viernes, 22 de junio de 2007

Ansel Adams. (1902-1984)


Encuentro dentro de este gran fotógrafo moderno, considerado como uno de los mayores defensores del medio ambiente de su época (nace en 1902 y muere en 1984), ciertos factores determinantes de su vida que a mi consideración influenciaron en gran escala a su relación con la cámara y la naturaleza y el de estar en contacto permanente con paisajes de una índole atractiva y agasajante. Es decir, etapas y momentos de la vida de Ansel Adams me incentivan a percatarme con seguridad el por qué de su pasión al arte fotográfico naturalista, que trata de enmascarar la grandiosidad de los paisajes, el de capturarlos en blanco y negro con interesantes encuadres, y que además diseñan toda una ética en la mirada sobre la naturaleza.
Para comenzar describo los factores que considero que lo llevaron a ser tan amigo de los paisajes, que representan a la naturaleza. Ansel Easton Adams, nació en San Francisco, California. Hijo único de una familia liberal que luchaba por salir de la crisis que propició el pánico financiero vivido en 1907, luego del terremoto de 1906. Creció en un entorno Victoriano, social y conservador. En su temprana edad de vida se caracterizaba por ser muy tímido, disléxico y era muy inteligente, lo cual le provocó algunos problemas al momento de intentar integrarse en la escuela. Es este hecho una de las posibles causas en que creo que suma a la construcción de la personalidad naturalista de Ansel. Quizá intentaba buscar la paz y la sensación de libertad o escapatoria de las molestias que ondeaban en su vida por medio de la naturaleza con sus bellos paisajes. Él de chico tenía una gran pasión por la naturaleza, aunque cabe destacar que a los cuatro años padeció una terrible agresión por parte de la misma:

“Un terremoto sacudió en 1906 la ciudad de San francisco provocando rupturas de cañerías de agua e incendios imparables que destruyeron durante días aproximadamente el 80% de la ciudad. Muchos quedaron atrapados entre las inundaciones y los incendios”.

Ansel sólo tuvo una lesión severa en la nariz, lo que lo marcaría para el resto de su vida y lo que me hace pensar que quizá por ello comenzó a interesarse por la naturaleza y a capturar trozos de ella con su máquina.
Además, solía ir a realizar travesuras en las dunas de Golden Gate y los juegos de su niñez cada vez se iban relacionando más con la naturaleza. Es decir, que desde muy chico encontró su amor por ella, lo que lo llevaría a engrandecerla con sus fotografías.
Cuando Adams cumplió veinte años decidió dedicar su vida a la música, sus siguientes diez años pasaron al lado de un piano y este le dio disciplina y estructura, hasta que descubrió su verdadera pasión, la fotografía, la cual le dedicaría el resto de su vida. Sin embargo su primer contacto con la cámara se había dado algún tiempo atrás cuando a los 14 años, sus padres le regalaron una Kodak Box Brownie, que sería la encargada de capturar la belleza natural que le había encantado desde niño en el Parque Nacional de Yosemite, motivo frecuente en el trabajo del fotógrafo.
Por el año 1930, Adams, ya metido en el mundo de la fotografía, venía con un estilo fotográfico llamado pictorialista:

“Es una corriente fotográfica de pretensiones artísticas que se desarrolla a nivel mundial (aunque principalmente en Europa, Estados Unidos y Japón) entre finales de los años 1880 y el final de la primera guerra mundial”… “Surge como reacción a la fotografía de aficionados, considerada vulgar y nacida con la comercialización de la cámara fotográfica instantánea de Kodak, y se extiende rápidamente por todo el mundo”… “Formalmente, la resolución plástica derivada de la imagen borrosa y los temas que eligen los pictorialistas, señalan una fuerte influencia del Impresionismo”.

Al observar sus imágenes me provocan la sensación de que hay una imagen más dentro de lo existente, de una imagen siempre captada/separada de un mero registro de la realidad. También se contrapone a la Fotografía academicista reivindicando los valores propios de la fotografía para la realización de obras de arte en plena igualdad con otras disciplinas artísticas (pintura, escultura, arquitectura,...). Es por ello que se renuncia a la imitación de la pintura.
Ansel Adams puede considerarse como fotógrafo y artista en la línea de las teorías del romanticismo propias del siglo XIX, destacando la sensibilidad e inspiración de su ser y otorgando un papel secundario a los conocimientos técnicos. Se distancia de la realidad para que sus fotografías sean sólo imágenes y no una mera reproducción de la realidad, motivo por el cual busca deliberadamente el desenfoque o efecto floue, o se podría decir que el blanco y el negro cumplen esa función.
Luego, cuando en 1930 Adams conoce al fotógrafo Paul Strand, comienza a abandonar este movimiento pictorialista para adentrarse al nuevo realismo fotográfico. Las imágenes de Strand provocaron un gran impacto en Ansel. Lo ayudaron a alejarse del estilo pictorialista al estilo de “straight photography”, donde la claridad del lente era lo más importante y la fotografía tenía que aparentar que no había que modificar nada en la cámara ni el cuarto oscuro.
En 1927 Ansel Adams conoció a Edward Weston y se volvieron dos amigos y compañeros muy importantes el uno para el otro. Juntos, Adams, Strand, Cunningham y Weston formaron un grupo llamado f/64 en 1932. Por lo que con esta reunión considero que se fueron compartiendo nuevos puntos de vistas e ideas distintas dando así una nueva visión a lo llamado “straight photography”.
Por lo tanto, con el paso del tiempo la experiencia de Ansel con la fotografía fue creciendo hasta tal punto que fue siendo reconocido cada vez más, sobretodo por su energía y entusiasmo. Conoció Nueva York por primera vez en 1933 y conoció a Alfred Stieglitz, el fotógrafo que él admiraba y es quién luego le ayudó a hacer su primera exposición.
En 1953, Adams le escribió una carta a Stieglitz diciéndole que le preocupaba su estado de finanzas. Entonces, se vio obligado a comenzar a hacer fotografía comercial con mucho disgusto, ya que no le dejaba explotar su creatividad, aunque si le proporcionaba suficiente dinero para vivir. El trabajó para marcas como IBM, AT&T, Nacional Park Service y Kodak, además de publicaciones de revistas como Life y Fortune. Este trabajo no sólo sirvió a Adams para el mencionado sustento financiero, sino que hizo de sus fotografías un icono de las bellezas naturales norteamericanas reconocidas en todas partes del mundo.
Weston y Strand le comenzaron a pedir consejos técnicos. Y ayudó de fotógrafo asesor para Polaroid y Hasselblad. Adams desarrolló el famoso “sistema de zonas”, un método de medición y revelado que se utilizaba para dividir la gradación de luz de una escena en 11 zonas diferentes, del blanco al negro. Su propuesta consiste en que el fotógrafo pueda imaginarse la foto terminada antes de tomarla, a partir de mediciones fotométricas parciales de las diferentes partes de la realidad a fotografiar. Luego, de acuerdo al tipo de negativo y su revelado, el fotógrafo puede visualizar en qué valor de gris o zona quedará registrada cada parte de la imagen.
El planteo fue revolucionario, porque hasta ese momento la exposición se hacía de una manera más o menos general. A partir de entonces, los fotógrafos empezaron a tomar en cuenta cada uno de los valores de brillo de la escena y a analizar cual sería su rendimiento final en la película.
En 1936 colaboró en organizar la primera sección de fotografía en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA). Ahí conoció a Beaumont (historiadora) y a Nancy Newhall (escritora-diseñadora).
En los últimos años sus imágenes empezaron a volverse símbolos de América. A él lo que más le importaba de la naturaleza era principalmente el parque Yosemite y la preservación de los animales salvajes. Pero también luchó por otras cosas como: nuevos parques para animales salvajes de Alaska, ya que se encontraban en peligro de extinción; con aire y agua limpia.
Finalmente, murió el 22 de abril de 1984 debido a un fallo en el corazón que fue agravado por cáncer.
Adams, a lo largo de su carrera, se convirtió en lo que muchos consideran una figura visionaria en la fotografía de naturaleza. No sólo por su particular encuadre y reflexión sobre la misma, marcas que pueden apreciarse a lo largo de toda su obra, sino porque este contacto permanente lo convirtió, además, en un ambientalista pionero. Es recordado como un héroe en la defensa del medioambiente, como un símbolo del oeste americano, especialmente por su dedicación a la preservación del Parque Nacional Yosemite y su vinculación con el Sierra Club, una institución de lucha por el medio ambiente.
En sus fotografías hay una clara ausencia de cuerpos de seres humanos, lo que llevó a que el fotógrafo Henri Cartier Bresson criticara:

“El mundo se está destruyendo y todo lo que Adams y Weston fotografían es piedras y árboles”.

No era muy bien visto por toda la sociedad, ya que algunos no poseían la afinidad con la que Ansel compartía con la naturaleza. Muchos criticaron sus obras exclamando que fotografiaba lugares que ya ni existían, pero sus seguidores y/o admiradores decían que esos lugares siguen existiendo a través de sus fotografías. Utiliza un enorme contraste de luces y de sombras, montañas peladas, desiertos áridos, nubes gigantescas y árboles grandes.
Además, me consta agregar que actualmente uno pueda rechazar sus fotografías ya que no demuestran los diferentes colores que un paisaje puede dar, pero transmitir belleza en fotos que van en matices del blanco al negro, es otra muy distinta. Además, tomar fotos bellas en color con una buena cámara hoy día es simple y fácil, considerado socialmente como algo más aceptable de admirar que un paisaje natural en blanco y negro.
¿Puede haber belleza en la naturaleza sin colores? Totalmente convencido, ya que considero que es una manera a forzar la mirada al máximo y ayudar a dar vuelo a la imaginación, quizá para completar la imagen; quizá para inventarse otra; quizá para proponer una visión diferente. Es bello porque es incompleto.
Personalmente, creo que la belleza no depende de si hay color o no en lo que estamos viendo. De la misma manera, pienso que las fotos de Ansel Adams nos transmiten la belleza que él portaba en su interior.
En sus paisajes podemos apreciar la vida, una naturaleza lo más virgen posible. Posee como una necesidad de darle el alma a las cosas, darle lo elemental, lo que la hace inmortal. En sus fotografías podemos apreciar nada más que un inmenso e inagotable amor que se trasluce en sus encuadres y que conforman un mundo perfecto en el cual el espectador se sumerge.
Por otro lado, cabe agregar que Ansel en cierto sentido nos percibió, a su generación siguiente. Intuyó aspectos de la era digital. Su percepción fue emitida por él mismo con las siguientes palabras:
“Espero ansioso nuevos procesos y nuevos desarrollos. Creo que la imagen electrónica será el próximo gran avance. Estos sistemas tendrán características estructurales ineludibles, y tanto los artistas como los técnicos deberán hacer un renovado esfuerzo para comprenderlos y controlarlos”.

A modo de conclusión, puedo acotar que su visión del paisaje nos envuelve con una composición que va más allá de simples encuadres, sus fotografías nos transmiten sentimientos que solo con la mirada crítica del espectador se podrán descifrar, esas sensaciones sublimes que se despiertan en lo más profundo del alma. Se caracteriza por mostrar su personalidad simple y cálida tratando de plasmar en cada fotografía, la paz que cree que cada persona necesita para sobrevivir en este mundo tan arrasante. Sus trabajos están marcados por su evolución personal y técnica, ya que es el resultado de años de práctica y observación, consagrándolos como su medio de vida.
Cabe agregar que sus trabajos parecen dirigirse hacia la construcción de una visión sustancialmente estética del mundo y de las cosas. Construye una dramática sensibilidad emotiva con la luz conectándose profundamente con el mundo de la pintura. Además, sus imágenes provocan algo más de lo que se ve, dan a sentir una realidad que existe más allá de lo propiamente representado, que antes y después de esa toma, existe una infinita extensión del espacio y del tiempo. Da la sensación de que hay algo más de lo visible. Por lo tanto, puede llegar a suceder que lo que vemos en sus imágenes pueda llegar a perder todo su interés por sentir ansias de romper la finitud de nuestra visión.
Otro punto que concluyo a cerca de la relación de los trabajos de Ansel con su vida, es que sus fotografías dan a conocer una naturaleza con ausencia de la raza humana, quizá por que tenía cierto desprecio o dificultad de relacionarse con los seres semejantes, al ser tímido y conservador o quizá por su alto nivel de inteligencia.
Para ver algunos de sus trabajos puede buscar en google ingresando en búsqueda Ansel Adams, en sector imágenes. Si no entendió, mande un mail a la siguiente dirección de correo electrónico: arroahotmail.com@hotmail.com .

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