A continuación, dos historias de leones: la primera que destaco abajo, la de los leones comehombres, es una clara demostración de un poco más de lo que somos los seres humanos. Pues lean, y luego opinen, pero de los silencios emerge el grito de paz y amor entre la energía viva y latente que habita el planeta tierra.
Cabe destacar, además, que hay una película basada en esa historia de los leones comehombres, se llama "Garra". En la misma, los leones figuran como anormales y monstruosos, enormes y asesinos, pero en lo que respecta desde los silencios, es decir, de la imposibilidad de poder comunicarse los leones con los seres humanos, consta opinar desde este pequeño rincón, que esos animalitos tan iguales como todo león, sólo debían haber sentido que invadíamos su territorio, ya que naturaleza de todo león salvaje es marcar su territorio como el Rey y animal como es. Pero bueno, el ser humano arrasó con sus propios intereses de egoísmo e interés puro...
La verdadera historia de los leones comehombres de Kenia
En marzo de 1898, se inició en África la construcción de un puente ferroviario sobre el río Tsavo que unía las líneas de Kenia y Uganda, sufragado por la empresa Uganda Rail Way. Durante la construcción, muchos trabajadores ferroviarios fueron asesinados por una temible pareja de feroces leones que arrastraba a los hombres fuera de sus tiendas de campaña durante la noche para devorarlos. Los apodaron los leones comehombres Tsavo y, según la leyenda que difundió el teniente coronel británico John Patterson, que los abatió en diciembre de 1898, se cobraron 135 víctimas, provocando la clausura de la expansión del ferrocarril en Kenia.
Ahora, un nuevo estudio realizado por el antropólogo Nathaniel Dominy y sus colegas de la Universidad de California revela que la masacre, que ha inspirado varias películas y libros, fue mucho menor de lo que se pensaba. Analizando las muestras de pelo, dientes y huesos de los dos felinos, conservadas en el Field Museum de Chicago, los investigadores han llegado a la conclusión de que un león habría devorado 10 u 11 humanos y el otro a unos 24 en el último año de su vida. Es decir, las fieras mataron tres veces menos de lo que decía Patterson, y lo hicieron por ser más débiles que otros congéneres.
Los análisis, publicados hoy en PNAS, revelan también que para uno de los leones casi la mitad de la dieta en esas fechas consistió en seres humanos, y el resto en impalas y gacelas. Sin embargo, la dieta del otro león estuvo compuesta exclusivamente de herbívoros, lo que podría significar que las bestias trabajaban en pareja para cazar humanos pero no compartían las presas.
De MuyInt.
Esa fue la historia de los leones comehombres. Ahora, abajo la otra historia de otro león con relación al ser humano. Acá, ¿silencios que aturden? pues no, existen energías invisibles pero muy perceptuales, y básicamente consta de abrir el corazón hacia el que esta en frente nuestro.
Y para poder abrir el corazón al otro, primero se debe abrir el corazón hacia uno mismo. Allí es donde las energías entran en juego y a movilizarse por la sangre, los latidos, el alma, el espíritu.
PEACE and LOVE.
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