genomas del melanoma maligno y el cáncer de pulmón. Sus resultados, que se publican en la revista Nature, ofrecen información sobre la interacción entre los mecanismos de mutación y reparación del ADN que se producen a medida que la enfermedad progresa.
Todas las células cancerígenas portan mutaciones genéticas que no se han heredado sino que se acumulan a medida que la célula progresa hacia la enfermedad. Los científicos, dirigidos por Mike Stratton, secuenciaron el genoma de una línea celular de melanoma que originariamente se derivó del tumor de un hombre de 43 años de edad con el objetivo de conseguir una mejor comprensión de las mutaciones asociadas con este tipo de cáncer de piel. Según los investigadores, muchas de las mutaciones identificadas portan las características de los daños en el ADN producidos como resultado de una exposición a la luz ultravioleta, un conocido factor de riesgo del melanoma.
En una segunda investigación, el mismo equipo de científicos secuenció el genoma de una línea celular del cáncer de pulmón. El análisis sugiere que un fumador típico adquiere una mutación por cada 15 cigarrillos consumidos.
En ambos estudios, los científicos descubrieron evidencias de que los mecanismos de reparación del ADN habían estado funcionando, pero que finalmente no habían tenido éxito.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Más allá del tacto.

En las secuencias mentales humanas. Más allá de la carne y de la sangre.
Un apagón lo puede todo, pero nunca lo has vivido. Entonces, ¿Cómo puede un apagón apagarlo todo? si nunca lo has experimentado y aquél que lo haya experimentado tampoco lo ha experimentado, o, si es que sí lo ha vivido (a la muerte), pues, luego no ha vivido para contartelo. Aunque muchos digan lo contrario... se dice que necesitamos creer, pues está bien. Eso allá y esto acá. Además de que no es que necesitamos creer, pero estamos descubriendonos...
Pero ese no es el tema, en realidad no hay ningun tema ni tiene que haberlo. Pues, entonces ¿qué estamos haciendo? ¿hippeandola? no lo creo!, es decir, va a ser como tus ojos lo vean, pero ¿porqué es que tus ojos ven eso? claro, es lo que está ahi al frente tuyo, pero a eso se le da un concepto y eso depende de todo, de los nodos, esos que conectan todo.
Bah, ese no es el punto de este escrito, ni hay un punto. No estamos leyendo este escrito para saber de qué se trata, sino que muy al contrario, para saber de qué NO se trata.
Bueno, en primer lugar yo creo que hay muchas cosas que este escrito no trata, ¿verdad? pues la vida en el mundo es muy amplia para ponerla toda en este post, con un sólo ser humano no alcanza ni el principio del conteo, por así decirlo. Hay muchas cosas, infinidades de momentos y sentimientos que uno no llega a vivir...
Pero eso no importa, lo que importa es la decadencia que hay que cambiar, no por medio de la ambición material, si por la espiritual, por aquello que va más allá de lo que los ojos ven.
Tenemos un jefe que se nos ríe haciendonos daño, y eso no se ve, pero se siente. Eso hay que cambiar. Somos esclavos y eso es lo que nos atormenta y hay que dejar de lado de manera inteligente y sabia, con paciencia y comprensión, con paz y amor.
En fin, olvidemos todo lo anterior, ya que no es ese el motivo de este escrito, aunque no hay motivo alguno. El hecho de que te encuentres leyendo estas palabras es por alguna razón que no la has pensado, no sabes cómo has llegado hasta aquí. Pero claro, en realidad de la pura realidad materialista, sí sabes cómo has llegado hasta aquí, pero bueno, el caso es el siguiente: No somos concientes de nuestros actos. Y tranquilamente podrías contradecirme. Pero ¿Estás conforme al 100 %? ¿Con respecto a qué...? bueno, con tu vida, con tu pasado, presente y futuro. Y claro, totalmente uno puede decir que sí, o no, pero nadie, o sólo muy pocos, no lo sé, pueden descubrir el paraíso. Ese paraíso no es el que conocemos, ya que no existe, pero vamos a caer, para levantar frente en el mismo. El paraíso está en cada uno. No está allá en aquel lugar que se puede ver gracias a la bendita vista humana. Por eso somos esclavos, muy facilmente nos enseñaron a ponernos mal cuando las cosas no salen o están como uno quiere o quería, como si fueramos malcriados por el poder, nuestro jefe.
Pero bueno, no es eso de lo que trata este escrito ya que no trata sobre nada, por lo tanto no hay nada que decir, diría usted, y yo. Y la verdad es que no. Pero, ¿porqué todo esto? así son los blogs. Una herramienta única para compartir más allá del tacto, acercándonos más a lo profundo de los seres habitantes de la madre tierra, usuarios de lo que ellos mismos hacen con el transcurso del tiempo, tiempo inventado por el mismo ser viviente, alguna vez. Compartir ideas, pensamientos, y momentos... una nueva era, que nunca se ha podido en la historia de la humanidad como hoy día se puede, nos acerca de manera asombrosa a tantos otros seres hermanos.

domingo, 13 de diciembre de 2009

Dadá Mini

La revista Dadá Mini es un combinado de material artístico emergente que plantea como punto central el concepto de “galería de exposición en movimiento”. La temática de cada número parte de una frase o dicho popular que es recogido por los columnistas y artistas invitados para que se adueñen del mismo y le den la vuelta de tuerca que su imaginario les sugiera. A medida que nos adentramos en el contenido, encontraremos secciones fijas que tienen como fundamento un desarrollo conceptual que anule la temporalidad y transforme a la revista en una pieza de colección que le saca la lengua a las limitaciones de tiempo y espacio... (Ver web)

Eso y mucho más nos ofrece esta revista que sorprende con su crecimiento y amor al arte... A continuación adjunto un mail que me ha llegado por ese grupo artístico:


Hola!
Para quienes no nos conocen, somos de la revista Dadá Mini™, y hace algunas semanas recibimos la carta de un lector que, cercano a los 50 años y haciendo una retrospectiva de su vida, nos preguntó por el secuestrador de su juventud.


Carlos Trappa, DNI: 13.435.651


Nos habló de bombuchas y libertad, nos contó de sus juegos, de anécdotas, y de la horripilante vida de oficina en la que había caído. En su carta, nos preguntó por los desafíos,
y cuestionó por el secuestro del niño dormido, ¿Quién se lo había llevado? ¿Dónde estaría ahora? Carlos está buscando… nosotros confiamos en que el que aparezca es tarea de todos nosotros.
Convocamos a quienes quieran participar a enviarnos una foto de ellos cuando eran niños, la edad y algún apodo, de esas épocas en las que volar hasta la luna estaba a solo un paso de distancia. Envíen la foto a quiensoy@dadamini.com (no es necesario que tenga nombre ni apellido).

[ AYUDANOS REENVIANDO, CON 3 AMIGOS ES SUFICIENTE! ]

El 19 de Diciembre liberaremos a todos esos niños en una muestra colectiva en el CCEC.
Sumémonos, encontremos al niño dormido.
Para ver la carta ingrese a www.dadamini.com/quiensoy

::ESTA ES LA CARTA:: (sepa disculpar la letra!!)


Ver carta

viernes, 4 de diciembre de 2009

Lejos de lejos, cerca de lejos, lejos de cerca, cerca de cerca.

En un bosque escucho insectos cantar. Me detengo a oír la música que sale desde los rincones verdes de la naturaleza. Por ahí pasa un pájaro que me deslumbra el alma con su forma lucida de volar y gritar. Pasa con toda su libertad volando por el aire puro. Un sonido repetitivo me mantiene en el lugar sin alejarme de la belleza tropical que me rodea. Un disparo y todo se fue a la mierda.

Caminando por un callejón de una gran ciudad. A hora nocturna donde la mayor parte de los ciudadanos se encuentran en paz en sus camas aunque exista el crimen del otro lado de la pared. ¿Qué paz puedo tener yo aquí en este callejón lleno de basura con sus alcantarillas largando vapor a toda máquina? Cualquier vagabundo puede acuchillarme con una palabra. Totalmente atormentados están mis sentimientos. Casi no puedo respirar para concentrarme y estar atento a algún sonido extraño que reviente mi corazón que late a diez mil revoluciones por segundo. De repente en el fondo aparece un policía y grito socorro. Que la paz descanse conmigo.

Sólo en un país lejano del de mi origen. Una cultura diferente un mundo distinto. Personas que caminan con mucha salud. Yo no encajo acá. Soy un turista argentino que me miran con mala onda. Un punk me silva al oído, lo veo cansado de la gente turista como yo. Comienza a mirarme con los ojos rojos y es lo único que veo teniendo en cuenta el campo visual que tiene la vista del ser humano. Lejos de todo lo mío la muerte se me para al lado esperando para abrirme la puerta. Una pregunta del tiempo entra por mis tímpanos por lo que yo le doy la hora. Me saca el reloj. Gracias a la vida que se quedó conmigo.

En un teatro observando una orquesta. Estoy totalmente sólo y no entiendo cómo no se suspendió. Como si fuera un sueño totalmente real. A disfrutar de este espectáculo sólo para mí. ¿Qué más puedo pedir? Son 10 personas golpeando tambores a un ritmo extremadamente violento. Un negro grandote rompe el tambor con toda la energía de su sangre, deja de tocar y se baja del escenario violentamente y empieza a caminar por todos lados mientras el resto sigue golpeando tambores. Comienzo a asustarme que ya ni fuerzas tengo de levantarme e irme a comer un sándwich. El negro se saca la camisa blanca rompiéndola sin importarle nada y mueve la cabeza tornando la vista hacia mí. Totalmente enfurecido y transpirado. Respira agresivamente largando baba hasta que se acerca a mi lugar como para comerme de un bocado, pero una cosa rara sucede. Los tambores dejan de sonar y una voz pink floydesca repite sin parar Danger, Danger, Danger, Danger… todo desaparece y aparecen dos policías levantándome. Malditas drogas.

En una casa de campo, escribiendo sobre un papel en mi galería favorita. Un suave y fresco viento de verano juega con mis pelos. El ruido del río paseando sus aguas por la corriente y los monos jugando entre sí. Estoy tan sólo en el campo que si el amor cae del cielo en este momento todo se vuelve sentimiento flameado. Viendo mi estado en este rincón del mundo me hace no entender mi tristeza cuando tengo la oportunidad de mirar afuera el paisaje colorido. Yo no conozco quién duerme en aquella cama que veo al tope de una montaña, pero seguro estoy que espera mi cuerpo caer. Yo conozco el cuidado, por eso me persigue a todos lados. Luego, un fuerte viento vuela mi papel y me hace caer nuevamente en la realidad con la que llegue aquí.

En un cubo. Luces por todos lados sacuden mi mente y una voz aguda de una bella mujer que no puedo observarla físicamente. Otra voz se suma al cubo, una voz más amiga que me aconseja cómo acercarme hacia esa bella mujer que despertó mis sentidos. Luces vuelven a sacudir mi espíritu. La voz vuelve a brillar en ese tremendo flash por lo que vomito mis frías palabras y pensamientos de una manera asquerosa. Vomito el pasado oscuro y el pesado presente. Peso la mitad de lo que pesaba antes de conocerla. Luego suena la alarma y le toca el turno a otro.

Siento las pelotitas caer y rebotar en mi cabeza. Yo totalmente inmóvil adentro de este hoyo de golf que no se de qué país es. No puedo pensar, sólo mirar un pedaso de césped y sentir las pelotas caer sobre mi cabeza haciendo el ruido característico de la bola en el hoyo. La locura de este encierro me fastidia hasta la más remota molécula mía. Desde el más allá comienzo a escuchar una voz suave de una fina mujer: Wake up, wake up, wake up, wake up.

En medio del frío decido evadir la nieve entrando al edificio más cercano, una iglesia. Nunca aprecie tanto una iglesia en mi puta vida. Nunca le ví sentido alguno y totalmente agradecido de su existencia estoy. Un coro de mujeres empiezan a cantar cantos religiosos. Bellas y dulces voces calientan mi cuerpo. Un órgano realiza hermosas melodías. De repente baja un cura vestido de militar gritando contra su mente: ¡¡Maldita brujería y todas las historias de este mundo cargado de historia!! ¡¡Malditos los que dicen que pueden gritar cuando en realidad no saben lo que es gritar, malditas locuras enfermizas que confunden hasta el antaño mayor!! Queridos hermanos que están aquí presentes, están a punto de presenciar una nueva faz de la tierra, quiero que el que tenga un celular o alguna filmadora me filme y me haga famoso por este hecho. Al cura lo internaron y yo jamás volví a ingresar a un edificio semejante. Mi muerte lo decidió.

Choco de golpe contra algo bien duro que me hace salir por el parabrisas aterrizando en una camilla, supongo. Al abrir los ojos veo a una bella enfermera que me canta el a ro ro mi nene que me vuelve estúpido, nada puedo hacer si me hace sentir como un bebé. Quiero demostrarle que soy mayor y que la tengo bien peluda, pero su tierna cara que brinda a mi alma me hace entender en que soy un bebé. Quisiera expresarme con todos mis poemas para ganármela pero ella sigue dulcemente condenándome a lo que no soy. Me hace cosquillitas en la panza y caras para que me ría pero yo sólo pienso en sentir su alma en contacto con la mía, sólo penetrarla. Así salgo del hospital totalmente dopado hasta mi casa a dormir.

¿Cómo? ¿Estoy casado? ¿Que hago en una cama matrimonial con una mujer en una casa que no conozco? La doy vuelta para averiguar algo de lo que está pasando aquí y me encuentro con una cara angelical que desarma mis sentidos y me hace creer en el amor a primera vista. Ella abre los ojos perfectos jamás vistos en mi vida y me sonríe tan simpática que me hace pasar de un estado a otro, de estar perdido a haber encontrado lo que quizá buscaba, tal vez no era lo que quería averiguar, pero algo me cayó la boca. De la nada ella me dice que estoy enfermo. Que mi memoria dura un día, como una película que me muestra todas las mañanas, en ella actúa Adam Sandler.

Una vieja me dice Tom. Paso por un espejo y tengo cuerpo de gato. Un ratón me rompe las bolas y yo intento comerlo o quizá atraparlo de alguna manera urgente. Él se me escapa y yo me chocó los objetos de la casa. La vieja me caga a escobasos y no le conozco la cara. Cansado estoy, quiero atrapar ese ratón aunque en realidad quiero volver a ser el que era, ese tal ser humano. Pero este ratón me perturba tanto que solo quiero atraparlo y ya. Luego un perro enorme me impide la deseosa captura y debo responderle como esclavo a su amo. Así me voy para adentro y de repente se corta la luz. Cuando vuelve la luz me encuentro como ser humano viendo dibujos animados por la televisión. A carcajadas sin parar.

Suena el teléfono a morir, tan violentamente a un volumen más alto de lo común. Corriendo a toda marcha decido atenderlo para parar ese ruido molesto. Al acercar el tubo al oído escucho un idioma desconocido, algo raro, con un poco de interferencia. Como si viniese de bien lejos, me hace llegar a pensar que quizá es de otro planeta, pues es una voz rara, con sonidos muy parecidos al humano, pero no lo son exactamente. Decido decir “hola” y eso hace que del otro lado se calle. Decido seguir hablando y nadie me contesta hasta que siento que me cortan. De repente me tocan el timbre a todo volumen, por lo que corriendo me acerco a atender la puerta, y al abrirla había un niño con la cara más inocente que he visto en mi vida con un planeta tierra en sus manos totalmente vivo. Al instante salen unas dulces y humildes palabras que hacen que el mundo entero se congele con hielo parando hasta las agujas de los relojes. Aquellas palabras fueron: “si, en fin, lejos de lejos, lejos de cerca, cerca de lejos, cerca de cerca”.

martes, 1 de diciembre de 2009

Tatuajes luminosos con LEDs

Científicos estadounidenses de la Universidad de Pensilvania, encabezados por el profesor de neurología y bioingeniería Brian Litt, están desarrollando tatuajes con LEDs que podrían convertir nuestra piel en una pantalla donde desplegar información. La tinta de estos tatuajes contiene pequeños chips de silicio del tamaño de un grano de arroz, con un grosor de 250 nanómetros y 1 milímetro de longitud. Los científicos sugieren aplicaciones médicas como el desarrollo de sensores de los niveles de azúcar en sangre que muestran sus “lecturas” en la propia piel de los pacientes diabéticos. La gran ventaja es que estos “circuitos tatuados” se mueven elásticamente con el cuerpo, algo que otros implantes rígidos no podrían hacer.
Para poder imprimir los tatuajes sobre la piel, los delgados componentes electrónicos de silicio se construyen sobre sustratos de seda. La seda se disuelve con el tiempo y los circuitos de silicio que deja atrás no causan irritación. De momento, el invento se ha utilizado en animales sin efectos adversos, según relataban los investigadores en el último número de la revista Applied Physics Letters.

De Muy_Int.

lunes, 30 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Una chamán de la selva amazónica en Olavarría

Llegó con sus plantas medicinales y cuenta cómo sobrevive su cultura en el Perú medio.

Llegó a la Argentina con sus plantas medicinales y decidió hacer escala en Olavarría. Tiene 48 años y hace 13 se convirtió en la primera mujer chamán de su clan familiar, en medio del Amazonas peruano. Sus creencias, su cosmovisión y la lucha por preservar cultura y costumbres de los Shipibo Conibo, la etnia de donde viene.

A orillas del Mar Argentino o frente a las aguas del Tapalqué, Elisa Vargas logra la misma conexión con la naturaleza que en medio de la selva amazónica peruana, su lugar en este mundo. Viene de la etnia Shipibo Conibo y es difícil imaginar que detrás de esa figura etérea está la primera mujer chamán del clan familiar al que pertenece. Llegó el 4 de noviembre a Olavarría para difundir lo que ha cultivado durante toda la vida y más allá de las jerarquías: el conocimiento ancestral de las propiedades curativas de las plantas, en una suerte de integración religiosa del ser humano con el ambiente. Curandera, hechicera, bruja, shamana, sanadora o, como ella misma lo define, dueña de "un poder especial con propiedades curativas para ayudar al que me necesite".

No se sienta en cualquier banco de la plaza. Busca uno donde haya sol y rescata el clima amigable del lunes. Es que viene de otro tiempo y espacio, tanto literal como espiritualmente, y se le nota. Vive en armonía con la Madre Tierra, a la que ama y cuida mediante cantos y, en ocasiones, a través de la contemplación, pero siempre desde la perspectiva de la magia interior.

Ahora, ¿qué hace esta chamán en medio de una selva de cemento? "Estoy haciendo mi viaje por curación de las plantas. La gente que se siente mal, estresada, con muchos problemas o enfermedades y las plantas que vienen de mis ancestros curan. Nos curan. Y los cinco sentidos que tenemos se nos abren, nos hace sentir bien y rejuvenecer nuestro espíritu", dice, revelando parte de la receta.

"Ayahuasca", añade con tono experto. Ese es el nombre de la planta que toma de su selva indígena, en la comunidad nativa de San Francisco, una zona tropical, cálida y muy lluviosa. Allí vive junto a 3 mil pobladores que buscan mantener la cultura a través de la artesanía, idioma, rituales, tradiciones y el uso de plantas medicinales.

Los shipibos conibos conservan las tradiciones de sus antepasados y no necesariamente por elección. "Con la economía estamos en baja. No tenemos trabajo, pero hacemos agricultura, pesca y caza", admite Elisa. También se dedican a la producción y venta cerámicas, telas pintadas, bordados, collares y pulseras.

El analfabetismo es muy preocupante. "Muchos chicos quieren estudiar, pero a veces no tenemos apoyo del Gobierno y estamos sufriendo bastante. Por eso trabajo con las plantas y las artesanías para hacer estudiar a mis hijos", que son seis.

Esta chamán siente que es una especie de guía espiritual y a la vez curandera, con una filosofía de vida totalmente diferente a la del mundo occidental y desde su cosmovisión asegura que puede hacer aportes. "Es muy diferente, sí", reconoce, con sonrisa amable. "Nosotros estamos fuertemente conectados con la naturaleza. Nuestros ancestros no sabían leer ni escribir, no tenían televisión ni teléfono, pero sí una fuerte conexión con plantas. Y la naturaleza. Sabiduría", sintetiza esta mujer peruana de 48 años.

La primera

Nació y creció en la Amazonia y a la par de bisabuelos, padres y tíos curanderos encontró su vocación y decidió transitar un camino sólo apto para hombres. "Antes no trabajaban las mujeres y a mí me costó bastante", dice, con 13 años de experiencia en el "cargo".

¿Siente que nació para ser chamán? "Nunca lo pensé de señorita, pero siempre me gustó lo que hacían mis antepasados y participaba de las ceremonias. Siento que tengo un poder especial y fui la primera mujer en la familia", observa, orgullosa de que una de sus hijas le siga los pasos.

"Estoy ayudando a mucha gente, a personas que necesitan curarse", dice, como vocera de la medicina tradicional amazónica. Y va más lejos al sostener que las plantas "a veces curan los cánceres o los problemas de adicciones". Y se pone como ejemplo, por haber superado una enfermedad de la vesícula que hasta sorprendió a los médicos "blancos" consultados.

"Es un servicio que presto", plantea con sencillez, dispuesta a "ayudar a curar, a poner todo de mi parte cuando alguien está mal. Curamos lo que los médicos científicos no curan, espiritualmente, y las plantas nos ayudan. El espíritu sano es parte de la medicina".

A su "consultorio" ambulante llegan todo tipo de pacientes. "Grandes, chicos, abuelos, y la gente cambia. Hay adultos que están con rabia, muy acelerados, que no viven bien o tienen miedo. Toman la planta y se ayudan con los cantos y se van contagiando de alegría, espiritualmente".

No conocía la Argentina y "estoy contentísima con este viaje" que tuvo a Mar del plata como punto de partida, hizo escala en Olavarría y cerrará a partir de hoy en las sierras cordobesas.

"Acá muchos amigos he conocido, recibí mucho amor y cariño. Eso es lindo", dispuesta a seguir luchando para que su etnia no se pierda. "Me gusta mucho mi cultura, mi vestimenta y mis cantos, que curan. Siento que he salvado muchas vidas, ayudando todo lo que he podido", confiesa finalmente esta chamán que por momentos abandona su larga túnica amazónica para integrarse a la vida occidental y conocer otros mundos paralelos, muy diferentes al suyo, antes de "volverme a la selva otra vez, mi lugar".

martes, 17 de noviembre de 2009

Fumando por la ventana del mundo.

Manzanilla ando viendo yo, sintiendo olores de acordes viejos. Y andar debajo de la luna y me pongo al revés. Yo dejo que el aire me lleve y me lleve y me deje a tus pies. Dejando fluir mis hormonas, noche linda, dulce canción.
Que cursi suena mi voz, es que cuando te veo se me acobijan los huevos de toro, de toro no tengo nada. Y el tiempo es tiempo muerto cuando no estás. A mover esas piernas y a saltar sobre charcos secos. Que retumbe la tierra sagrada. Volvamos, volvamos!
Y ya falta poco, poco el quilombo que se va armar! y el mundo se envuelve en palabras de fuerte agobio. Este sol que me encuentra frente al espejo, por que cuando abro los ojos ya no estaré sin tí lejos de mí. Despierto y sin dormir, por sufrir, lejos de tí!.
Sol de invierno que me acorrala y me penetra. Es una ruta que me rompe la boca de sed y fiebre. Este río de culpas sin Dios me lleva, frío al cielo remando sin mar, con luces de bosques y claves de sol, son voces de invierno, pero me resguardo en el rol de mi ser. Tumbate, tumbate, tus ojos en el río y el mar.

El cambio climático global dificulta la evolución de las especies

El clima global se está alterando como resultado del aumento de la concentración de gases invernadero (dióxido de carbono, metano, clorofluorocarbonos,…) y de la desaparición de la capa de ozono. “Es más adecuado llamarlo cambio global que cambio climático, porque este término engloba la suma de las causas naturales y causas antropogénicas” explicaba María Segovia, investigadora del Departamento de Ecología de la Universidad de Málaga, que ayer impartió una conferencia titulada Un viaje por los océanos para comprender el cambio climático en el marco del ciclo anual “Encuentros con la ciencia”.

Y es que, cuando se habla de cambios en el clima global, es imprescindible mirar a los océanos. En primer lugar porque un desequilibrio en la dinámica de las corrientes oceánicas debido al efecto invernadero podría tener consecuencias nefastas para el planeta y provocar una nueva era glacial. Y en segundo lugar por el estrés que sufre el fitoplancton marino (las algas microscópicas unicelulares del océano) como resultado del cambio global.

“El fitoplancton ha jugado y juega un papel fundamental en el sistema climático terrestre a través de las eras geológicas”, puntualiza la investigadora, que nos recuerda que estas pequeñas criaturas son muy eficaces retirando el dióxido de carbono de la atmósfera y las capas superficiales del océano hacia el fondo marino, donde el gas permanece secuestrado hasta que las corrientes lo devuelven a la superficie cientos de años después. Sin embargo, son seres extremadamente sensibles a la temperatura del océano y a la radiación ultravioleta. “Si todo el fitoplancton del planeta pereciese hoy, la concentración de CO2 en la atmósfera incrementaría un 35% (200 ppm) en cuestión de pocos siglos”, advierte María Segovia.

Las consecuencias si no se logra frenar el cambio global podrían ser nefastas. “Aquellos organismos que no se adapten se extinguirán; en el escenario actual se produce un cambio tan rápido que las especies no tiene la oportunidad de adaptarse”, comenta Segovia. Si el padre de las teorías de la evolución, Charles Darwin, levantase la cabeza hoy vería “que en la actualidad se extinguen unas 30.000 especies al año, que anualmente se pierden 200.000 kilómetros cuadrados de bosque, y que las selvas tropicales que tanto admiraba quedarán reducidas a una pequeña mancha en el año 2050”, subraya la investigadora malagueña. Además, probablemente le sorprenderían el aumento del nivel del mar, el clima inusual (tormentas, sequías e inundaciones), la sobrepesca, el turismo, la introducción de especies foráneas y la muerte masiva de los arrecifes de coral.

“En el año 1600 los seres humanos eran 500 millones, en el 2050 habrá 10.000 millones”, recuerda Segovia. “En la actualidad se consume el 40% de la producción primaria neta del planeta, es decir casi la mitad de la energía disponible para mantener a todas las especies; simplemente, esta situación no es sostenible”, concluye.

De MuyInt.

jueves, 12 de noviembre de 2009

La crónica de un viaje psicodélico.

Cuando ya era un psiquiatra exitoso, Carl Jung se perdió en la niebla de su propia mente: visiones y voces lo acosaban. Registró esa crisis durante 16 años en un texto secreto. Celosamente silenciado por décadas, el Libro rojo acaba de editarse en inglés, como "la obra inédita más influyente en la historia de la psicología".

Por: Sara Corbett
CARL JUNG, 1961. El fundador de la psicología analítica en Zurich, poco tiempo antes de morir. Al recordar su crisis, un “cara a cara con el inconsciente”, lo comparaba con un experimento con mezcalina.


Esta es la historia de un libro de casi cien años de antigüedad, encuadernado en cuero rojo y que ha pasado el último cuarto de siglo guardado en la bóveda de un banco suizo. El libro es grande y pesado y su lomo tiene grabadas letras doradas que dicen Liber Novus, que en latín significa Libro nuevo. Sus páginas son de un grueso pergamino color crema y están llenas de pinturas de criaturas de otro mundo y diálogos manuscritos con dioses y demonios. Si uno no conociera el origen del libro, lo podría confundir con un volumen medieval.

Y, sin embargo, entre las pesadas tapas del libro, se desarrolla una historia muy moderna. Es la que sigue: El hombre llega a la mediana edad y pierde el alma. El hombre sale en busca de su alma. Tras un sinnúmero de didácticas penurias y aventuras –que tienen lugar en su cabeza– vuelve a encontrarla. Algunos opinan que nadie debería leer el libro y otros que deberían leerlo todos. La verdad es que nadie lo sabe. La mayor parte de lo que se ha dicho del libro –qué es, qué significa– es producto de conjeturas, porque, desde el momento en que se lo comenzó en 1914 en un pueblito suizo, sólo unas dos docenas de personas han logrado leerlo o echarle una ojeada. De los que lo vieron, al menos una persona, una inglesa culta a quien se le permitió leer parte del libro en los años 20, consideró que contenía una sabiduría infinita –"En mi país, hay personas que lo leerían de cabo a rabo sin detenerse a respirar", escribió–, mientras que otra, una figura literaria muy conocida que le dio un vistazo poco después, lo halló fascinante e inquietante y llegó a la conclusión de que era obra de un psicótico. Por eso, durante casi todo el siglo pasado, pese al hecho de que se lo consideraba una obra crucial de uno de los grandes pensadores de la época, el libro existió sólo como un rumor, arrebujado en la maraña de su propia leyenda, venerado y visto como un enigma.

Es por eso que una noche lluviosa de noviembre de 2007 tomé un vuelo en Boston y cabalgué sobre las nubes hasta despertarme en Zurich y llegar a la salida del aeropuerto a la hora aproximada en que abría la casa central del Union Bank of Switzerland. En aquel momento, se estaba produciendo un cambio: el libro, que había pasado los últimos 23 años en una caja de seguridad de la bóveda subterránea del banco, estaba siendo envuelto en una tela negra y colocado en el interior acolchado de un discreto maletín con ruedas. Pasó rodando frente a los guardias hasta salir al sol y al aire diáfano y frío, donde se lo cargó en un auto que velozmente se lo llevó.

Sé que esto parece el comienzo de una novela de espías o una película sobre el robo a un banco, pero en realidad es un relato sobre el genio y la locura, sobre la posesión y la obsesión, en el que un objeto –este viejo y extraño libro– deambula entre todo eso: el Libro rojo secreto de Carl Jung –escaneado, traducido al inglés y anotado– está disponible desde este mes, publicado por W. W. Norton y promocionado como "la obra inédita más influyente en la historia de la psicología".

Descenso al infierno

Carl Jung fundó el campo de la psicología analítica y, junto con Sigmund Freud, fue responsable de popularizar la idea de que la vida interior de una persona merecía no sólo atención sino una esmerada exploración, concepto que desde entonces ha llevado a millones de personas a la psicoterapia. Freud, que comenzó como maestro de Jung y luego se convirtió en su rival, veía a la mente inconsciente como un depósito de deseos reprimidos, que luego podían ser codificados, caracterizados como patológicos y tratados. Con el tiempo, Jung llegó a ver la psiquis como un lugar intrínsecamente espiritual y fluido, un océano donde se podía pescar en busca de iluminación y cura.

Lo haya querido o no, hoy día Jung –que se consideraba un científico– es recordado más como ícono contracultural, como defensor de la espiritualidad fuera de la religión y un adalid de los soñadores y los buscadores, lo cual le ha valido tanto el respeto como el ridículo póstumos. Las ideas de Jung sentaron las bases del conocido test de personalidad de Myers-Briggs e influyeron en la creación de Alcohólicos Anónimos. Sus dogmas fundamentales –la existencia de un inconsciente colectivo y el poder de los arquetipos– se han filtrado en el pensamiento New Age, pero permanecen en los márgenes de la psicología tradicional.

Jung pronto se vio enfrentado no sólo a Freud sino también a la mayoría de los que se dedicaban a su especialidad, los psiquiatras que constituían la cultura dominante en esa época y hablaban el idioma clínico de los síntomas y los diagnósticos tras los cerrojos de los pabellones para enfermos mentales. La separación no fue fácil. Cuando sus convicciones empezaban a cristalizarse, Jung, que en aquel momento era un hombre exteriormente exitoso y ambicioso con una joven familia, un próspero consultorio privado y una elegante casona junto al lago Zurich, sintió que su mente comenzaba a vacilar y tambalearse, hasta que finalmente cayó en una crisis que cambiaría su vida.

Lo que a continuación le ocurrió a Carl Jung ha dado lugar, entre los jungianos y otros estudiosos, a perdurables leyendas y controversias. Se lo ha interpretado como una enfermedad creativa, un descenso a los infiernos, un ataque de locura, una autodeificación narcisista, una trascendencia, una crisis de la mediana edad y una perturbación interior que reflejaba el cataclismo de la Primera Guerra Mundial. Sea como fuere, en 1913, Jung, que entonces tenía 38 años, se perdió en la niebla de su propia mente. Lo acosaban perturbadoras visiones y oía voces interiores. Ante el horror de lo que veía, por momentos temía estar "amenazado por una psicosis" o "haciendo una esquizofrenia", según sus propias palabras.

Más tarde compararía este período de su vida –este "cara a cara con el inconsciente", como lo llamaba– con un experimento con mezcalina. Decía que las visiones le llegaban como un "río incesante", que eran como piedras que le caían en la cabeza, como una tormenta eléctrica, como lava fundida. "Muchas veces tuve que tomarme de la mesa", recordaba, "para no caerme a pedazos".

Como psiquiatra y alguien con una veta decididamente rebelde, trató de derribar el muro que separaba su yo racional de su psiquis. Durante seis años, Jung se esforzó por impedir que su mente consciente bloqueara lo que quería mostrarle su inconsciente. Entre las consultas con sus pacientes, después de cenar con su mujer y sus hijos, cada vez que tenía una hora o dos, Jung se sentaba en el escritorio tapizado de libros del segundo piso de su casa e inducía las alucinaciones –que él llamaba "imaginaciones activas". "Para comprender las fantasías que se agitaban en mí 'subterráneamente'", escribió Jung más tarde en su libro Recuerdos, sueños, reflexiones, "sabía que tenía que zambullirme de cabeza en ellas". Se descubrió en un lugar liminal, tan lleno de riqueza creativa como de posibilidades de destrucción, que, según creía, era la misma zona fronteriza que transitaban los locos y los grandes artistas.

Jung lo registró todo. Primero tomó notas en una serie de pequeños diarios negros y luego interpretó y analizó sus fantasías y las escribió con un tono majestuoso y profético en el librote de cuero rojo. Este detallaba un viaje desenfadadamente psicodélico a través de su propia mente, una progresión vagamente homérica de encuentros con seres extraños en un paisaje de ensueño curioso y cambiante. Escribiendo en alemán, llenó 205 páginas con cuidada caligrafía y pinturas de ricos colores y sorprendente detalle.

Lo que Jung escribió no pertenecía a su anterior canon de ensayos desapasionados y académicos sobre psiquiatría. Ni tampoco era un diario hecho y derecho. El libro era una especie de moralidad fantasmagórica, surgida del deseo de Jung no sólo de trazar un mapa del manglar de su mundo interior sino también de traer consigo sus riquezas. Fue esto último –la idea de que una persona podía oscilar provechosamente entre los polos de lo racional y lo irracional, la luz y la oscuridad, lo consciente y lo inconsciente– lo que constituyó el germen de su obra posterior y de lo que llegaría a ser la psicología analítica.

El libro cuenta la historia de cómo Jung trató de enfrentar los demonios que surgían de las sombras. Los resultados son humillantes y a veces desagradables. En él, Jung recorre la tierra de los muertos, se enamora de una mujer que luego resulta ser su hermana, es aprisionado por una serpiente gigantesca y, en un aterrador momento, devora el hígado de un niño. ("Trago con desesperados esfuerzos –es imposible– una y otra vez... casi me desmayo... ya está".) En determinado momento, hasta el demonio dice que Jung es aborrecible.

Trabajó en Libro rojo de manera intermitente unos 16 años, hasta mucho después de superada su crisis personal, pero nunca logró terminarlo. Se impacientaba pensando qué hacer con él y preguntándose si debía publicarlo o guardarlo en un cajón. Pero respecto de la importancia de lo que contenía el libro, Jung no tenía dudas. "Toda mi obra, toda mi actividad creativa", recordaría después, "proviene de esas primeras fantasías y sueños".

Cuando Jung murió en 1961, no dejó instrucciones específicas sobre qué hacer con él. Su hijo Franz, arquitecto, el tercero de sus cinco vástagos, se hizo cargo de la administración de la casa y decidió dejar el libro donde estaba. Más tarde, en 1984, la familia lo trasladó al banco. Cada vez que alguien pidió ver el Libro rojo, los familiares dijeron, sin titubear y a veces sin decoro, que no. El libro era privado, afirmaban, una obra estrictamente personal.

Sonu Shamdasani, un historiador residente en Londres, se acercó a la familia con una propuesta de editar y publicar el Libro rojo en 1997, momento que resultó oportuno. Franz Jung acababa de morir y la familia estaba golpeada y aturdida por la publicación de dos libros controvertidos y muy comentados escritos por un psicólogo estadounidense llamado Richard Noll, quien planteaba que Jung era el profeta autoproclamado y mujeriego de una secta aria de culto al sol y que varias de sus principales ideas habían sido plagiadas o se basaban en falsas investigaciones. Shamdasani se presentó con la moneda de cambio indicada: dos borradores parciales (sin ilustraciones) del Libro rojo escritos a máquina que había descubierto en otra parte. Uno descansaba en la biblioteca de una casa del sur de Suiza, hogar de la anciana hija de una mujer que había trabajado para Jung como transcriptora y traductora. Halló el segundo en la Biblioteca Beinecke de la Universidad de Yale. El hecho de que fueran copias parciales del Libro rojo significaba dos cosas: una, que Jung lo había entregado al menos a algunos amigos; y dos, que el libro, considerado confidencial e inaccesible durante tanto tiempo, en realidad no era inhallable. El fantasma de Richard Noll y de todos los que quisieran ensuciar el nombre de Jung citando selectivamente pasajes del libro se perfiló en el horizonte. Con o sin la bendición de la familia, el Libro rojo se haría público en poco tiempo, "probablemente", escribió inauspicioso Shamdasani en un informe a la familia, "de manera sensacionalista". Durante dos años, Shamdasani fue y vino de Zurich, tratando de convencer a los herederos de Jung. Tuvo almuerzos, tomó café y dio una conferencia. Finalmente, luego de tensas deliberaciones en el seno de la familia, Shamdasani recibió un pequeño sueldo y una copia en color del original del libro y la autorización para comenzar a prepararlo para su publicación, aunque debió firmar un estricto acuerdo de confidencialidad. Después de vivir prácticamente a solas con el libro durante casi una década, Shamdasani –amante del buen vino y las complejidades del jazz– ahora tiene el aspecto ligeramente azorado de alguien que acaba de encontrar la salida de un enorme laberinto. Cuando lo fui a ver este verano, estaba agregando al Libro rojo la nota al pie número 1.051. "Es el reactor nuclear de todas sus obras", dijo Shamdasani y destacó que los conceptos más difundidos de Jung –entre otros, su creencia en que la humanidad comparte un caudal de sabiduría antigua que denominó inconsciente colectivo y la idea de que las personalidades tienen componentes tanto masculinos como femeninos (animus y anima)– hunden sus raíces en el Libro rojo. La creación del libro también llevó a Jung a reformular la forma en que trabajaba con sus pacientes, como testimonia una referencia que Shamdasani encontró en el libro autopublicado escrito por una ex paciente, en la que esta recuerda el consejo que le dio Jung para procesar lo que se desarrollaba en las zonas más profundas y a veces aterradoras de su mente.

Después de escaneado, el libro regresó a su bóveda del banco, pero volverá a trasladarse, esta vez a Nueva York, acompañado por un grupo de descendientes de Jung. En los próximos meses se expondrá en el Museo de Arte Rubin.

En el Libro rojo, luego de que el alma lo exhorta a aceptar la locura, Jung todavía tiene dudas. De pronto, como ocurre en los sueños, el alma se convierte en un "profesor pequeño y gordo", que manifiesta una especie de preocupación paternal por Jung.

Jung le dice: "Yo también creo que me he perdido por completo. ¿Verdaderamente estoy loco? Todo es terriblemente confuso".

El profesor responde: "Ten paciencia, todo saldrá bien. De todos modos, duerme bien".

© The New York Times y ClarIn, 2009. Traducción de Elisa Carnelli. o clic aquí

martes, 10 de noviembre de 2009

Descubren medio centenar de murales mayas


Un equipo de científicos ha encontrado en México una gran pirámide pintada a todo color que recoge 46 escenas cotidianas de la vida de los mayas.

La pirámide, que mide unos 11 metros de ancho y tiene tres pisos, fue descubierta en Calakmul, en el complejo de Chiik Nahb, un centro arquitectónico donde se cree había 68 edificaciones. Los restos de cerámica hallados en el sitio sugieren que la construcción de la pirámide pintada -la estructura más alta del complejo- comenzó entre el año 420 y el 620.

Según explican los científicos en la revista PNAS, en la estructura se llevaron a cabo siete remodelaciones, pero fue en la tercera donde los constructores mayas comenzaron "un programa de murales exteriores", una práctica poco común en esa zona. Las pinturas de estos murales muestran a grupos de hombres, mujeres y niños comprometidos a diversas actividades. Sus vestimentas varían desde los simples taparrabos y adornos de la cabeza hasta vestidos más elaborados decorados con diseños de tejidos de colores. Los arqueólogos sospechan que estas distinciones en el vestido quizás reflejan las distintas clases sociales de los individuos.

Entre las escenas representadas aparecen personas preparando y repartiendo comida junto a individuos que la consumen. Otros personajes se representan caminando o moviéndose, algunos con grandes vasijas o cargamentos amarrados al cuerpo. Además, los jeroglíficos que acompañan a estas escenas ofrecen datos para interpretarlas, a modo de leyendas o "pie de foto", con el nombre de un alimento o material particular o el tipo de persona que representan.

Los murales están siendo sometidos en estos momentos a un proceso de limpieza y conservación, mientras expertos de la Universidad de Florencia, en Italia, analizan los pigmentos y técnicas que los mayas utilizaron para su elaboración

lunes, 9 de noviembre de 2009

Carta al seis mil millonésimo ciudadano del mundo

El escritor británico Salman Rushdie, condenado en 1989 en Irán, dirige esta reflexión al habitante del mundo que acaba de nacer. Le advierte que las "historias" de la religión le agradarán, pero a poco descubrirá que se le exigirá que viva sometido a sus leyes e iniquidades. De este modo, inicia una crítica laica a la fe.

GUERRAS SANTAS. Militantes de Hamas en Líbano, en 2001. "Convierten sus cuerpos en bombas de Dios", dice el escritor perseguido.



Querida pequeña persona viva número seis mil mi­llones: Como miembro más reciente de una especie sabi­damente inquisitiva, es probable que no tardes mucho en empezar a hacerte las dos preguntas de los sesenta y cuatro mil dólares con las que los otros 5.999.999.999 humanos venimos lidiando desde hace tiempo: ¿Cómo hemos llega­do hasta aquí? Y ahora que esta­mos aquí, ¿cómo vamos a vivir?

Curiosamente –como si no nos bastara con seis mil millones de congéneres–, casi con toda segu­ridad te insinuarán que para en­contrar respuesta a la pregunta del origen es necesario que creas en la existencia de un Ser más, invi­sible, inefable, presente "en algún sitio por ahí arriba", un creador omnipotente a quien nosotros, pobres criaturas limitadas, somos incapaces siquiera de percibir, y menos aún de comprender. Es decir, te alentarán con insistencia a imaginar un cielo con al menos un dios residente. Este dios-cielo, dicen, creó el universo revolviendo su materia en una olla gigante. O bailó. O vomitó la Creación de sus propias entrañas. O simplemente pronunció unas palabras para dar­le existencia y, ¡zas!, existió.
En algunas de las historias de la creación más interesantes, el dios-cielo único y poderoso se subdivide en muchas fuerzas menores: deidades subalternas, avatares, "ancestros" metamórfi­cos gigantescos cuyas aventuras crean el paisaje, o los panteones caprichosos, arbitrarios, entro­metidos y crueles de los grandes politeísmos, cuyas desaforadas hazañas te convencerán de que el motor verdadero de la creación fue el anhelo: de poder infinito, de cuerpos humanos que se rompen con excesiva facilidad, de nubes de gloria. Pero justo es añadir que hay asimismo historias que transmiten el mensaje de que el impulso creador primigenio fue, y es, el amor.

Muchas de estas historias se te antojarán sumamente hermosas y, por tanto, seductoras. Ahora bien, por desgracia, no te exigirán una respuesta a ellas puramente litera­ria. Sólo las historias de religiones "muertas" pueden valorarse por su belleza. Las religiones vivas te exigen mucho más. Te dirán, pues, que la fe en "tus" historias y la adhesión a los rituales de ve­neración que se han desarrollado en torno a ellas deben convertirse en parte esencial de tu vida en este mundo abarrotado de gente. Las llamarán el corazón de tu cultura, incluso de tu identidad individual. Puede que en algún punto las sientas como algo de lo que es im­posible escapar, imposible escapar no como de la verdad, sino como de la cárcel. Acaso en algún punto dejen de parecerte textos en los que unos seres humanos han in­tentado resolver un gran misterio y te parezcan, en cambio, los pre­textos para que otros seres huma­nos debidamente ungidos te den órdenes. Es cierto que la historia humana está llena de esa opresión pública forjada por los aurigas de los dioses. En opinión de las per­sonas religiosas, no obstante, el consuelo íntimo que procura la religión compensa con creces el mal obrado en su nombre.

A medida que ha aumentado el conocimiento humano, ha que­dado claro asimismo que toda na­rración religiosa sobre cómo llega­mos aquí está totalmente equivo­cada. En última instancia, esto es lo que tienen en común todas las religiones: no acertaron. No hubo revoltillo celestial, ni danza del hacedor, ni vómito de galaxias, ni antepasados canguros o serpien­tes, ni Valhalla, ni Olimpo, ni un truco mágico de seis días seguido de un día de descanso. Todo mal, mal, mal. Pero en este punto nos encontramos algo realmente extra­ño. El error de los relatos sagrados no ha mermado el fanatismo del devoto. Es más, el simple delirio inconexo de la religión conduce al religioso a insistir de manera cada vez más estridente en la importan­cia de la fe ciega.

De resultas de esta fe, dicho sea de paso, en muchas partes del mundo ha sido imposible impe­dir el alarmante crecimiento del número de seres humanos. Cul­pemos de la superpoblación del planeta, por lo menos en parte, al deplorable sentido de la orien­tación de los guías espirituales de la especie. En tu propio tiempo de vida, bien puede ocurrir que seas testigo de la llegada del nueve mil millonésimo ciudadano del mun­do. Si eres indio (y tienes una entre seis posibilidades de serlo), aún estarás vivo cuando, gracias al fracaso de la planificación fa­miliar en ese país pobre y dejado de la mano de Dios, su población supere a la china. Y si como resul­tado de las restricciones religiosas sobre el control de la natalidad nacen demasiadas personas, tam­bién morirán demasiadas perso­nas, porque la cultura religiosa, negándose a afrontar las reali­dades de la sexualidad humana, también se niega a luchar contra la propagación de enfermedades de transmisión sexual.

Hay quienes dicen que las grandes guerras del nuevo siglo volverán a ser guerras religiosas, yihads y cruzadas, como en la Edad Media. Aunque, desde hace ya años, suenan en el aire los gri­tos de guerra de los fieles mientras convierten sus cuerpos en bombas de Dios, y también los alaridos de sus víctimas, me he resistido a creer en esta teoría, o al menos en el sentido que le da la mayoría.

Llevo tiempo afirmando que la teoría del "choque de las civili­zaciones" de Samuel Huntington es una simplificación excesiva: que la mayoría de los musulma­nes no tienen el menor interés en participar en guerras religiosas, que las divisiones en el mundo musulmán son tan profundas como sus elementos comunes (si te cabe alguna duda de que esto es así echa una ojeada al conflicto suní-chií en Irak). Apenas puede encontrarse nada que se parezca a un objetivo islámico común. In­cluso cuando la OTAN no islámi­ca libró una guerra a favor de los albaneses kosovares musulmanes, el mundo musulmán fue remiso a la hora de ofrecer la muy necesa­ria ayuda humanitaria.

Las auténticas guerras religio­sas son las guerras que las reli­giones desatan contra ciudadanos corrientes dentro de su "esfera de influencia". Son guerras de los píos contra los prácticamente indefensos: los fundamentalistas estadounidenses contra los médi­cos partidarios de la libre elección, los mulás iraníes contra la mino­ría judía de su país, los talibanes contra el pueblo afgano, los fun­damentalistas hindúes de Bombay contra los musulmanes cada vez más asustados de la ciudad.

Y las auténticas guerras reli­giosas son asimismo las guerras que las religiones desatan contra los no creyentes, cuya intolerable incredulidad se recalifica como de­lito, como razón suficiente para su erradicación.

Pero con el paso del tiempo me he visto obligado a reconocer una cruda realidad: que la masa de los llamados musulmanes corrientes parece haberse dejado embaucar por las fantasías paranoicas de los extremistas y parece dedicar una mayor parte de su energía a la movilización contra caricaturistas, novelistas o el Papa, que a conde­nar, privar de derechos civiles y expulsar a los asesinos fascistas que habitan entre ellos. Si esta mayoría silenciosa permite que se libre una guerra en su nombre, se convertirá finalmente en cómplice de esa guerra.

Por tanto, quizá sí se ha inicia­do, al fin y al cabo, una guerra re­ligiosa, porque está permitiéndose a los peores de nosotros dictar las prioridades de los demás, y por­que los fanáticos, que no se andan con chiquitas, no encuentran opo­sición suficiente entre "su propio pueblo".
Y si eso es así, los vencedores de dicha guerra no deben ser los estrechos de miras que, como siempre, marchan a la batalla con Dios de su lado. Elegir la in­credulidad es elegir el espíritu so­bre el dogma, confiar en nuestra humanidad y no en todas esas peligrosas divinidades. Así pues, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? No busques la respuesta en las narraciones "sagradas". Puede que el imperfecto conocimiento humano sea un camino lleno de baches y hoyos, pero es el único camino a la sabiduría digno de seguirse. Virgilio, que creía que el apicultor Aristeo podía generar espontáneamente abejas nuevas a partir de una vaca muerta en des­composición, estaba más cerca de la verdad sobre el origen que todos los libros venerados de la Antigüedad. Las sabidurías an­cestrales son tonterías modernas. Vive en tu tiempo, utiliza lo que sabemos, y cuando crezcas, quizá la especie humana haya crecido por fin contigo.

Como dice la canción: "Es fácil si lo intentas".

En cuanto a la moralidad, la se­gunda gran pregunta –¿cómo vi­vir?, ¿cuál es la actuación correcta y cuál la incorrecta?– se reduce a tu predisposición a pensar por ti mismo. Sólo tú puedes decidir si quieres que la ley te sea entrega­da por sacerdotes y aceptar que el bien y el mal son cosas de algún modo externas a nosotros. A mi juicio, la religión, incluso en su forma más elaborada, en esencia infantiliza nuestra identidad ética estableciendo árbitros infalibles de la moral y tentadores irredimi-blemente inmorales por encima de nosotros: los padres eternos, el bien y el mal, la luz y las tinieblas, el reino sobrenatural.

¿Cómo, pues, vamos a tomar decisiones éticas sin un regla­mento divino o un juez? ¿Es aca­so la incredulidad el primer paso en la larga caída hacia la muerte cerebral del relativismo cultural, conforme al que muchas cosas insoportables –la circuncisión femenina, por citar sólo un ca­so– pueden disculparse por mo­tivos culturalmente específicos, y la universalidad de los derechos humanos puede también pasarse por alto? (Esta última muestra de negación moral encuentra parti­darios en algunos de los regíme­nes más autoritarios del mundo, y también, inquietantemente, en las páginas de opinión del Daily Telegraph.)

Bien, pues no lo es, pero las ra­zones para dar esta respuesta no están claramente definidas. Sólo una ideología de línea dura está claramente definida. La libertad, que es la palabra que empleo para la posición ética secular, es ine­vitablemente más confusa. Sí, la libertad es ese espacio donde pue­de reinar la contradicción; es un debate interminable. No es en sí misma la respuesta a la pregunta de la moralidad, sino la conversa­ción sobre esa pregunta.

Y es mucho más que simple relativismo, porque no es simple­mente una tertulia interminable, sino un lugar donde se toman de­cisiones, se definen y defienden valores. La libertad intelectual, en la historia europea, ha represen­tado sobre todo libertad respecto a las restricciones de la Iglesia, no del Estado. Esta es la batalla que libró Voltaire, y es también lo que nosotros, los seis mil millones, podríamos hacer por nosotros mismos, la revolución en la que cada uno de nosotros podría des­empeñar nuestro pequeño papel, una seis mil millonésima parte del total. De una vez por todas, po­dríamos negarnos a permitir que los sacerdotes, y las ficciones en cuyo nombre afirman hablar, sean la policía de nuestras libertades y nuestro comportamiento. De una vez por todas, podríamos devolver las historias a los libros, devolver los libros a las estanterías y ver el mundo sin dogmas y en toda su sencillez. Imagina que el cielo no existe, mi querido seis mil millo­nésimo, y de inmediato no habrá más límite que el cielo.

De RevistaÑ

viernes, 6 de noviembre de 2009

Vive eternamente en un mundo cabrón.

Ojo por ojo, diente por diente, camino por la vereda de la manzana de mi casa y el puto de la esquina no para de matar y gritar:- "matar es un pecado!". No me importa un huevo, asesinados penas de muerte, sigo mi rumbo por la vereda de la manzana de mi casa.
Al llegar a mi casa, entro por la puerta de entrada, pongo un cd de SKA! en el equipo de música y comienzo a saltar y bailar. Agarro el sillón y lo reviento contra la ventana, agarro mi remera y me la arranco a la mierda; comienzo a dar vueltas a una mesita ratona y me tiro ensima haciendola percha. Luego me paro y me voy a la cocina, abro la heladera y me tomo una birra, al terminarla de golpe la vomito y reviento la botella contra el piso.
Yo no me quiero casar con bombones, quiero resistirme probarme sin límites en la cama, quiero volver a ver emborracharme por el suelo, no hay boda, no hay celebración.
Sangría! hasta por los dientes, cuántos muertos en la esquina. Asesinos, asesinos, toda la vida luchando por la igualdad, mutilados, celebrando, sin destino, asesinos.
Es por mi bien, es por mi poder, que me mire al espejo, ya no hay mas, ya no abrazo, ya no abrá más, ya no habrá más víctimas. A babylonia bajo una escalera sotánica satánica, tengo muchos clientes ya!.
Me tocan la puerta y voy a abrirle pero el enfermo se asusta al ver el desorden de la casa, el desorden mental de mi cabeza, su psicólogo. Pero le digo que no se preocupe, que lo llevo a la salita especial que tengo en el sótano, pero al bajar se encuentra con una buena realidad, imagen que lo deja nock out. Plantas de Marihuana.
Puto parado hijo de puta, para un poco, para un poco, fumate una yerba con tu psicologo y si no te gusta tomate el palo que la vida es hermosa, busca tu felicidad!
guaaa, estoy cansado de escuchar, lo que esta bien, lo que esta mal. Yo no pinto nada, me corto el pelo y busco un trabajo, hagase la voluntad. Decir pensar, parar, recaudar, ahorrar, tiene muchos clientes ya, tiene, tiene. Ay señoras!
Ska! Ska! de bar en bar, que voy hacer, tomar un cerveza y ver que es lo que pasa. Me gusta el bicho, que rico, el bar, tu bar, es nuestro centro cultural. La dosis diaria sigue con el cuento, mira como mora nuestra barba se va hacer, que descarte. No me gusta celebrar, pero aunque alguno no lo va a creer la próxima ronda la pago yo.
Que vua ase, que vua ase...
Sujeto la barra, casi le doy un beso al suelo, ya estoy medio tocado, pero aunque alguno no lo va a creer, la próxima la pago yo!
UUUuuuaaaaaCUCUCUC cu guacuyeah cuyeah cuyeah.
Que guasa, que pasa.
Vamos a quemarlo todo, vamos a quemar al puto dinero, al fucking banquero. Saca uno te pilla la cana, comienzas a correr y te sacas un 6, que bien que bien, de roca en roca, y fumo porque me toka! ya voy! tiene mas rondas y el papel se ha mojado, a correr se ha dicho y correr por el cuerdo mundo loco, de baldosa a baldosa. Y me caigo, me tropiezo porque me toca y caigo en el LSD! y me toca tirar otra vez, de roca en roca, me toca tirar otra vez, me sale de las pelotas. A bailar, a bailar puto cobani puto a bailar, a bailar, baila conmigo, dejame bailar, para un poco, esta todo bien!
Jodete, jodeme, en el país en que yo vivo todo funciona al revés, al revés al revés todo funciona muy bien no queremos gilipollas que nos digan que hay que hacer. Vaya país, vyaa democracia, vayanse a cagar que hace muy bien y yo me voy para allá que no hay gobierno, no hay religión, solo las ideas muertas. Pues, allá en mi país, allá en mi país, tu te puedes venir, ya no se como ir, tu te que tu te quieres venir?
Jodete, jodete, y vuelvete a joder, en el país en que yo vivo todo funciona al revés, al revés, al revés todo funciona muy bien.
Que voy hacer, que voy hacer! voy a bailar SKA! que estos días son muy largos, y esta vida son tres días! A cortar el pastel, y nadie se acuerda quien es usted, pocas cosas hago, sin que hacer sin que hacer, llegar a casa roto! esta vida son tres días! a _bailar, asique amigo, planteate, si de verdad debo amanecer y romper la espalda contra la luna escavia, pocas cosas hago, los días son muy largos, sin que hacer, llegar a casa roto, para ver, para ver que esta vida es una alegría, son tres días, son unas tranvías. Agitar, agitar, agitate esa cabeza, dale una sacudida y dejate de joder, que en un bonito mundo, te quisiste levantar, y en los corazones seguirá escrito el CHE. Por todas las rutas la memoria es parte de nuestra vida, hasta la victoria Ernesto che guevara, que quisiste crear un mundo diferente, luchaste y moriste en bolivia apoderada de ti, eso fue sólo una historia.
Hasta siempre comandantes andantes.

jueves, 5 de noviembre de 2009

“El Exorcista” vuelve en “Paranormal Activity”



La historia: La joven pareja Katie y Micah, se muda a una casa en los suburbios de San Diego. Acosados por ruidos nocturnos, Micah compra una cámara de video dispuesto a descubrir su origen. El film “Paranormal Activity” es la recopilación completa y lineal de todos los videos registrados, además de uno los fenómenos más inexplicables de la historia del cine. En tres semanas, esta película realizada con un presupuesto de U$S 10.000, recuaudó 84,4 millones de dólares solo en Estados Unidos, estuvo entre los 10 tópicos más comentados de Twitter y lideró las descargas ilegales en todas sus formas. Abundan los comentarios que atribuyen el éxito de “Paranormal Activity” a una estrategia de marketing genial llevada a cabo en Internet, una reducción preferida por la prensa, similar a la que se hizo antes con “The Blair Witch Project“.

El cambio de escala que significa el éxito de esta extraordinaria película (por lo infrecuente y maravillosa), nos perjudica para verla con la ingenuidad que requiere, cuanto más leamos sobre ella y cuanto mayor sea su éxito, peor resultará la experiencia de verla por primera vez. Pero si logramos abstraernos de sus antecedentes, “Paranormal Activity” demostrará al espectador que el cine sigue siendo un medio enigmático capaz de actuar con profundidad en nuestra mente y activar con mínimos recursos los más recónditos temores. De otra manera sería inexplicable entender cómo una cámara fija mostrando un dormitorio en penumbras con la puerta abierta durante largos minutos, puede capturar nuestra ansiedad en vez del sueño. El miedo que nos trae Paranormal Activity es un miedo que todos hemos vivido ¿Quién no se ha despertado de noche, agitado hasta el ahogo por miedos infundados creados en la mente, y confuso corroboró el horror durante unos instantes desde la perspectiva horizontal de la cama? ¿Quién no ha escrutado con el oído a la oscuridad, adivinando pasos alrededor o una presencia? En la más terrible pesadilla que recuerda Borges, dice “yo estaba en mi habitación; amanecía (posiblemente ésa era la hora en el sueño), y al pie de la cama estaba un rey (…)”. De la misma manera “Paranormal Activity” nos muestra que una mujer inmóvil a los pies de la cama puede resultar tan aterradora como un rey inesperado en nuestro dormitorio. De un miedo conocido por todos, de eso trata “Paranormal Activity”.



“El Exorcista”
No es posible vincular en sus formas una superproducción como “El Exorcista” con un modesto video como “Paranormal Activity”. Sin embargo, abundan en PA las citas -premeditadas o no- a la legendaria película de terror. Ambas eligen como escenario principal el dormitorio, el ámbito silencioso de la noche, la cama y los objetos cotidianos, que se transforman progresivamente en la utilería indispensable para el miedo. La “Ouija” (una especie de SMS de los muertos) es en las dos películas un instrumento peligroso con el cual pueden abrirse las puertas por donde pasen los íncubos. Luego el desván, en “El Exorcista”, mientras el portero busca ratas, aparece una inexplicable llamarada; en “Paranormal Activity”, Micah encuentra allí auna foto quemada de la infancia de Katie. Pero en lo que más se parecen ambas películas, es en la atmósfera que logran introducir en las vidas cotidiana de personas inofensivas, en sus hogares acogedores donde nada malo podría pasar. Allí las dos historias hacen entrar la amenaza intangible de una monstruosidad nocturna de la cual es imposible huir o defenderse. Cosas en las que nadie cree, pero todos tememos.

Link “Paranormal Activity”
Link “The Blair Witch Project“

martes, 3 de noviembre de 2009

¿Humano VS León? o... ¿Humano VS Humano?

A continuación, dos historias de leones: la primera que destaco abajo, la de los leones comehombres, es una clara demostración de un poco más de lo que somos los seres humanos. Pues lean, y luego opinen, pero de los silencios emerge el grito de paz y amor entre la energía viva y latente que habita el planeta tierra.
Cabe destacar, además, que hay una película basada en esa historia de los leones comehombres, se llama "Garra". En la misma, los leones figuran como anormales y monstruosos, enormes y asesinos, pero en lo que respecta desde los silencios, es decir, de la imposibilidad de poder comunicarse los leones con los seres humanos, consta opinar desde este pequeño rincón, que esos animalitos tan iguales como todo león, sólo debían haber sentido que invadíamos su territorio, ya que naturaleza de todo león salvaje es marcar su territorio como el Rey y animal como es. Pero bueno, el ser humano arrasó con sus propios intereses de egoísmo e interés puro...

La verdadera historia de los leones comehombres de Kenia

En marzo de 1898, se inició en África la construcción de un puente ferroviario sobre el río Tsavo que unía las líneas de Kenia y Uganda, sufragado por la empresa Uganda Rail Way. Durante la construcción, muchos trabajadores ferroviarios fueron asesinados por una temible pareja de feroces leones que arrastraba a los hombres fuera de sus tiendas de campaña durante la noche para devorarlos. Los apodaron los leones comehombres Tsavo y, según la leyenda que difundió el teniente coronel británico John Patterson, que los abatió en diciembre de 1898, se cobraron 135 víctimas, provocando la clausura de la expansión del ferrocarril en Kenia.

Ahora, un nuevo estudio realizado por el antropólogo Nathaniel Dominy y sus colegas de la Universidad de California revela que la masacre, que ha inspirado varias películas y libros, fue mucho menor de lo que se pensaba. Analizando las muestras de pelo, dientes y huesos de los dos felinos, conservadas en el Field Museum de Chicago, los investigadores han llegado a la conclusión de que un león habría devorado 10 u 11 humanos y el otro a unos 24 en el último año de su vida. Es decir, las fieras mataron tres veces menos de lo que decía Patterson, y lo hicieron por ser más débiles que otros congéneres.

Los análisis, publicados hoy en PNAS, revelan también que para uno de los leones casi la mitad de la dieta en esas fechas consistió en seres humanos, y el resto en impalas y gacelas. Sin embargo, la dieta del otro león estuvo compuesta exclusivamente de herbívoros, lo que podría significar que las bestias trabajaban en pareja para cazar humanos pero no compartían las presas.


De MuyInt.

Esa fue la historia de los leones comehombres. Ahora, abajo la otra historia de otro león con relación al ser humano. Acá, ¿silencios que aturden? pues no, existen energías invisibles pero muy perceptuales, y básicamente consta de abrir el corazón hacia el que esta en frente nuestro.


Y para poder abrir el corazón al otro, primero se debe abrir el corazón hacia uno mismo. Allí es donde las energías entran en juego y a movilizarse por la sangre, los latidos, el alma, el espíritu.

PEACE and LOVE.

Control

La manera de controlar una oveja o una vaca es darles una extensa pradera.

Vivir en la esfera de la naturaleza de Buda significa morir como seres pequeños de
momento en momento. Cuando se pierde el equilibrio morimos, pero al mismo tiempo nos
desarrollamos, crecemos. Todo lo que abarca la vista está cambiando, perdiendo el equilibrio.
La razón de que todo parezca hermoso es el desequilibrio, pero su plano de fondo está siempre
en perfecta armonía. Así es como todo existe en la esfera de la naturaleza de Buda, perdiendo
su equilibrio sobre un fondo de perfecto equilibrio. Por lo tanto, cuando uno ve las cosas sin
percibir el fondo de naturaleza de Buda, todo parece tener forma de sufrimiento. Mas cuando
se comprende el fondo de la existencia, uno se da cuenta de que el mismo sufrimiento es
nuestra forma de vivir, de prolongar la vida. Por eso, en el Zen recalcamos a veces el
desequilibrio o desorden de la vida.
Hoy en día, la pintura japonesa tradicional se ha tornado un tanto formal y sin vida. A
eso se debe el desarrollo del arte moderno. Los pintores de antaño solían practicar poniendo
puntos sobre un papel en artístico desorden. Esto es un poco difícil. Por más que uno se
aplique, en general, resulta que los puntos siempre están colocados dentro de cierto orden.
Uno piensa que lo puede evitar, pero no es posible. Resulta casi imposible colocar los puntos
fuera de todo orden. Sucede lo mismo con el curso de la vida cotidiana. Aunque uno trate de
someter a la gente a cierta pauta, es imposible. No es hacedero. La mejor forma de controlar a
los seres humanos es alentándolos a ser traviesos. Entonces están bajo control en el sentido
más amplio del concepto. La manera de controlar una oveja o una vaca es darles una extensa
pradera. Lo mismo ocurre con los seres humanos. Primero hay que dejarles hacer lo que
quieran y observarlos. Esto es lo más indicado. No es bueno no hacerles caso. Ése es el peor
sistema. Algo muy poco menos malo es tratar de controlarlos. Pero lo mejor es observarlos,
simplemente observarlos, sin tratar de controlarlos.
Este método de control es aplicable también a uno mismo. Cuando lo que se desea es
lograr una calma perfecta en el zazén, uno no debe dejarse perturbar por las diversas
imágenes que le pasan por la imaginación. Hay que dejarlas venir y dejarlas pasar. Así estarán
bajo control. Pero eso no es fácil. Parece fácil, pero exige cierto esfuerzo especial. La forma en
que se hace esta clase de esfuerzo es el secreto de la práctica. Supongamos que uno está
sentado en circunstancias extraordinarias. Si trata de calmar la imaginación no estará en
disposición de sentarse, y si trata de no perturbarse, el esfuerzo no será el propio e indicado.
El único esfuerzo que puede ayudar es contar las respiraciones o concentrarse en la inhalación
y la exhalación. Digo concentrarse, pero fijar la mente en algo no es el verdadero propósito del
Zen. El verdadero propósito es ver las cosas tal como son, observar las cosas tal como son y
dejar que todo siga su curso. Esto es, poner todo bajo control, en el sentido más amplio del
término. La práctica del Zen pretende abrir nuestra pequeña mente. Es decir que la
concentración no es más que un apoyo que lo ayuda a uno a darse cuenta de la "gran mente",
o sea, de la mente que lo es todo. Para descubrir el verdadero significado del Zen en la vida
cotidiana hay que comprender qué significa mantener la mente al ritmo de la respiración y el
cuerpo en la postura correcta del zazén. Hay que seguir las reglas de la práctica y el estudio
debe tornarse más sutil y cuidadoso. Ésta es la única forma de gozar de la libertad vital del
Zen.
Dogen-zenji ha dicho: "El tiempo transcurre del presente al pasado". Lo cual parece
absurdo, pero en nuestra práctica a veces es cierto. En vez de progresar del pasado al
presente, el tiempo retrocede del presente al pasado. Yoshitsune fue un guerrero famoso que
vivió en la época medieval del Japón. A causa de la situación del país en ese momento, fue
enviado en misión a las provincias del norte y allí perdió la vida. Antes de partir se despidió de
su esposa y poco después, ella decía en un poema que escribió: "Tal como se desovilla el hilo
de una madeja, quiero que el pasado se vuelva presente". Al decir eso, lo que hacía era tornar
en presente el tiempo pasado. En su imaginación, el pasado cobraba vida y era el presente.
Por eso Dogen dijo: "El tiempo transcurre del presente al pasado". Lo cual no es el caso en
términos de nuestra mente lógica, pero lo es en la práctica que hace presente el tiempo
pasado. Eso es poesía y así es la vida humana. Cuando logramos comprender este aspecto de
la verdad puede decirse que hemos logrado encontrar el verdadero significado del tiempo. El
tiempo transcurre constantemente del pasado al presente y del presente al futuro, pero
también es cierto que el tiempo va del futuro al presente y del presente al pasado. Otro
maestro Zen dijo en cierta ocasión: "Ir una milla hacia el este es ir una milla hacia el este".
Ésta es la libertad vital. Hay que adquirir esta clase de libertad perfecta.
Pero, sin ciertas reglas, no se logra nunca la perfecta libertad. La gente, especialmente la
gente joven, piensa que la libertad consiste en hacer lo que a cada uno le da la gana, que en el
Zen no se necesitan reglas. Pero para nosotros es absolutamente necesario guardar ciertas
reglas. Esto no significa estar siempre bajo control. Mientras se siguen reglas hay siempre
oportunidad de liberarse. Tratar de obtener la libertad sin tener conciencia de las reglas no
significa nada. Es para adquirir esta perfecta libertad para lo que practicamos el zazén.


Mente Zen, mente de principiante
Shunryu Suzuki

sábado, 31 de octubre de 2009

Respiración

Lo que solemos llamar el yo no es más que una especie de puerta de vaivén que se
mueve cuando inhalamos y cuando exhalamos.

Cuando practicamos el zazén, la mente se adapta siempre al ritmo de nuestra respiración. Al inhalar, el aire penetra en el mundo interior. Al exhalar, el aire sale al mundo
exterior. El mundo interior es ilimitado, y también lo es el exterior. Se dice "mundo interior" y
"mundo exterior", pero, en realidad, sólo hay mundo entero. En este mundo ilimitado nuestra
garganta es como una puerta de vaivén. El aire entra y sale como cuando se pasa por una
puerta de esa clase. Cuando uno piensa "yo respiro", el "yo" está de más. No hay ningún "uno"
para decir "yo". Lo que solemos llamar el "yo" no es más que una especie de puerta de vaivén
que se mueve cuando inhalamos y cuando exhalamos. Es simplemente algo que se mueve.
Cuando la mente está bastante pura y calmada para seguir este movimiento, no hay nada, ni
"yo", ni mundo, ni mente, ni cuerpo, sino simplemente una puerta de vaivén.
Por eso, cuando practicamos el zazén todo lo que existe es el movimiento de la
respiración, pero siempre estamos conscientes de este movimiento. Nunca se debe tener la
mente distraída. Pero estar consciente del movimiento no significa estar consciente del
pequeño yo personal, sino más bien de nuestra naturaleza universal, de la naturaleza de Buda.
Esta clase de mera conciencia es muy importante porque en general nos inclinamos a ser
unilaterales. Nuestra comprensión usual de la vida es dualista: tú y yo, esto y aquello, bueno y
malo. Pero en realidad estas distinciones son, de por sí, la conciencia de la existencia
universal. "Tú" significa que uno está consciente del universo en la forma de "tú", y "yo"
significa conciencia del mismo universo en forma de "yo". "Tú" y "yo" no son más que puertas
de vaivén. Esta clase de comprensión es necesaria. Lo que es más, no se debería llamar
comprensión, porque en realidad es la verdadera experiencia de la vida a través de la práctica
del Zen.
Esto quiere decir que cuando se practica el zazén no existe idea del tiempo ni del
espacio. Quizás uno se diga "nos sentamos en esta habitación a las seis menos cuarto". De
este modo, se tiene alguna idea del tiempo (las seis menos cuarto) y cierta idea del espacio
(en esta habitación). Sin embargo, en realidad, lo que uno hace es simplemente sentarse y
estar consciente de la actividad universal. Nada más. En ese momento, la puerta de vaivén se
abre en una dirección y al siguiente se abre en dirección opuesta. Momento tras momento la
persona repite la misma operación, sin la menor idea del espacio. El tiempo y el espacio son
una misma cosa. Uno suele pensar "debo hacer tal cosa esta tarde", pero en realidad no hay
tal "esta tarde". Las cosas se hacen una tras de otra. Nada más. No existen un tiempo tal
como "esta tarde", ni "la una", ni "las dos". A la una se almuerza. El almorzar es de por sí la
una. Se estará en cualquier parte que sea, pero al lugar no se lo puede separar de la una. Para
quien aprecie la vida, las dos cosas son una misma. A veces, cuando nos cansa la vida, nos
decimos "no debería haber venido a este lugar, habría sido mucho mejor haber ido a algún
otro para el almuerzo, este lugar no es muy bueno". Uno se crea en la mente una idea del
lugar separado del tiempo real.
O bien nos decimos "esto no está bien, por lo tanto no debería hacerlo". La verdad es
que cuando uno dice "no debería hacerlo", está haciendo el no hacer en ese preciso momento.
Por lo tanto, no se puede escoger. Cuando se separan la idea del tiempo y la del espacio uno
se siente como si pudiera escoger. Pero, en realidad, hay que hacer algo o, de lo contrario, hay
que no hacer. No hacer es hacer algo. Eso de bien y mal existe sólo en la mente. Por eso no
debemos decir "esto está bien" ni "esto está mal". ¡En vez de decir mal debemos decir "no
hacer"! Si uno piensa "esto está mal" se creará cierta confusión. De modo que en el campo de
la pura religión, no hay confusión del tiempo y del espacio ni del bien y ni del mal. Lo único
que hay que hacer es hacer las cosas tal como vienen. ¡Hagan algo! Sea por lo que fuere,
debemos hacerlo, aunque consista en no hacer algo. Debemos vivir el momento. Así, pues,
cuando nos sentemos debemos concentrarnos en la respiración y en convertimos en una
puerta de vaivén y en hacer algo que debemos hacer, algo que hay que hacer. Ésta es la
práctica del Zen. En esta práctica no hay confusión. Cuando se establece este sistema de vida
no hay confusión de ninguna especie.
Tozan, un famoso maestro de Zen, ha dicho: "La montaña azul es la madre de la nube
blanca. La nube blanca es hija de la montaña azul. Todo el día una depende de otra sin ser
mutuamente dependientes. La nube blanca es siempre la nube blanca. La montaña azul sigue
siendo siempre la montaña azul". Ésta es una clara y pura interpretación de la vida. Puede
haber muchas cosas como la nube blanca y la montaña azul: el hombre y la mujer, el maestro
y el discípulo. En cada caso uno depende del otro. Pero la nube blanca no debe preocuparse
por la montaña azul, ni la montaña azul por la nube blanca. Son dos entidades completamente
independientes, pero, no obstante, dependientes. Así es como vivimos y como practicamos en
zazén.
Cuando llegamos a ser verdaderamente nosotros mismos, nos convertimos en esa puerta
de vaivén que mencioné, nos mantenemos independientes de todo y, al mismo tiempo,
dependientes de todo. Sin aire no se puede respirar. Cada uno de nosotros está en medio de
miríadas de mundos. Está siempre en el centro del mundo en todo momento. Por eso, uno es
completamente dependiente e independiente. Cuando uno pasa por esta clase de experiencia,
esta clase de existencia, goza de independencia absoluta, nada le preocupa. Por eso, cuando
se practica el zazén hay que concentrar la mente en la respiración. Esta clase de actividad es
la fundamental del ser universal. Sin esta experiencia, esta práctica, es imposible alcanzar la
libertad absoluta.


Shunryu Suzuki
Mente Zen, Mente de Principiante

viernes, 30 de octubre de 2009

Telenoika: proyección 3D

Telenoika Audiovisual Mapping @ Ingravid Festival, Figueres 9/2009 [FULL] from Telenoika on Vimeo.



Iluminación virtual, “augmentation” (aumentación?) y distorción 3D, pintura virtual, son algunas de las técnicas usadas por Telenoika para realizar una extrordinaria proyección para el festival Ingravid, en Figueres, España.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Crazy luna soleada.

Hay un misterio en mi
estamos de acuerdo, o no estamos cuerdos.
Y tu piensas que tienes que tener mas de lo que tienes
Hasta que no lo tengas todo no serás libre
Personas limadas, locas de la cabeza

Pero no tenemos la culpa de lo que hacemos
Sociedad, sociedad, que loca estas
tu loco respiro me deja solo
solo en la soledad

Mientras muchos piensan muchos hacen nada
Pero los resultados bajan niveles de los escalones
y el sol en la punta se aleja del agobio
Solo espero no estar solo,
sin mi.

Sociedad, emerge del sumergimiento
espero no estar solo, sin mi
conmigo no puedo.
No, hey baby, de donde vienes.

Recordando depresiones mentales, forzando a llorar
hundiendome cada vez mas! buscando una gota de alchool!
Busco un estimulante severo pasajero
Quiero tener sexo con vos! una guerra por doquier!
Con mi ser, y tu locura.

Cuántos errores, cuanta tristeza
Y todo viene de una semilla
Pues a plantar una nueva semilla
A mimarla y alimentarla con amor
Todo puede cambiar, tienes que ser feliz
estes donde estes, sea como sea.

PEACE PEOPLE PLEASE
LOVE VS LOVE = ONE LOVE

lunes, 26 de octubre de 2009

Enerigía y prosperidad

Sentimiento de culpa

La psicóloga Laura Rojas-Marcos explora en su último ensayo cómo superar la culpa, un sentimiento universal con un enorme poder sobre las emociones que puede privarnos de la felicidad.

Laura Rojas-Marcos sabe muy bien lo duro que puede ser trabajar con el dolor. De hecho, en Nueva York -donde nació y se licenció en Psicología-, colaboró en el Proyecto Libertad, un programa público que el Gobierno de EE UU puso en marcha para asistir a las víctimas de los atentados del 11-S. Por eso, ha querido abordar uno de los sentimientos que más sufrimiento produce a quienes lo padecen y más trata como terapeuta: la culpa.

Lo cierto es que no hay un único motivo que explique su aparición. En El sentimiento de culpa (Aguilar, 17 euros), Rojas-Marcos señala que se explica por factores sociales, religiosos, culturales y familiares, y puede surgir cuando nos arrepentimos de nuestras palabras o actos, cuando actuamos en contra de nuestras propias convicciones por razones egoístas, cuando no cumplimos lo que se espera de nosotros o nos fallamos a nosotros mismos. Peor aún, podemos sentirnos culpables por motivos reales o aparentes, e incluso si sufrimos la manipulación de otros.

Eso sí, la culpa, que esta experta define como “un sentimiento agrio y punzante que nos produce una intensa sensación de malestar”, en ocasiones puede ser beneficiosa. Y es que también nos ayuda a gobernar nuestros impulsos y nos induce a reparar los daños que hemos causado a los demás.

Con un estilo claro y ameno, esta psicóloga que hoy reside en Madrid nos da pistas sobre cómo podemos afrontarla y superarla. Las claves: saber mirar en nuestro interior, resolver los conflictos de forma constructiva y aprender a perdonar a los demás y a nosotros mismos.

Abraham Alonso


De MI

sábado, 17 de octubre de 2009

Una noche con ALBERT HOFMANN

Presentamos a continuación una entrevista con Albert Hofmann, realizada en TVE por Fernando Sánchez Dragó y otros contertulios, en 1991. La cinta del programa fue gravada en vídeo por una persona que realizó algunas copias, que se vendieron en una tienda en Barcelona bajo el sugerente título "El descubrimiento de la aspirina", o similar. Una de estas cintas fue adquirida por Domentx Ucin, que tras visualizarla varias veces llegó a la conclusión que este pequeño tesoro debería estar al alcance de más personas. Junto con Maite Elizburu, decidieron emprender la ardua y loable tarea de transcribir la entrevista por completo, que nos fue remitida por correo electrónico para su posible inclusión en esta web. Desde aquí le agradecemos el trabajo hecho y la voluntad de dar a conocer este relevante documento.
Téngase en cuenta que el texto que sigue es una trascripción de una conversación televisiva; de aquí la escasez de puntos en el texto y la abundancia de puntos y coma. Desconocemos la situación de los derechos para la reproducción de esta entrevista. Al ser emitida por la televisan pública española suponemos que no hay inconveniente alguno en que se reproduzca aquí con ánimo informativo. Para cualquier asunto en relación con los derechos pueden ponerse en contacto con nosotros a través del mail emc@imaginaria.org

Programa de la 2 TVE " La Noche" (aparece este título al final de los créditos, aunque habíamos entendido por la entrevista que el título era "El mundo por montera").
Contertulios: Dr. Albert Hofmann, Antonio Escohotado, Fernando Savater, Luis Racionero, Mario Satz, André Malbi y presentando Fernando Sánchez Dragó.

Fernando Sánchez Dragó: En estos momentos son las 3 de la tarde. El programa que hoy vamos a ver no se emite en directo como de costumbre, sino que se grabó el lunes 23 de octubre. En los días inmediatamente anteriores a esta fecha, la Universidad de Bilbao (Deusto, se supone) había organizado una serie de actividades culturales en torno a la figura del escritor alemán Jünger, último representante vivo de lo que fue la gran literatura europea. Y entre las personas que acudieron a esa cita, en la capital de Bizkaia, además del propio Jünger, al que se le confirió el Doctorado Honoris Causa por la citada Universidad, figuraba el Dr. Albert Hofmann, químico de profesión y naturalista por afición; lo que se dice un mito de nuestro tiempo, un hombre de alcance, fama y talla universal, por muchas cosas, pero sobre todo porque el Dr. Hofmann sintetizó, allá por los años 30 en los laboratorios Sandoz de Basilea, la dietilamida del ácido lisérgico, descubrió lo que hoy conocemos con el nombre de LSD y provocó uno de los mayores fenómenos -o cataclismos, según se mire- culturales y contraculturales de la historia universal. No podíamos desaprovechar la oportunidad de traer al Mundo por Montera a este nuevo Pitágoras, a este octavo sabio de Grecia, y de aquí que hayamos renunciado otra solución -no era posible-, a lo que en la jerga Televisiva se llama "el directo".
Albert Hofmann tiene en estos momentos 84 verdes años entre pecho y espalda y, como van a comprobar enseguida, está hecho una rosa. Es suizo, de habla alemana, y en alemán vamos a entendernos con él gracias a los servicios de traducción simultanea.
Fue Antonio Escohotado, autor de esta "Historia de las Drogas" en tres volúmenes recién aparecido, tertuliano habitual en "El Mundo por Montera", quien consiguió traer a Hofmann a este programa, de modo que es justo que sea también Escohotado quien nos lo presente, aunque sea por poderes. Tengo aquí una larga e interesantísima entrevista con Hofmann firmada por Escohotado y publicado por la revista "El Paseante", y esa entrevista empieza con lo que ahora, a guisa de presentación de nuestro principal invitado en el día de hoy, voy a leerles:
"En el otoño de 1977 una muchedumbre llenaba el aula magna de la Universidad de California en Santa Cruz y sus inmediaciones, con el rostro pegado a las ventanas o el oído atento a los altavoces que difundían las ponencias de distintas celebridades en un simposio internacional. Un hombre de mediana edad aparentemente, sencillo traje gris y corbata, se abrió paso con dificultad hacia la mesa, donde distintos micrófonos florecían como ramas de un arbusto metálico. Cuando las ovaciones se serenaron, el llamado padre de la era psicodélica desplegó unas cuartillas y empezó diciendo: temo decepcionarles, quizá esperaban a un guru, en vez de eso se les presenta un químico". Y en efecto... el químico, ha acabado sugiriendo, éste químico, un concepto del mundo, la metáfora del transmisor-receptor, seguramente hablaremos de ella en el curso del programa, que pronto aparecerá en castellano en forma de libro.
Hofmann nació en el cantón Suizo de Argau?(Argovia) en 1906 en el seno de una familia humilde que quedó desamparada por la muerte prematura del padre. Paso su adolescencia en el banco de taller de una fábrica como primogénito responsable de los suyos, pero le fascinaba la investigación científica y cursó simultáneamente estudios de química en Zurich, que terminó en un tiempo récord y con premio extraordinario culminando esa carrera con una tesis doctoral que hizo época, al describir por primera vez la hasta entonces enigmática estructura de la quitina. Los años duros quedaban atrás y siendo fiel a una vocación ya sentida desde niño, la de conocer los principios activos de las plantas, aceptó un puesto de investigador en el pequeño laboratorio que era Sandoz por entonces; allí permaneció hasta su jubilación, con hallazgos que contribuyeron enormemente a hacer de esa empresa un gigante farmacológico mundial.
Fruto de esos años fueron descubrimientos que Hofmann llama comerciales, tranquilizantes y analgésicos, alternados con otros que le permitirían desarrollar fármacos todavía insustituibles en obstetricia y neurología. Investigaba el misterioso hongo llamado cornezuelo o ergot, cuando topó con la dietilamida del ácido lisérgico, o LSD, un derivado semisintético que absorbió inadvertidamente; iba en bicicleta, después de haberla absorbido inadvertidamente, y le sucedieron cosas muy curiosas, es un viaje en bicicleta célebre, quizá el más célebre de los viajes en bicicleta.
Decía, Escohotado, que este derivado semisintético fue descubierto por Hofmann y a partir de entonces no solo su vida, sino la de innumerables otros, experimento una profunda modificación. Jünger y Aldous Huxley, también la CIA y la psiquiatría institucional, se apasionaron con el producto -unos creyendo que contribuiría a ensanchar la cordura y otros que permitía desatar a voluntad la demencia. En cualquier caso, nadie discutió que esa sustancia y varias más de su especie descubiertas por él durante los años 50, eran el hallazgo psicofarmacológico más importante del siglo. Doctor Honoris Causa en Harvard, Zurich, Estocolmo y Berlín, a mediados de la década siguiente fue invitado por la academia Sueca a pronunciar el ciclo de conferencias previas al otorgamiento de su galardón, que quedaría indefinidamente pospuesto, cuando el conjunto de prometedores hallazgos se convirtió de la noche a la mañana en amenaza mortal para el orden establecido. Instado por el Pentágono a que colaborase en sus proyectos de armas químicas, y por la inteligencia contracultural a hacer precisamente lo contrario, todo ello a partir de las mismas sustancias, comenzó para él, para Hofmann, una época de perplejidad sólo apaciguada con la distancia crítica que otorga el paso del tiempo.
Hasta aquí, un poco larga pero creo que era necesaria la presentación de Albert Hofmann. Aquí lo tenemos. Bienvenido, Dr. Hofmann, a este programa, gracias por ponerte el mundo por montera con nosotros; aquí lo tenemos, decía, sentado en mi trono de moderador del programa; se lo he cedido porqué va a ser el epicentro de este programa y también y sobre todo por cortesía hacia un maestro que viene de fuera.
Tenemos también a varios de nuestros contertulios habituales, que no fijos; son -vamos a presentarlos por enésima vez- el escritor y cabalista Mario Satz, el biólogo y otras muchas cosas André Malbi, el también escritor y taoísta Luis Racionero, el filósofo Fernando Savater y también escritor, como no, y el filósofo y también escritor -todos escribimos aquí, hasta los químicos- Antonio Escohotado, que ya ha salido a relucir. Es el de hoy un programa un poco especial y vamos a salirnos del carril. Será esto una tertulia, sí, pero una tertulia enfocada, polarizada, hacia el Dr. Hofmann. Una tertulia a mitad de camino entre la charla y la entrevista con contraste de pareceres. E... los contertulios del Mundo por Montera se convierten hoy en alguaciles alguacilados y, en vez de dar opiniones, aunque también las darán, van a provocarlas, o sea, van, vamos a entrevistar conjuntamente a nuestro invitado, pero de modo tal que sus preguntas y las respuestas de Hofmann puedan dar pie a otras intervenciones de las personas presentes en el estudio.
Yo creo que es Antonio Escohotado la persona más indicada para disparar la primera salva de este interrogatorio, de este tercer grado indagador y amistoso, pero antes, debería de tomar la palabra el Dr. Hofmann para decirnos en que consiste el camino de Eleusis, o El Camino a Eleusis, título de este volumen escrito al alimón con el etnomicólogo R. Gordon Wasson y el helenista C. Ruck. E... Dr. Hofmann, ¿ese camino de/a Eleusis hacia dónde conduce, cómo se sigue, cual es su meta?

Dr. Albert Hofmann: (habla pausada y fluidamente) Me alegra mucho tener ocasión de poder hablar sobre LSD sirviéndome de Eleusis.
A lo largo de milenios, Eleusis ha sido el centro espiritual más importante de la antigüedad Griega. Los misterios de Eleusis tienen su origen en la diosa del grano, la diosa Démeter; ella originó estos misterios como agradecimiento por haber vuelto a encontrar a su hija Perséfone. Perséfone había sido secuestrada por Hades, el dios del Tártaro, y como muestra de agradecimiento la diosa del grano regaló a la humanidad los cereales, así como los Misterios de Eleusis.
En estos misterios se enseñaron una serie de reflexiones sobre la vida y la muerte del hombre; se sirvieron como ejemplo del mismo grano del centeno; el grano del centeno es plantado en la tierra y muere allí para dar pie a nueva vida. Forman parte de estos misterios toda una serie de personajes conocidos en la antigüedad: Píndaro, Cicerón, Platón, todos estos personajes fueron allí en peregrinaje y les estaba prohibido decir lo que allí habían visto, era un secreto; pero lo que sí les estaba permitido era contar cual era la importancia que para ellos tenían los Misterios de Eleusis; y de forma unánime todos manifestaron que allí les había sido permitido comprender los mismos orígenes de nuestra vida, y también habían logrado vislumbrar el final de la vida: habían empezado a comprender de dónde venían y adonde iban.
Se sabía que los adeptos que peregrinaban a Eleusis después de largos preparativos, al final de su viaje recibían una bebida sagrada; esta bebida es la que les proporcionaba la iluminación, y de siempre había sido un problema para los investigadores y para la ciencia el averiguar los ingredientes de esta bebida sagrada capaz de iluminar la mente humana. Se formularon las más diversas hipótesis y teorías, y yo, conjuntamente con unos amigos -con el señor Wasson y el señor Ruck- he formulado la hipótesis que tenía que haber una combinación del tipo de LSD que estaba contenida en esta bebida sagrada. Llegamos a esta conclusión por la razón siguiente: cerca de Eleusis, y en realidad en todo el ámbito del mediterráneo, crece entre la hierba salvaje un cornezuelo de centeno muy especial, y en este cornezuelo de centeno nosotros descubrimos sustancias -combinaciones muy cercanas a la LSD. En realidad sólo están caracterizadas por una variante química mínima, muy poco importante, y por consiguiente me parece probable que los sacerdotes de Eleusis fuesen recogiendo este cornezuelo de centeno; lo tenían muy cerca, no tenían mas que triturarlo, y es muy probable que sea ésta la sustancia que se mezclaba en la bebida sagrada para convertirla en una bebida completamente psicodélica. (del griego psico/psique, alma-mente-espíritu y delos, visible patente, por lo tanto, reveladora del alma, relativo a la manifestación de elementos psíquicos que en condiciones normales están ocultos.)
Por otra parte hemos dicho que la diosa Démeter era la diosa del grano, y esta es una razón de más por la que el principio activo de Eleusis posiblemente creciera del grano. Hasta ahora por parte del mundo de la ciencia todavía no ha habido ninguna voz de oposición en contra de esta teoría. Parece ser por consiguiente que esta hipótesis es más que probable.
Fernando Sánchez Dragó: Antonio: ecce homo! -pero antes de formularle la primera pregunta me gustaría, tú que fuiste el primero de todos nosotros que lo conoció, y que además lo has visitado en su casa, en la cumbre de una montaña suiza, de una colina suiza que linda ya con Francia, que evocaras un poco como es Albert Hofmann, cómo lo conociste, cómo vive...
Antonio Escohotado: Bueno, yo leí el libro este "Mein Sorgenkind" que aquí se ha traducido como "testimonio de su descubridor", pero que se debía traducir como "mi problemática criatura", "LSD. Mi problemática criatura", y bueno él era un hombre mitológico para todos nosotros desde los años 60 o así, pero al leer el libro saqué... saqué en clara conclusión, que además de ser un químico, era un humanista, era un poeta, era un visionario. Entonces le escribí. Tuvo la cortesía de contestarme; a mí me tocaron unos contratos de traducción por Viena y a la vuelta de un contrato conseguí una pequeña reunión en Basel (Basilea), y a partir de allí hemos seguido viéndonos, de esto hará unos seis años aproximadamente; y bueno, a los tres años o así tuve el honor de,... vamos, el honor de hacer el viaje para llegar a su casa, porque su casa es el primer viaje de reconocimiento de Alberto, se pasa por muchos sitios, por cañadas profundas, por pastos maravillosos y lustrosas vacas, se ven esas casas todas de madera de Suiza; y él arriba, tiene una casa pues... como de Frank Lloyd Wright pero en un escenario... de la Suiza de Guillermo Tell. Tiene una piscina dentro, pequeña piscina donde él se baña, es una delicia permanecer allí; y, bueno ya que me toca el primero en el turno de preguntas, me gustaría recordar una parte, un capítulo del último libro del Doctor Hofmann, de muy difícil traducción al castellano, y estamos luchando a ver que traducción le ponemos al título, donde él dice que estos Estados Alterados de Conciencia, o Estados de Conciencia Alterada, como se quiera decir, pueden ser útiles no sólo en el sentido habitual de hacer frente como la psiquiatría... a traumas, sino de una forma digamos cotidiana; no podemos ir –dice el doctor Hofmann– por la vida haciendo nuestros negocios habituales en este extraordinario estado de ánimo, sin embargo, a veces, entrar en ese estado extraordinario de ánimo puede ayudarnos a mirar con más ecuanimidad, con más serenidad, hasta lo más cotidiano, hasta la vida puramente práctica... cuáles son nuestros verdaderos intereses concretos. Al leer esto yo pensé que tenía de haber un poquito más, un poco más de que.. no debemos ir por la vida en este extraordinario estado de ánimo, y sin embargo no podemos ir por la vida sin que alguna vez, tengamos este extraordinario estado de ánimo... ¿me comprende?
Dr.Hofmann: Sí, naturalmente. Bueno yo creo que... lo que se percibe bajo la influencia de la LSD es lo que en otros términos, sobre todo en terminología religiosa, se ha calificado como iluminación. Se trata de una vivencia del mundo y también del propio yo, que difiere de la conciencia cotidiana en el sentido de que la barrera desaparece, poco más o menos, este pensamiento dualista con el que funcionamos de forma habitual es superado, y por así decir uno de adentra en la propia naturaleza, en la propia creación; se tiene la sensación de comprenderse a uno mismo mucho mejor si experimenta la creación no por más tiempo solamente con la razón, sino con la emoción, con el corazón. Y esto es lo característico de la visión, de los visionarios -es lo que ellos describen; quizás no sea exactamente lo mismo, pero es una sensación muy parecida con un significado igualmente parecido.
Fernando S.D.: Fernando Savater, tu turno.
Fernando Savater: Bueno, en primer lugar, yo quisiera también, aunque sea un poco, unirse al coro de las justificadas alabanzas que estamos oyendo decir que e... para mí también es muy importante encontrarme aquí con el Dr. Hofmann, e... al que considero digamos un creador en el sentido de impulsor espiritual, de persona capaz de desarrollar energía espiritual, con el mismo título con que consideramos a los grandes poetas, a un Rimbaud, a un Hölderlin, que han hecho esa misma función, esa misma función de expandir la conciencia humana e... En una ocasión... hay una anécdota que no sé si alguna vez la habré contado a los oyentes aquí mismo: Stendhal paseaba con un amigo e... por Roma, pasó por San Pedro en el Vaticano, Stendhal elogiaba enormemente la cúpula famosa de San Pedro, y entonces el amigo, de un modo muy positivista, muy "pied àterre" (con los pies en la tierra) dijo, "pero esto en el fondo para qué sirve", y Stendhal le contestó: "eso sirve para conmover el corazón humano". Bueno, yo creo que el corazón o el espíritu humano es un poco como los crecepelos -que hay que agitarlo antes de usarlo, hay que moverlo antes de usarlo; y el arte es uno de esos estimulantes que sirven para agitar el corazón humano y el Dr. Hofmann, también.Yo creo que le debemos uno de esos estimulantes para agitar y para utilizar el corazón humano, de los más importantes, de los más interesantes que este siglo ha visto. Mi pregunta se centraría en torno a una persona, para mí muy querida, que en mi adolescencia fue muy importante para mí -como lector- que es Aldous Huxley.
El Dr. Hofmann conoció bien a Huxley, incluso tuvo e... en fin, fue la persona que le proporcionó y que le introdujo, digamos, en el tema de la apertura de las puertas de percepción, a la cual Huxley dedicó tantas páginas importantes, y creo que finalmente incluso le asistió en el momento de su muerte, al final como... tal como Huxley quería. Me gustaría que si brevemente él pudiera contarnos algo de su relación con Huxley, yo se lo agradecería mucho.
Dr. Hofmann: A mí me impresionó profundamente Huxley. Tres años antes de su muerte, en 1960, Huxley me llamó por teléfono al laboratorio pidiéndome una entrevista y un almuerzo, a mí me alegró mucho esta invitación, porqué tenía conocimiento de sus obras "Las puertas de la percepción" y "Heaven and Hell" ("Cielo e infierno") y así efectivamente nos reunimos en Zurich, y él me contó que estaba trabajando en su novela "Island" ("La Isla"); y en esta novela, decía, se mencionaba una droga muy especial: en esta isla se describe cómo un entorno antiguo es impregnado por la tecnología moderna. Y en esta cultura hay una droga que juega un papel fundamental, la medicina moksha; se trata de la llamada medicina de la iluminación y esta medicina, en esta cultura utópica, es una medicina que se administra en tres ocasiones en la vida; la 1ª vez en el tránsito de la niñez a la pubertad, una 2ª vez en la crisis de la mediana edad, y finalmente poco antes de la muerte, esa, esta gran transición.
A continuación, cuando Huxley terminó su libro, me lo regaló y me lo dedicó. Escribió: al Dr. Hofmann al descubridor original de la Mokshametzina. Y efectivamente, Huxley, aquello que describió en su novela, es lo que él ha vivido en su propia vida. Cuando ya estaba en el lecho de muerte -no hay que olvidar que padeció un cáncer muy doloroso- ya no era capaz de hablar; pues en el lecho de muerte, como digo, escribió unas notas para que las leyera su mujer, indicando 0,1 miligramos de LSD-IM. Su mujer sabía lo que significaba; ella le preparó esta inyección y él murió en paz. Esta experiencia tenía algo de conmovedora, porque con este acto Huxley mostraba que lo que él había descrito en su obra como un literato, como filósofo, era algo que él estaba dispuesto a vivir en su propia vida.
Fernando S.D.: Luis Racionero, tú nos has traído precisamente este libro de Aldous Huxley "Moksha", que habla de lo que nos acaba de explicar Albert Hofmann.
Luis Racionero: Exactamente.
F.S.D.: Tu pregunta Luis, por favor.
Luis Racionero: Si e..., claro, a mí me interesa enormemente el Sr. Hofmann porque, hasta la LSD, yo había creído que el conocimiento consistía... bueno, en leer libros, en hablar con personas ilustradas... y por tanto ir acumulando información. Con la LSD yo me di cuenta que el conocimiento, aparte de ir llenando el cerebro, podía ser poner el cerebro en otro estado, es decir, yo creo que a veces se evoluciona más si uno pasa de un computador a otro más grande, o de un programa a otro, que llenando el mismo computador de más y más información; es ese salto cualitativo el que desde luego me interesó enormemente al probar la LSD, es decir, el cerebro se convierte en otra cosa, funciona de otra manera, parece que tiene muchísimas más conexiones neuronales. Yo le quería preguntar si él podía explicar de una manera accesible, al público en general, pues que pasa e... químicamente o neurofisiológicamente en el cerebro cuando uno toma sustancias de este tipo; cual es el mecanismo que hace que el cerebro se transforme en otra cosa, llegue a otro estado de funcionamiento.
Dr.Hofmann: La LSD, y también todas las sustancias afines, sustancias por ejemplo procedentes de las drogas mexicanas -mezcalina o psilocibina, por ejemplo-, estas sustancias tienen una estructura química que está muy relacionada con los llamados neurotransmisores, las hormonas cerebrales muy normales y que juegan un papel muy importante en la estructura química de nuestra propia psique. Se puede explicar el proceso de la manera siguiente: la LSD y los otros productos psicodélicos ejercen una función estimulante para la función cerebral, actúan en las más diversas direcciones. La vivencia emocional es una de las vivencias que es estimulada; se estimulan también las percepciones: los colores se vuelven más intensos, y la audición también se ve estimulada... prácticamente toda la percepción sensorial aumenta, se intensifica, y la experimentación de todas estas impresiones procedentes del entorno, a su vez, se potencian una vez más. Todo ello lleva a una percepción completamente diferente a la percepción cotidiana; como ya he dicho, se tiene la sensación de entrar en un nivel de realidad que hasta ahora sólo se podía percibir desde el exterior, mientras que ahora se vive desde el interior. Pero para contestar a la pregunta, la explicación de porque se producen estos efectos a través de estas sustancias, pues se explica por su afinidad con las sustancias y hormonas cerebrales, con sustancias que están presentes en el cerebro. De no existir esta afinidad sería muy difícil comprender porque afectan hasta este punto la estructura química de nuestra psique.
Luis Racionero: Si, bueno, Huxley decía que era como si se levantaran unos filtros, es decir, cuando estos radicales que se parecen a la serotonina y la acetilcolina se ponen en las sinapsis neuronales, parece que haya un levantamiento de filtros, ¿no?, que normalmente la percepción normal está mucho más e... sometida, mucho más e...
Antonio Escohotado: Rutinarizada.
Luis Racionero: Si, rutinarizada, espesa... como si hubieran, pues eso, realmente unas pantallas o unos filtros que fueran los que nos mantienen en este estado, y que al entrar estas sustancias, estos filtros se levantan; ¿esto químicamente como sucede?
Dr. Hofmann: Bueno, creo que no se puede explicar desde un punto de vista químico. Estamos más bien ante una metáfora... además que Huxley utilizó otra metáfora; él dijo que normalmente nuestras sensaciones y nuestro entorno tienen que ser filtrados; si nosotros pudiéramos evidenciar todo lo que nos llega no podríamos procesarlo, necesitamos una válvula –se trata de una válvula muy estrecha en nuestra conciencia cotidiana– y ésta válvula es la que se abre a través de estas sustancias; somos capaces de recibir mucho más de lo que nos llega. Ésta es la metáfora que él utiliza y es también la misma, e... el mismo sentido, en realidad que la metáfora del filtro, pero a mí me gusta más la de la válvula.
Fernando S.D.: Mario Satz... Y les recuerdo a todos que nos hemos comido ya más de la mitad del programa.
Mario Satz: Bueno, yo tengo unos cinco minutos.
Fernando S.D.: Je, je, je, segundos.
Mario Satz: A... me gustaría, de ser posible, Dr. Hofmann, volver al tema de Eleusis en relación al tema de lo sagrado y lo profano. Porque me parece que no es de ninguna manera casual que lo sagrado de la experiencia Eleusina esté ligado a la agricultura y al grano; yo he descubierto hace poquísimo tiempo que los Misterios Mayores, por ejemplo, se celebraban en septiembre. Septiembre está bajo la constelación de Virgo, y Virgo tiene como imagen tradicional a una mujer que sostiene una espiga; por lo tanto la espiga, en aquellos momentos de los Misterios Mayores, estaba arriba y estaba abajo. Usted nos habló de Démeter y del don de la agricultura. Si aquella era una experiencia sagrada, y hipotéticamente esta ligada al cornezuelo del centeno, y estamos en un momento en el que se plantea el problema de la legalización o no-legalización de las drogas, de otras e inclusive de ésta misma droga, me preocupa saber porqué en ese siglo clásico, supongo que fue la época de Pericles, se planteó el problema de censurar a un grupo privado de personas que había -no se si usted recuerda en el libro- celebrado el mayor de los Misterios privadamente, como si aquello maravilloso que veían los peregrinos en Eleusis sólo pudiera ser sagrado en la medida que fuera colectivo, ritual, trascendente, y no individual y en cierto modo profano ¿Es que la experiencia capital que provocan las drogas tiene que estar ligado a lo sagrado? ¿Es necesario?
Dr.Hofmann: En primer lugar quisiera decir... bueno, usted ha hablado de la prohibición de las drogas o de su posible legalización; hay que diferenciar entre diferentes tipos de drogas. Hay drogas que son sumamente peligrosas, drogas que producen la adicción como la heroína, las anfetaminas o los opiáceos. Estas son drogas que justamente por provocar la adicción y la utilización crónica producen un deterioro físico y psíquico. En cambio, la LSD y los otros productos psicodélicos no provocan adicción y son poco tóxicos; no hay que clasificarlos realmente como drogas para no incluirlas en este conjunto de sustancias problemáticas. Con ello no quiero decir que estas drogas carezcan de peligro; ésta es la razón por la que en Eleusis se presentan en un marco restringido; ésta es la razón por la que los indios, por ejemplo, que siguen utilizando estas drogas en la actualidad, lo hacen a modo de plantas sagradas sólo destinadas al culto religioso. Porque cuando no se está preparado para lo que a uno le sucede bajo la influencia de estas sustancias, pues uno no es capaz de superar esta experiencia, desde un punto de vista psicológico; para el no-iniciado la vivencia que se produce es tan abrumadora... Esta experiencia que consiste en separarse del mundo habitual, para adentrarse en un mundo mucho más complejo, mucho más profundo, para una persona no preparada la consecuencia puede ser un profundo shock psíquico, un derrumbamiento traumático. Éste es el peligro de estas sustancias, pues tienen que utilizarse en un marco ceremonioso que nos falta normalmente -y cuales son las consecuencias de esta situación se ha visto muy claramente en América en los años 60. Por ejemplo, se produjo casi una nueva era, al menos era lo que se creía en aquella época, la época de los hippies, pero se ha mostrado que se había obrado sin cautela. Estas sustancias se habían ofrecido como bienes de consumo para un consumo masivo, sin tener en cuenta la necesaria cautela, el necesario cuidado que ya se conocía en la antigüedad y una cautela que también respetan los indios. En aquella época, en los años 60, se vendía LSD por la calle, sin respeto alguno, y ésta fue la razón por la que se produjo la catástrofe. La revolución psicodélica terminó en el sentido de que éstas sustancias que antes tenían un empleo ritual, en los EE.UU. eran productos de venta libre para su utilización en medicina y también para el consumo privado, y a raíz de estos acontecimientos de los años 60 se pasaron a prohibir y adquirieron una fama todavía más negativa que los opiáceos. Sin embargo, los médicos que tenían estas sustancias en su posesión, hasta hoy no han podido utilizarlas, a diferencia de los opiáceos que sí pueden utilizar; y quizás aquí habría que intentar provocar un cambio. Deberían ser productos accesibles para la psiquiatría y la investigación médica, por así decir. Hoy en día los psiquiatras se han convertido en los gurus, en los sumos sacerdotes de nuestra sociedad, y si tomamos el ejemplo de los indios, estas sustancias están en manos del curandero, del sacerdote de la tribu; es el único que sabe utilizarlas, porqué es el que sabe, y sabe cómo administrarlas. Bien, en nuestra sociedad, para seguir con el paralelismo, el sumo sacerdote sería el psiquiatra, y por eso en una primera fase me parece conveniente que estas sustancias se separaran de las otras drogas que producen adicción, y se deberían volver a las psiquiatras. Me parece que debería ser un primer paso.
Fernando S.D.: André,
André Malbi: E... Dr. Hofmann, aquí se han levantado muchas liebres. Yo tengo unos cuantos interrogantes muy diferentes de los que tenía al empezar esta rueda de tertulia. El primera de todas tiene que ver con el concepto de iluminación. Aquí se pareció confundir la luz que viene de dentro con la que viene de fuera; lo más extraño de este tema es que tenemos una glándula que se llama la hipófisis que fabrica una sustancia la 5-hidroxi-triptamina, la serotonina, la cual acaba de mencionar Racionero, que tiene una estructura muy parecida a la LSD. Tiene en común con la LSD, con la psilocibina y con un montón de psicotropos, una parte de su estructura molecular que es el anillo indólico que caracteriza a estos compuestos; pero de una manera extraña, el exceso de serotonina en el cuerpo humano viene totalmente contrarrestado por la toma de LSD. Primero.
Segundo; se ha llegado a bautizar a la serotonina o la 5-hidroxi-triptamina, como la hormona del estrés, o esta angustia de imposibilidad que nace del enfrentamiento con el mundo que nos rodea. El LSD, en este momento, permite de ya no estar angustiado y a lo mejor sólo ser presente, que es la primera cosa importante lo que quiero preguntar.
La segunda es que, detrás de todas las preguntas que han sido hechas, y en todas las que se podrían hacer, hay la pregunta fundamental: ¿Existe una sustancia que sería la Puerta de la Muerte?, ¿sería posible de entender antes de morirse lo que esto implica? ; Puede ser de que todas esas iniciaciones antiguas que implican cada una de ellas y todas a la vez, el paso por la pequeña muerte, algo que ver con la movilización de unas sustancias que el cuerpo humano es capaz de producir? ¿Sería posible de que todas las síntesis que se puedan hacer sean sólo símiles, reproducciones o intento de parecido con algo que podemos nosotros hacer? Pporque, diablos, hay santos que llegan al extasis por sí solos en la soledad, en el hambre, en la oscuridad, en la pobreza, y que de repente haya que ganar 50.000 pelas para comprarse una dosis, cuando, del, porque está prohibida. Y de otra parte hay algo más, que me molesta bastante, es que se está planteando como si habiera... hubiera conciencia de 1ª y conciencia de 2ª... lo siento, estamos viviendo en un universo que es tal como es, y de momento el único problema que tenemos es tener que aguantarnos con la limitación sensorial en la cual vivimos; pero, el hecho de que no veamos los rayos infrarrojos, los rayos X o toda la gama de la radiación electromagnética, no impide de que existan; en realidad, es la pega (pena?) de un ciego frente a los cuadros de Goya, y yo, a mí, me encantaría saber si acaso no habría que diferenciar las sustancias que permiten ser más lo que somos y ayudar a que el universo en que estamos sea más lo que es, y sustancias que lo alteran. Yo diferenciaría muy fuertemente las drogas, de las sustancias psicotrópicas, porque la droga entrega un universo alterado, falso, mentiroso, totalmente diferente de sí mismo, y las sustancias como la que usted ha pasado a la historia en 1943, son las que abren hacia nosotros mismos y a través de nosotros hacia todo el resto, el mundo, la gente, la vida y probablemente la muerte, porque los trabajos del Dr. Larche (¿?) sobre estimulinas(¿?) biogenes que implican alteración del núcleo indol para que puedan aparecer, me parecen muy interesantes. Qué le parece, ¿existe una droga de la muerte?, puede ser que el éxtasis, puede ser que la luz pueda salir de alguien, ¿es cierto de que Teresa de Ávila tuvo el corazón atravesado por una luz tan fuerte, que llego físicamente a dejar una herida?
Dr.Hofmann: Bueno, en cuanto a la última pregunta de la Sta. Teresa de Ávila, se trata de una pregunta a la que no puedo contestar, pero todas estas preguntas me llevan una vez más a Eleusis. En Eleusis se transmitió un conocimiento sobre la vida y la muerte. Y este conocimiento de hecho es el conocimiento que buscamos en nuestra vida, cualquier ser humano reflexiona sobre su origen y sobre la meta a la que se dirige. Y hay diferentes métodos para llegar a una contestación, diferentes métodos para lograr unos conocimientos más profundos; métodos como la meditación, los diferentes ejercicios del yoga, el aislamiento al que se han sometido muchos de los llamados santos, y también existe la vía por las sustancias psicodélicas, pero no es más que un camino para ayudarnos en esta búsqueda. Y de hecho, muy a menudo, las vivencias bajo la influencia de LSD y otras sustancias psicotrópicas se describen como una muerte y un resucitar; hay una fase en la que se experimentan unas vivencias muy sombrías, fases que podrían describirse como una sensación de muerte; pero al final de esta vivencia vuelve la luz, y es justamente lo que muestra Eleusis: a saber, el abandonar el mundo habitual, pues este abandono, esta separación del mundo cotidiano, pues, puede equipararse a una sensación de muerte. Se abandona lo que uno conoce como el mundo, este mundo cambia y durante un momento se tiene la sensación de estar perdido, pero, a continuación uno entra en un nuevo nivel de conciencia con la sensación de haber integrado la conciencia cotidiana dentro de esta nueva conciencia; se experimenta una nueva dimensión, y una nueva conciencia de la realidad.
Andre Malbi: Mira, la mejor manera de morir es la de dejar de vivir, evidentemente; sin embargo, el hecho de poder experimentar, mientras el cuerpo vive, la muerte, como el acabar una cierta trayectoria, pero sólo implicando la mente, la capacidad que tenemos de ser conscientes de nosotros mismos y de lo que nos rodea, yo y el gran otro, este universo con el que estoy dialogando siempre, pasa evidentemente por prótesis; yo creo evidentemente que las drogas son prótesis, y que hay prótesis que obligan a caminar torcido y otras que ayudan a caminar recto; el fundamento de mi pregunta era saber si la LSD (el Dietilamid-noroacilmetil-d-lisérgico?) ayudaba a caminar recto o sólo nos enseñaba uno de los varios caminos que permiten rodear la existencia reciproca de este gran otro, y de cada uno de nosotros.
Dr. Hofmann: Para mí la vivencia del LSD ha sido un abrir de mis propios ojos. Yo he tenido de repente mayor conciencia de que la creación puede vivenciarse de un modo mucho más grande, mucho más hermoso de cómo lo solemos percibir. Es un estado de estimulación (me parece que él dice Rausch que se traduce mejor como Embriaguez) y de un verdadero éxtasis, pero hay que volver; no se puede permanecer en este Estado Extático Estimulado, no podemos vivir nuestra vida normal en este estado. Para hablar en palabras de Huxley, tenemos que volver a cerrar las válvulas, tenemos que volver a afrontar nuestros problemas cotidianos. Pero es importante saber que detrás de la barrera de nuestra vida cotidiana se oculta un mundo mucho más amplio, mucho más profundo y divino.
André Malbi: Una pregunta sin respuesta necesaria, ¿quién murió cuando usted nació y quién nacerá cuando usted muera?, no se contesta esto y dejo la palabra.
Dr. Hofmann: Ha, ha, ha, tampoco podría contestar.
Andre Malbi: Ni hace falta.
Fernando S.D.: Bueno, yo, en vista de que el programa se nos está yendo, renuncio a mis preguntas y le paso la palabra a Fernando Savater, que creo que tenía que formular alguna...
Fernando Savater: Bueno si, un minuto, no... Yo simplemente quisiera decir algo en torno a la distinción entre digamos drogas de 1ª ó de 2ª ó de 3ª. Yo creo que las hay, y creo que hay posibilidad de tratar jerarquías y gustos muy diferentes en general,
Antonio Escohotado: Como en los vinos.
Fernando Savater: No, yo sólo... no diría como los vinos, yo diría por ejemplo como en los libros, es decir, a mí me gustaría que la gente estuviera educada en la lectura de una determinada serie de obras que me parecen liberadoras y enriquecedoras, y no en otras obras que me parecen empobrecedoras o embrutecedoras; pero en cualquier caso lo que no soy partidario es de la prohibición, digamos, de las obras literarias. A mí me gustaría que la gente fuera partidaria de la lectura, digamos entre comillas, de las obras por ejemplo del Dr. Hofmann, en vez de la lectura de otras obras algunas de ellas perfectamente autorizadas, y vendidas en las farmacias e... muy embrutecedoras y muy tristes para el ser humano. Yo lo que quisiera decir es quehoy, frente a la libertad ante esta oferta, hay dos propuestas: una la de la culpabilización, es decir, la culpabilidad como respuesta ante la libertad, la satanización, convertir las drogas en culpa; y otra la responsabilidad: yo pienso que el uso, el contacto, con determinadas formas de conciencia diferente cómo puede lograrse por... Ciertas drogas como la LSD, e... pueden aumentar la responsabilidad y utilización de determinadas sustancias, frente a la culpabilidad con que se las carga normalmente.
Dr. Hofmann: Creo que es muy importante que uno comprenda perfectamente que la utilización de las drogas es una aventura, porque la entrada en otros niveles de conciencia, ya sea a través de la meditación o productos psicodélicos como la LSD, siempre implica un atrevimiento. Pero creo que deberíamos dejarlo a la libre responsabilidad del individuo; él debe ser quien decide y cual debe ser la vía que quiere utilizar para lograr una mayor comprensión de los grandes misterios de nuestra existencia. Tiene que ser él quien decide si prefiere salirse de las enseñanzas religiosas, de la fe, para acercarse a este misterio, si prefiere utilizar métodos de meditación, de aislamiento, o si prefiere consumir sustancias psicodélicas. Pero en realidad no es tanto la LSD que puede aportar la iluminación al individuo; hace falta una preparación, hace falta una expectación y una madurez, y una responsabilidad muy grande. Sin estos requisitos la LSD no es más que una sustancia, una sustancia que tiene relación con nuestro organismo. Nosotros, como organismos bioquímicos, tenemos una afinidad con el mundo vegetal y hay sustancias que influyen en nuestra conciencia; vivimos el mismo ciclo vital que las plantas, y la LSD, al igual que todas las sustancias psicodélicas, tiene su origen en el mundo vegetal. Nosotros lo debemos todo a la planta, le debemos nuestro alimento, nuestro propio proceso vital y su energía, y en realidad podríamos calificar estas sustancias de psicovitaminas, capaces de ayudarnos a ir más allá de nuestra maduración física, que nos ayudan a un crecimiento psíquico y espiritual.
Fernando S.D.: Respecto precisamente a occidentales... Después de la relativa permisividad de los años 60, cerraron filas no sé si con mucho conocimiento de causa, contra la LSD y sustancias parecidas, y nos avisaron sobre el riesgo de destrucción de neuronas, destrucción de cromosomas y... en fin, otros componentes genéticos, e incluso ya no en occidente sino en el propio oriente, en el mundo de las sectas, de los gurues, de los iniciados, de las religiones mistéricas etc., se empezó a decir que la utilización de estas sustancias dañaba de forma irremediable lo que en el hinduismo se llaman los chacras, esa especie de puntos neurálgicos, puntos vitales, puntos energéticos del organismo, a través de los cuales se produce la reunión del microcosmos con el macrocosmos. ¿Que hay de verdad y que hay de leyenda interesada, en este ponernos sobre aviso a propósito de estos peligros?
Dr. Hofmann: Bueno, estas publicaciones indicando de que la LSD trastorna la masa del globo cerebral, y por ello influye negativamente en los cromosomas, pues es una afirmación errónea como se ha demostrado científicamente; no se han podido demostrar secuelas físicas. Como ya he dicho el peligro radica de que la vivencia psicológicamente profunda de una realidad distinta; excepto en el caso de una experiencia que para una psique determinada no sea superada, no ha habido ningún tipo de peligro físico. Se han tomado centenares de dosis de LSD por el mismo individuo sin que se haya producido ningún daño físico; cuando se toma sólo tres veces la cantidad de heroína de la que es necesario para obtener su efecto habitual, pues el individuo muere; si bebo diez veces más alcohol del que me hace falta para producir el efecto deseado, también muero. Sin embargo, de LSD se ha llegado ha tomar cien veces la cantidad necesaria sin que se produzca ningún daño físico. Lo que sí ha ocurrido es que se han producido muertes como consecuencia del estado profundo de confusión de la conciencia que se produce en un individuo no preparado; una vez más, LSD forma parte de las llamadas drogas sagradas, sagradas en el sentido de que hacen falta los preparativos necesarios, hace falta un respeto. Y vuelvo una vez más a Eleusis: estas drogas se tienen que administrar tal como se administraban en Eleusis; me parece que incluso puede ser un ejemplo de cómo manejar estas sustancias en nuestro tiempo.
Andre Malbi: Doctor,
Fernando S. D.: Es que, perdona una cosa brevísima, ¿ tú a tu divina edad sigues experimentando con estas sustancias en tu cuerpo y en tu alma?
Dr. Hofmann: Mmm... je, je, je, todo lo que LSD me ha podido dar, ya me lo ha dado, y ahora intento vivir de acuerdo con estas vivencias. LSD me ha abierto los ojos, he sido capaz de comprender, y ahora intento mantener mis ojos abiertos siempre, es decir, mantener la conciencia abierta, sin LSD; seguir comprendiendo el milagro de la vida, el milagro y el misterio del ser y del devenir.
Andre Malbi: Al igual que los Taoístas decían que el ideal de la actividad era el buen hacer y el hacer sin actuar, puede ser de que la conciencia tenga que..., que actuar sin ejercerse hacia fuera; puede ser de que el único mundo en el cual tengamos acceso realmente sea un mundo interno, y que este mundo interno cuanto más símil al que nos rodea, mejor. Puede ser el LSD sea uno de esos caminos y pasos... de paso, eh, creo que los siete que estamos aquí somos todos drogados porque hoy hemos tomado derivados de "colinas" (¿?) que sea café, té o que sea chocolate, el chocolate que es sin cacao, que no es broma...
(...)
Durante esta última intervención van pasando los títulos del cierre del programa y así acaba el programa y la cinta. He intentado traducirlo lo más literalmente posible con los dejes y errores gramaticales del habla y escribirlo todo tal y como yo lo he escuchado; hay que tener en cuenta que las respuestas del Dr. Hofmann las dice en realidad la traductora y que ha habido palabras y expresiones que no sé si los he trascrito correctamente.
Domentx Ucin eta Maite Elizburu, 2001-03-26. Bartzelona - Soraluze

http://www.imaginaria.org/entr_hof.htm