Iba un señor caminando por el bosque con su bastón, se metía entre los árboles sin saber adonde iba ni como había llegado ahí. Él solo caminaba a paso de tortuga sin parar por un bosque que lo encarcelaba, hasta que de a ratitos salía a unos increíbles llanos y se detenía a observarlos. En ellos encontraba libertad y paz, veía los pájaros volar y cantar, mientras que las vacas lo miraban con cara de curiosidad. Cuando comenzaba a oscurecer el viejito realizaba unos raros movimientos con su bastón y de él salían unas llamas de fuego azul rojizo que iluminaban todo su alrededor permitiéndole así seguir admirando la vegetación nocturna del lugar.
Luego de tantos días de caminar y caminar sin rumbo alguno se encontró con una voz que lo seguía, de a ratos aparecía con algún mensaje extraño que el viejo no sabía que hacer al respecto.
Voz extraña:- estás viendo mucho color verde
Viejo:- ah?
Y así seguía el viejito con su bastón sin ningún tipo de problema ni miedo alguno. Solo como un animal más del bosque.
Voz extraña:- la ciudad funciona.
Viejo:- la ciudad, si…
Todo era muy extraño, el viejo cargaba una barba larga que caía en forma de cascada y nunca comía, ni siquiera dormía.
Voz extraña:- ¡¡¡¡las flautas suenan con sus ruidos agudos aturdiendo la mente del sordo que está sentado en primera fila junto a su familia musiqueira!!!!
Viejo:- ¡¡¡¡En el Teatro San Alfonso!!!!
Si alguien estuviese ahí observando al viejo diría que esta totalmente loco, que la soledad lo volvió enfermo.
Han pasado meses y pájaros que lo miraban. Un día llegó a un precipicio imposible de esquivar y no quería volver atrás. No le quedo otra que tirarse y seguir, aunque la muerte lo asuste. De repente pego un salto y allí fue como un ave más, como un gil más.
Cuando toco tierra sintió el piso que se hundió como un elástico que lo amortiguaba de la caída.
Más tarde despertó en un hospital mirando a los doctores que le hablaban a su hermano Jorge que miraba con cara de susto continuamente a la camilla de su hermano.
Luego de unos días, ya juntos en casa y durante una cena la familia se paseo entre cada uno:
Manolo (padre): que cara que tenés… hasta cuando con lo mismo… hace cuanto que no compartimos una mesa todos juntos…
Jazmín (madre): hijo te ves muy mal, dejame conseguirte un profesional, te va hacer bien… (Interrumpida).
Jorge: mamá, por favor… Papá, aprovechemos de este momento juntos, la familia unida.
El viejo, el viejo no es ningún viejo. Lo que sucedió fue que Dardo, apodado como tito, se metió en unos de esos flashes para escapar de su lugar, de su alma, de su encierro nocturno de ese cabaret pesado de gente de piedra. Tito es un drogadicto vagabundo que vive en la calle en busca de la perdición, de la cueva mala, de la gente que le da vida a su corazón, como él le sabe decir a su querido hermano Jorge. Tiene tan sólo 20 años, y es totalmente lo opuesto a su hermano, sin embargo los dos comparten un mismo corazón, pero a pesar del amor tito hace muy complicada la vida de su familia.
Tito:- Jorge, ¿como te va en la facultad?
Jorge:- y… ya sabes, la peleo mucho. Me va bien, listo para recibirme, ¿sabías eso?
Manolo:- qué va a saber si anda tirado como un trapo más, con gente que ni se preocupa por sus vidas.
Jorge:- si por eso mismo le estoy diciendo, sino no se lo diría.
Pobre tito, tiene una madre buena como un ángel que siempre piensa en ayudar primero a los que tiene al lado y luego fija atención en ella misma, pero primero los demás. Su padre es un alcohólico que se emborracha todas las noches, es dueño de una fábrica de alcohol no muy famosa y con eso mantiene a su familia para que puedan vivir cómodos y darse apenas algunos gustos. Trabaja toda la semana de lunes a viernes yéndose a las 7 de la mañana y volviendo a las 7 de la tarde para comenzar a beber y descargar sus preocupaciones y nervios que vivió durante el día o lo que vivirá en el mañana.
Jazmín, no es nada más que una tierna ama de casa que dedica su vida para las vidas que comparte en su mismo hogar, lavándoles la ropa, haciéndoles la comida de cada día y, de vez en cuando, le da alguna moneda a tito sin saber en que se va a usar, ya que su padre dejo de darle plata hasta que demuestre algún cambio, ella es muy inocente.
Bueno, en fin, la cosa termina que son todos felices. Tito se tranquiliza y empieza a quererse a sí mismo, y su familia contenta. Su padre deja las botellas y Jorge se recibe. Si, todo termina con una sonrisa. ¿No debe ser así? ¿Para qué poner algo oscuro o negativo si no hay nada más lindo que la felicidad, lo positivo?
La historia pudo haber terminado con que Jorge encontró a Tito colgando de una soga en su dormitorio. Tito era el punto clave de esta historia, ¿no? Si se muere él… No se, sólo pienso en la diversidad de la mente humana con todos sus gustos.
Hace tu final como quieras. Yo tengo la mía en mi cabeza, es un silencio que aturde y aseguro que no me gusta ningún final de los que cité acá.
jueves, 27 de septiembre de 2007
Dardo al blanco.
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4 comentarios:
Y a mí su final (no finalizado) digamos que mucho no me gustó... insisto, su utopía de "todos felices, comiendo perdices" resbala sobre la glicerina de mi realidad tan desequilibrada y sin equidad.
Me tranquilizó saber que puedo armar mi final, y hasta me tomo la libertad de quitarle el protagonismo a Tito, quizás le tiro la pelota a Jorge, o porque subestimaría a la inocente Jazmín, quien nos dice, sea ella quién meta un gol y cambie el resultado del partido...
Bueh... mejor, me voy a meditar el final, que desde ya le anticipo le pondré música, al menos me garantizo que si intenta aturdirme tenga siquiera una digna melodía.
Besos, Silencio.
jajaja... no estoy de acuerdo... creo que el final es una simple excusa... es como una ilusion constante... eso de uqe hay un final... y si hay un final entonces que sea feliz... o por lo menos eso entendi yo... es decir, no hay finales, no hay limites, no debria haberlos, pero si hay que poner alguno, entonces que sea feliz (porque tmabien uno es una especie de final que nunca se logra... es decir veo la idea de que uno quiere llegar a la falicidad simpre, aunque no lo logre... es una especie de final que el silencio se da cuenta que es solo aparente y lo admite... admite su final feliz como imposible... pero es conciente de quererlo... o algo asi me parece que veo eso reflejado en ese espejo... )... y a partir de ahi hagan sus concluciones... me gusta porque esta es la mia... que tmabien fue continuada de la de antagonista... me gusta... ba... simpre me gustan estos silencios... es bueno escucharlos de nuevo... voy a seguir con el proximo que vengo antrasado jaja
mentiras no me voy... y esto me hace pensar que una mismo tmabien puede continuarse hasta le infinito...que loco... en fin... veo muchas cosas de las que me gustaria hablar.. por ejemplo el cuento se divide en 3... la parte del flash donde no hay nombres ni imagees reale... la parte del que es conciente donde todos tiene un roly una info especifica... y la conclucion donde aparece esa 3ra voz finalisando.... me gusta... me gustaese final me gusta... me gustan los dialogos... me gusta todo el cuento... tengo varias preguntas en reliadad.... pero seran para otra ocacion... muy buen cuento.... hay otras cosas que vi mientras lei pero que no me las acuerdo ahora... depues lo leo de nuevo y sigo escribinedo abarazooos silencio
A *antagonista*:
si, muy bien! coincido con vos con lo de Jazmín. La re subestimaría a full, para que luego en un final meta el gol y cambie la historia. Entonces cambio la imagen de la pobre inocente Jazmín que en realidad era la más.
gracias gracias
besos, antagonista
A don charly:
De más esta responderte, siempre me gustaron tus gritos al silencio. quiza xq me conoces de nacimiento, no se xq carajo pero veo que me lees muy bien... en parte por eso sigo rompiendo silencios.
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