Los secretos de la abuela.

Abuela:- sh, escuchame querido... tengo 130 años...
Nieto:- Abuela... eso es imposible...
Abuela:- ...me queda poco y nada, y a ti te queda ¡bastante!... entonces deja de quejarte.
Nieto:- ...
Abuela:- Te estan robando la vista, significa que estas siendo ciego, aunque puedas verme la cara y yo no ver la tuya, pero mi ceguera no es como la tuya... ...mejor dicho, te la estas robando tu mismo... a la vista.
Nieto:- Abuela...
Abuela:- Piensa en lo que hemos hablado... yo no soy quién, nadie es quién para aclararte las cosas.
Nieto:- si, tiempo al tiempo.
Abuela:- ... mmm, ya te va a llegar la hora, no lo dudo de vos y vas ver lo bello que es la vida y hacer cosas que nos mantiene ocupados y bueno, hasta quizá veas que hay tiempos en que el tiempo no existe... y todo lo armás vos, es tu vida, tu obra de arte...
Nieto:- Supongo, claro si ya se...
Abuela:- No pareciera.
Nieto:- ¿Cómo que no abuela? jaja si pero es difícil... yo me iría ya de viaje o a algún lugar a trabajar y que se yo, pero tengo miedo, el dinero y toda la historia que me hacen que se yo...
Abuela:- si, es la muerte no tener un título.
Nieto:- ... no bueno, pero te facilita las cosas.
Abuela:- Por favor, eso no es vida, como te dije, me va a tocar en cualquier momento y te digo un secreto: no me arrepiento de nada, pero solo porque me conviene decirlo así, porque mirando bien me doy cuenta que fui una estúpida, pude haber tenido muchísima más paz interior que la que tuve, pero claro, ¿cómo lo iba a saber?, por eso, querido, tu decides, vos tenés el lapiz en la mano y vos decidis que hacer conmigo en este momento, o ¿no es así? si no fueras por vos yo no estaría hablándote... ¡¿Cuántos años tengo?!
Nieto:- Abuela, tranquila no es para tanto jeje...
Abuela:- Qué importa!!! estoy lista para el baúl, pero feliz. ¿Te cuento otro secreto? Estoy probando las drogas, siempre les tuve cierto rechazo o me incomodaban por tal y tal cosa, nose, mambos en la cabeza que tiene uno como los que estás teniendo vos con tu presente... en fin, las drogas me están ayudando... no se si ayudando, pero lo hago, ¿no?
Nieto:- y si... yo también supongo.
Abuela:- ¿Vos también?!
Nieto:- y bueno, cuando sea grande, quien dice, no se... casi todos toman drogas.
Abuela:- ¿De que drogas me hablás?
Nieto:- y de esas, las que tomas vos y mucha gente... la verdad no se por qué las tomás vos...
Abuela:- No... yo te hablo de las drogas drogas, como la merca, el porro, las pastillitas... todas esas.
Nieto:- ¿Abuela?
Abuela:- Pendejo, salí a la puta calle y cruza la esquina!!! cruzala!!!
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El nieto no sólo que la cruzó, sino que no volvió a ver nunca más a la abuelita. Ella murió de un paro cardíaco y, al lado de su cuerpo muerto, un tubito con extractos de cocaína.
Había dejado un toco de hojas escritas para su nieto, en muchas de ellas la abuela comentaba sus experiencia alucinógenas y en otras los mejores consejos de vida que ella le pudo haber dicho a su nieto.
Pasaron los años y el nietito, ya con hijos, vive en las altas montañas de Suiza con mucha felicidad, brindada por la armonía que hay entre el amor y la paz que recibe en el día a día gracias a su corazón y su mente. Como conciente de la realidad, pero flasheando que todo se maneja para él, que el mundo fue creado para el, que todos se comportan en relación a él, como si todo dependiese de él, como si el haber nacido al mundo fue el mejor regalo que le hayan hecho.
Eso sí, el gobierno de ese país ayuda mucho, pero el punto fuerte, responsable de la buena estadía del Nieto es su mente y fuerte corazón, de repente todo le fue llegando, sin desesperación, sin esperas agobiantes, contagiar al resto a ser buenas personas, a querernos, a abrirnos, a ver donde estamos parados.