En una casa de campo, escribiendo sobre un papel en mi galería favorita. Un suave y fresco viento de verano juega con mis pelos. El ruido del río paseando sus aguas por la corriente y los monos jugando entre sí. Estoy tan sólo en el campo que si el amor cae del cielo en este momento todo se vuelve sentimiento flameado. Viendo mi estado en este rincón del mundo me hace no entender mi tristeza cuando tengo la oportunidad de mirar afuera el paisaje colorido. Yo no conozco quién duerme en aquella cama que veo al tope de una montaña, pero seguro estoy que espera mi cuerpo caer. Yo conozco el cuidado, por eso me persigue a todos lados. Luego, un fuerte viento vuela mi papel y me hace caer nuevamente en la realidad con la que llegue aquí.
miércoles, 25 de julio de 2007
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