Una vieja me dice Tom. Paso por un espejo y tengo cuerpo de gato. Un ratón me rompe las bolas y yo intento comerlo o quizá atraparlo de alguna manera urgente. Él se me escapa y yo me chocó los objetos de la casa. La vieja me caga a escobasos y no le conozco la cara. Cansado estoy, quiero atrapar ese ratón aunque en realidad quiero volver a ser el que era, ese tal ser humano. Pero este ratón me perturba tanto que solo quiero atraparlo y ya. Luego un perro enorme me impide la deseosa captura y debo responderle como esclavo a su amo. Así me voy para adentro y de repente se corta la luz. Cuando vuelve la luz me encuentro como ser humano viendo dibujos animados por la televisión. A carcajadas sin parar.
miércoles, 11 de julio de 2007
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