domingo, 7 de octubre de 2007

YO (Por Javier Mouratoglou)

Un sabado por la tarde Javier invita a el silencio a leer su siguiente escrito. El silencio al leerlo pide permiso al autor (Javi) para publicarlo acá por ciertas circunstancias abstractas. Puta. Es increíble como se ha roto un silencio que aturdía. Gracias shingala.

Estoy sentado en mi casa, solo en el estar, una zona alejada y separada de la parte principal de la vivienda; a mi entender el lugar mas solicitado de la casa.
Miro el monitor por un largo rato, no se que hacer, estoy aburrido, ninguna de las ideas que se me ocurren me satisfacen, debería estar estudiando pero me es realmente imposible pues me parece un tema súper aburrido, que no me interesa en lo mas mínimo, por lo que he decidido no estudiar nada y que el resultado sea el que tenga que ser.
Me paro repentinamente y me dirijo a la cocina, allí me sirvo un bazo de agua, bebo rápidamente, ya que estoy un poco deshidratado porque anoche tome un poco de mas.
Ya habiendo saciado mi sed me dirijo a mi cuarto, y empiezo a sentir un ruido, en un sector que es como un ático, pero que en realidad no es un ático, realmente no se el verdadero nombre de ese lugar con puertita verde en donde están todas las valijas y otros objetos de poco uso; en fin, sentí ruidos fuertes como de golpes y murmullos, me asusto, se me pone la piel de gallina, mi corazón empieza a latir mas rápido, lo puedo escuchar al latido desesperado. Temblando y con los ojos un poco llorosos decido averiguar que es lo que hay ahí arriba, pues la duda me mata.
Voy a la cocina y busco la escalera chiquita que tenemos para buscar cosas que están a una altura a la que no podemos llegar sin ella en la cocina, o cualquier sector del interior de la casa, algo que no tiene importancia en esta historia que le estoy contando que por cierto es verídica si ustedes quieren que así sea.
Vuelvo a mi habitación ya con escalera en mano, la deposito en el lugar correspondiente, y me decido a subir, a todo esto los ruidos como de alguien atrapado continuaban cada vez mas fuertes. Logro subir a mi placard, ya que la puerta de este cuartito extraño sin nombre se encuentra arriba del placard en la pared (algo que no había mencionado anteriormente y a mi entender de mucha importancia, para que el lector pueda imaginarse la situación). Bien, yo ya arriba del placard me decido a abrir esa puerta que me causaba una intriga y un temor increíble, estaba totalmente exaltado, traspirando de una manera descomunal, con un frió que me erizaba la espalda y se extendía por todo mi cuerpo; y bien finalmente llega el momento, abro la condenada puerta del terror y de la incógnita.
Se siente un impactante silencio, nada absolutamente nada, me quedo sorprendido y decepcionado a la ves. Empiezo a creer que fue un producto de mi imaginación, debido al aburrimiento extremo que tenia minutos antes de que todo esto sucediese. El silencio me estaba carcomiendo el cerebro, mi mente carburando a mil, la posibilidad de haberme vuelto loco me estaba matando de a poco, no sabía como reaccionar ante tal situación; pego la vuelta para bajar la escalera e ir a lavarme la cara, cuando de repente escucho. “Javier”; salto del susto y me caigo desde el placard al suelo, no es una altura muy considerable pero sufrí un leve golpe en la cabeza. Miro hacia arriba desde el piso, y me veo a mi mismo mirándome desde la puerta que se encuentra en la pared, que me dice: - Javier, vos sos Javier, yo soy Javier, tu otro Javier.
Yo totalmente perplejo no entiendo que esta pasando no se como responder, ni siquiera me salen palabras, estoy asustado, pero a la ves emocionado, me estaba viendo a mi mismo, y ese yo me esta hablando. Nuevamente me dice:- Javier, vos sos Javier y yo soy otro Javier pero el mismo Javier que vos, te estoy buscando hace años, necesitaba encontrarme con vos, gracias por haber abierto la puerta sino nunca nos podríamos haber comunicado. Se que quizá estas asustado pero esto es una oportunidad única, acabas de verte a vos mismo, y acabo de verme a mi mismo, ¿no te parece increíble?.
Lo miraba con los ojos bien abiertos, lo miraba, o me miraba a mi mismo, era extrañísimo pero también era tranquilizador el haberme encontrado a mi mismo, el saber que esa otra dimensión de la cual tantos hablan existe, y también sentía el halago de ser uno de los que pudieron abrir esa compuerta, para encontrarse con uno mismo, con un ser con el cual te podes comunicar a la perfección ya que sos vos. Así que decido hablarle.
Yo:- discúlpame por el salto y susto, es que no estaba preparado para encontrarme conmigo mismo, fue la verdad una sorpresa alucinante, es mas por momentos sentí que estaba enloqueciendo, ¡¡contame algo de vos!!
Javier:- la verdad Javier yo vine acá para que sepas, para que abras los ojos para que no te quedes mas encerrado en el aburrimiento ni en la monotonía, para que tu mente comience a viajar por el mas allá, para que tus rumbos se extiendan indefinidamente, para que los problemas se borren totalmente, para que sientas amor, felicidad, gratitud, bondad, etc. Para que te animes a ser Javier, para que no ocultes mas tu verdadero vos, para que en todo lugar seas vos que pierdas esas inhibiciones que te marcan en los momentos quizá mas importantes para vos. Para eso estoy acá Javier, para que seas Javier. Yo logre hacer eso, por eso vengo a tu dimensión para que podamos seguir siendo iguales, no me voy a quedar acá mucho tiempo solo vine a abrirte los ojos, espero lograrlo, todas mis palabras ahora están en tu cerebro y vos sos el único con la capacidad para entenderlas como quieras y a partir de ahí decidir que hacer. Ahora Javier, este Javier quizá mas sabio y mas experimentado te dice adiós, se vuelve a su dimensión, espero que logres lo que estas buscando mi buen Javier y quizá algún día nos veamos sin darnos cuenta, pero que te quede en claro que soy Javier y vos también.
Yo:- chau javi, nos vemos y gracias, voy a pensar mucho en lo que me dijiste y ahora voy a empezar ese cambio, voy por mi libertad total en el mundo, gracias javi muchas gracias.
Luego de esta breve charla mi otro yo decide alejarse por donde vino, y nuevamente se esparció el silencio por mi habitación, solo pero sin la sensación de soledad me acuesto en mi cama a pensar en lo que yo me había dicho hace un rato.
Un cambio en mi vida se esta por gestar y yo mismo me lo logre decir.

Javi.-

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