viernes, 23 de noviembre de 2007

Cayendo

Cayendo por un precipicio, me preguntaba si alguno tenía algo que me pertenece. Girando y girando como una llave junto a una abeja que volaba a mí alrededor, libre para ser siempre de oro, no siempre le parecía que estaba en el mismo estado, queriendo ser siempre libre como lo estoy ahora. Caí sin parar hasta que me canse de gritar y comencé a cantar al ritmo de las nubes que pasaba a medida que me iba acercando al fondo de algún lugar. Cantaba cualquier cosa que el viento me decía, de los mensajes que me iban diciendo los pájaros y de los ruidos que venían detrás de mí.

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